lunes, 8 de septiembre de 2014

El bigote de Antonio Gamero

Antonio Gamero es sin duda uno de los rostros más reconocibles de nuestro cine, su poca estatura y ancho cuerpo le han hecho convertirse en el Danny DeVito español, si no fuese por su enorme bigote, ancho y terminado en punta. Con antecedentes comunistas, ya que en los años 50' ingresó en el partido,  decidió estudiar derecho, carrera que dejó por la escuela de cinematografía. Su carácter alegre y divertido le llevaron a que en poco tiempo tuviese un papel destacable, entonces llegó un debutante Manuel Gutiérrez Aragón, y le incluyó en su mítico filme "Habla mudita" (1973), dónde se descubrieron al mismo director, a Gamero, y a la protagonista, una joven Kiti Mánver, que desde entonces nos regaló algunos de nuestros mejores personajes. Antonio Gamero es un personaje recurrente, un buen cierre de reparto, y sin querer se convirtió en buen colaborador de Eloy de la Iglesia, y con eso del cine quinqui, participando en grandes cintas del género como son "La estanquera de Vallecas" (Eloy de la Iglesia, 1987), o "Los placeres ocultos" (Eloy de la Iglesia, 1977).


Su participación el la crítica moral contra el régimen franquista de José Luis Garci en "Asignatura pendiente" (1977) le reportaron uno de sus mayores éxitos, gracias a sus potente y largo papel, y por el triunfal éxito que tuvo la cinta fuera y dentro de España. Gamero trabajó con los mejores, José Luis Borau, le reclutó para su obra maestra, "Furtivos" (1975), después de haber ganado, Gamero, la medalla del círculo escritores cinematográficos, al mejor actor secundario, por su papel en "El Love feroz o Cuando los hijos juegan al amor" (José Luis García Sánchez, 1975), que contó con una inolvidable portada de Forges. Después llegaron los grandes éxitos en comedias como "¡Qué vienen los socialistas!" (Mariano Ozores, 1982), "Cristóbal Colón, de oficio... descubridor" (Otra locura de Mariano Ozores, 1982) y por fin su entrada en el bando nacional, sabiendo que era conocido por ser el secundario de izquierdas, en la película de Luis García Berlanga, "La Vaquilla" (1985). A partir de entonces llegaron grandes éxitos que le elevaron a la cumbre de los secundarios, en películas clave como "El viaje a ninguna parte" (Fernando Fernán Gómez, 1986), "El bosque animado" (José Luis Cuerda, 1987), "Divinas Palabras" (José Luis García Sánchez, 1987), "Jarrapellejos" (Antonio Giménez Rico, 1988).


Cuerda quedó fascinado con su ser como actor, y le introdujo en sus siguientes filmes, los cuales otorgaron un gran éxito al director y al actor, "Amanece que no es poco" (Cuerda, 1989) y "La Marrana" (Cuerda, 1992). En 1993 interpreta a una de las manos derechas del general Franco en "Madregilda" (Francisco Regueiro), ese mismo año vuelve a trabajar con Berlanga con un pequeño papel en "Todos a la cárcel". Aunque sin duda fue García Sánchez quién introdujo a Antonio Gamero entre sus fieles colaboradores, en 1995 repitieron con "Suspiros de España (y Portugal)". Su papel de hombre castizo y cercano fue muy bien aprovechado por Miguel Albadalejo en su famoso "Manolito Gafotas" (1999), dónde Gamero interpretó al abuelo de Manolito. En "El Oro de Moscú" (Jesús Bonilla, 2003) hace un pequeño papel, aunque tampoco cabía a más, ya que participaron ciento y la madre, todos grandes: Concha Velasco, José Luis López Vázquez, Juan Luis Galiardo, Alfredo Landa, Santiago Segura, María Barranco, Neus Asensi, Andrés Pajares, Florentino Fernández, Sancho Gracia, Arévalo, Antonio de la Torre, Eduardo Gómez, Sacris, y aunque fuese en una fotografía en un ordenador, Álex Angulo... Antonio Gamero se ha convertido en un símbolo de nuestro cine, pero esa chispa podría ser muy bien utilizada en televisión, y así lo demostró en series míticas como "Villarriba y Villabajo", dónde interpreta a un personaje muy suyo (el camarero del único bar del pueblo), y en muchas más que han pasado a la historia por su reparto y duración, como es el caso de "Farmacia de Guardia", "Colegio Mayor", "Los ladrones van a la oficina", o la serie del filme "Manolito Gafotas", dónde volvió a ponerse en la piel del abuelo Nicolás. Sin duda fue uno de los secundarios más grande de nuestro cine, hoy le recordamos, le perdimos hace ya cuatro años...


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