viernes, 28 de agosto de 2015

Tráiler de "Mi gran noche"

Sumidos en la terrible tranquilidad veraniega, a la orilla de la playa, confortados bajo una agradable brisa marina nos llega el tráiler de "Mi gran noche", la última película de Álex de la Iglesia, una pequeña muestra que nos permite contemplar el inmenso trabajo que han realizado una serie de actores que confrontan el panorama actual español, pero frente a todos ellos un fantástico Raphael muy alejado de sus tímidos papeles de hace 50 años, un Raphael que no es él sino Alphonso, un terrible cantante consumido por el éxito que hará todo lo posible por tener la mayor audiencia en el primer programa del año 2016, toda una locura acompañada de cientos más que forman lo que parece ser esta divertida gamberrada de fin de año llena de placeres ocultos como Raphael diciendo que no conoce a ningún Julio Iglesias o practicando una peculiar venganza a esta serie de cantantes latin lovers representados por un rubio Mario Casas. Carlos Areces se eleva como el perfecto vengador, y aún vemos algunas imágenes de Carolina Bang junto a los obsesivos payasos de Álex de la Iglesia o una divertida Carmen Machi, junto a Carmen Ruiz que vuelve a reunirse con el director bilbaíno tras un pequeño cameo en "Crimen Ferpecto" (2004). Sin embargo queda mucho que averiguar y disfrutar, para lo que deberemos esperar al próximo 23 de octubre, cuando se estrenará en las salas españolas, todo un acontecimiento que nos persigue desde el comienzo de su rodaje el pasado Febrero, unas "ganas de verla" alimentadas por publicidad en Informe Semanal, los Telediarios o las redes sociales que llevan poniéndonos los dientes largos con imágenes como la de un genial Raphael con gafas a lo Willy Wonka. Por sí fuera poco también deciden presentarnos en primer cartel oficial del film, que ilustra este artículo, donde ya pueden comprobar esa llamativa mezcla que caracteriza a uno de los proyectos más esperados del año, el descontrol, la fama, y la falsa felicidad son tres de los pilares que sostienen este enorme guión que firma el cineasta vasco junto a su habitual Jorge Guerricaechevarría, les dejo con el tráiler de "Mi gran noche"...

martes, 25 de agosto de 2015

10 crímenes de cine (español)

Nuestro cine siempre ha optado por la comedia antes de enfrentarse a un mal mayor, sin embargo la crítica siempre se ha visto más atraída por la diferencia, y es que cada vez que hacemos un buen thriller queda grabado en la historia a través de los agradecidos espectadores. Hoy recordamos diez grandes película que tienen el crimen en su eje principal y que una vez más nos recuerdan que la realidad supera a la ficción, el último ejemplo de ello ha sido la fantástica "La isla mínima" (Alberto Rodríguez, 2014) entorno al crimen de las niñas de Alcasser se ha levantado esta magnífica cinta de suspense que va más allá de un fiel retraso de los hechos, Rodríguez se adentra en la condición humana y adquiere una impresionante visión de la moral, la muerte y la mentira, que se ven representadas en las increíbles interpretaciones que llevan a cabo los dos protagonistas, Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez, este último se hizo con el Goya al Mejor Actor por su labor. El verano de 2015 permanece entintando en negro en un año donde nos hemos tenido que poner más de una vez el brazalete de luto, el cine es sin duda uno de los mejores medios de comunicación y algunos directores han sabido utilizarlo como tal, Narciso Ibáñez Serrador ha levantado su figura en nuestra televisión como el rey del terror, sin embargo en su largometraje "¿Quién puede matar a un niño?" (Chicho Ibáñez Serrador, 1976) supo erguir un proyecto tras el que existía un terrible crítica a la guerra y violencia en general, como tristemente nos siguen demostrando los telediarios los niños son los peores parados en estos casos, con el film Ibáñez Serrador narró la venganza de éstos a través de unas sensacionales imágenes que muestran con total claridad su pretensión, una película arrastrada por el mayor de los terrores que sigue brillando como una de las grandes obras del cine de terror. Alejandro Amenábar es el gran creador contemporáneo del suspense español, y como obra cumbre entre el crimen, el thriller y el terror se levanta "Tesis" (Amenábar, 1996), una de las grandes obras que, así como pierden algunos de sus trabajos posteriores, puede verse varias veces tras conocer el final por su innovadora forma de reinventar la tradicional forma de rodar este cine.


Aún existe algo más terrorífico, cinematográficamente hablando, que el mostrarnos el asesinato y es la presentación de un asesino que no ha cometido ese crimen, sólo el espectador y él saben la verdad y en "Cadena Perpetua" (Frank Darabont, 1994) supieron transmitir el verdadero agobio que ello inspiraba, sin embargo años antes Pilar Miró rebuscó en su adorada historia de España y encontró un crimen por el estilo, "El crimen de Cuenca" (Pilar Miró, 1979) nos mostraba ese aterrador lado oscuro de la "justicia" con una filmación sucia y merecida para la narración que sumada a las interpretaciones y su llamativa historia configuraron otro de esos clásicos que difícilmente se olvidan, sobre todo por la crudeza que la directora madrileña decidió utilizar. Fernando Fernán Gómez fue uno de los precursores en este cine con "El extraño viaje" (Fernán Gómez, 1964), que nacida de una tertulia con Luis García Berlanga no podía tratarse más que de una fantástica historia en la que una comedia ocultaba un guión tremendamente complicado, en el que se viajaba desde el noir hasta la galantería española de los 60' con Carlos Larrañaga. No siempre tiene porqué tratarse de un asesinato, aunque en realidad la muerte, o el matar a otra persona, siempre desencadena una serie de pensamientos que bien conducidos pueden conformar una agria comedia como "El Verdugo" (Luis García Berlanga, 1963) fabricando así un delicioso atentado contra el propio régimen que permitió rodarlo delante de sus narices, ya de forma clandestina se levantó un gran revuelo cuando se dio a conocer el documental "Queridísimos verdugos" (Basilio Martín Patino, 1977) que rescataba alguna de las declaraciones de lo auténticos protagonistas de esos hechos en los que se basada "El Verdugo" y que más tarde sería recogidos con gran maestría en la serie televisiva "La huella del crimen" (Pedro Costa, 1985) donde reunió algunos de los directores más grandes de nuestro cine para conjurar una exitosa serie cuyo principal atractivo era el morbo (esencial para enganchar al ciudadano español) de que estaba basada en hechos reales.


Durante los años del franquismo despertaba cierta curiosidad a los creadores de la época el enfrentarse a la censura, así como algunos destinaban la mayoría de su obra a complacer a los simpáticos sacerdotes que contemplaban los filmes, otros decidieron ocultar sus verdaderas intenciones bajo crímenes como el atropello de un ciclista en "Muerte de un ciclista" (Juan Antonio Bardem, 1955), donde la verdadera moralina no reside en el mismo atropello, ya que se trata de un "accidente", sino en la relación de Lucía Bosé y Alberto Closas. Años antes por esas calles madrileñas se levantaba el revuelo por el asesinato de una gran señora residente en la calle Bordadores, Edgar Neville lo supo desdibujar con su particular aire cómico de sainete en "El crimen de la calle Bordadores" (Edgar Neville, 1946), una fantástica Julia Lajos nos lleva dentro de un suspense nunca antes visto en España que a la vez introduce mucho de su propio director, totalmente obnubilado por el cinematógrafo americano tras su viaje a Hollywood. Si algo hemos comprendidos tras estos nueve grandes títulos es que la comedia es algo indispensable, todos los temas han de ser tratados con humor, fue el maestro de ello, Woody Allen, quien aclaró que "el humor es tragedia más tiempo", por aquello de la ofensa y la cicatrización de las heridas, por ello no puedo terminar citando a otro que no sea Álex de la Iglesia, tras regalarnos grandes obras donde el crimen reluce como protagonista ("La Comunidad", 2000; "Crimen Ferpecto", 2004; "Los crímenes de Oxford", 2008) creo que su mayor obra con respecto a ello tal vez sea "Balada Triste de Trompeta" (Álex de la Iglesia, 2010), la violencia como una particular venganza hacia toda una época pone en primer plano la fórmula que redactó el director neoyorkino, por ello la escojo como la décima pieza de este top ten en el cine de crímenes (en España).

sábado, 22 de agosto de 2015

Jacques Tati es reivindicado

Era muy pequeño cuando me regalaron "Zafarrancho en el circo" (Jacques Tati, 1974) y ya entonces no pude evitar reírme del arte mímico de Tati, todo un enorme descubrimiento aún sin matizar, quedará por siempre en mi memoria el gag del hombre que no puede ver el espectáculo porque delante de él hay otro hombre que lleva un enorme casco, una de las escenas que quedan por siempre en tu retina y no tardas en recordar para pasar un buen rato. Sin embargo fue mi tía la que me introdujo de lleno en el mundo de este fantástico cómico francés que comprendió y lo exportó a su máxima expresión lo que es el cine, diálogos cortos y una enorme carga visual que heredarían muchos de los grandes como François Truffaut o Quentin Tarantino, aparentemente dos estilos completamente distintos pero que rescatan esa complicada sencillez que es el cine. "Mi tío" (Jacques Tati, 1958) fue la primera película que disfruté con cierto conocimiento sobre su autor, un merecido Oscar a la Mejor Película Extranjera donde el mimo convierte sus inalcanzables sueños en realidad, una película que ha sido tratada de comedia sofisticada cuando en realidad funciona como una sátira magistral hacia ella, todo un trabajo de culto y comedia utilizado con la maestría que sólo podía ejercer Tati. El interés sobre su cine crece cuando se suceden anécdotas como que "Novio a la vista" (Luis García Berlanga, 1954) está claramente influenciada por "Las vacaciones del señor Hulot" (Jacques Tati, 1953), aunque el film fue estrenado en España durante la producción de "Novio a la vista", quien sabe si Edgar Neville, Bardem, José Luis Colina o el propio Berlanga entraron en algún cine francés antes de escribir el guión conjuntamente. Verdaderamente monsieur Hulot miraba el mundo desde un lugar diferente, si Chaplin lo hacía desde unos engranajes, Harold Lloyd desde la altura de un reloj y Buster Keaton al frente de su máquina de vapor, Tati lo hacía desde su abandonada Francia que tras su obra volvió a estar bajo el punto de mira cinematográfico y tal vez así el nacimiento de la nouvelle vague fuese concebido en este momento.


La situación de Tati fue siempre algo cómica, desde sus orígenes rusos (ya que su verdadero apellido es Tatischeff, nieto natural del conde Dimitri Tatischeff) ha sus inicios como mimo que supo mantener en su estrellato cinematográfico. Su decadencia fue larga y triste, era requerido para dirigir anuncios televisivos, y su largometraje "Playtime" (1967) le llevó a la bancarrota personal, sin embargo fue un éxito de taquilla y por su puesto de crítica, años antes de su fallecimiento en 1982 ya era un miembro olvidado del pasado. Sin embargo existió un pequeño gremio que luchó por la pervivencia de su cine, entre ellos Sophie Tatischeff, su propia hija editó y mejoró la calidad de la imagen de las grandes obras de su padre, y en 2002 terminó el proyecto inacabado de Tati, el documental "Forza Bastia". Nunca es un mal momento para una buena comedia, siempre son preferibles ante un intenso drama inacabable, cuando termino de ver alguna de las grandes películas de la historia por primera vez termino asombrado y enfadado, pues no sé cuanto tiempo pasará hasta que vuelva a encontrarme ante otra gran película de esta talla, con toda la obra de Jacques Tati me ocurrió lo mismo, cuando todo parecía perdido Sylvain Chomet decide rodar con animación un guión perdido del genio francés, "El ilusionista" (2010) nos devuelve al más puro Tati con una animación elegante y delicada que sabe respetar la figura de uno de los más grandes creadores del cine francés, una preciosa obra que nos hizo recordar a Tati, y que la descubrió para una nueva generación, toda una hazaña. Ahora ha salido a la venta un delicioso pack que reúne toda la obra del director francés, donde también encontramos sus preciados cortometrajes, si uno creía haberlo visto todo del mimo más famoso de la historia, hoy tiene una segunda oportunidad para comprobarlo, sea reivindicada la figura del genio Tatischeff.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Zorba en la Grecia del rescate

Cuando uno se enfrenta a un clásico del calibre de "Zorba el griego" (Mihalis Kakogiannis, 1964) nunca sabe lo que le espera, existen tantas personas que han hablado de ella que la película comienza a fluir como una de las grandes, un joven Alan Bates espera un ferry y, cosas del destino, se encuentra con un genial Anthony Quinn que tras ganar dos premios Oscar al Mejor Actor de Reparto se había confirmado como uno de los grandes de Hollywood, este año se cumple su centenario. El papel de Zorba parecía escrito para Quinn que quedó completamente encantado cuando se lo ofrecieron, tanto que decidió producir el film del director griego, para el que significaría su entrada en la producción americana junto con la actriz Irene Papas. Zorba es una visión de la vida diferente, una ideología puramente griega que puede ser extrapolada a los tiempos actuales, en cualquier momento podemos oír a Tsipras decir aquello de: "han visto ustedes que desastre más esplendoroso", si sería más complicado que lapidasen a Merkel, así como el papel de Lila Kedrova tiene un cierto encanto al estilo "¿Qué fue de Baby Jane?" (Robert Aldrich, 1963), Zorba no tiene precedentes, y Anthony Quinn crea un personaje descomunal, un busca viudas sensato, amante de un falso amor verdadero y de la explotación de una mina explotada, su relación con la extrovertida Madame Hortense es un fantástico melodrama que gira hacia la comedia y que le valió el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto a Kedrova, quien más tarde interpretaría un papel parecido aunque incluso con mayor fuerza cómica en "A mi madre en el día de su cumpleaños" (Luciano Salce, 1974), film italiano que adaptó un guión de Rafael Azcona y Luis Gª Berlanga. El papel de Irene Papas es un mal necesario para los personajes y para el espectador, la belleza griega permite avanzar levemente la acción hasta que finalmente es quitada del medio como un drama interno para el personaje de Bates pero que resulta casi cómico para el espectador.


Si algo queda claro es que "Zorba el griego" es mucho más que baile del sirtaki final que todo el mundo recuerda como una escena mítica del cine, está claro que sí lo es, y me alegro de que se haya adoptado como tal aunque sirva para recordar una película fantástica, que viene a recordarnos el optimismo humano,  desaparecido en los últimos años. Toda la primera parte del film se centra en un diálogo denso e intenta sostenerse sobre grandes interpretaciones, de donde sale a trompicones aunque ello es necesario para llegar a los últimos cuarenta minutos del film que resultan ser una auténtica belleza, se suceden los hechos bajo una estética más habitual del cine de Ingmar Bergman que la limpieza sencilla americana, esos mismos hechos parecen escritos al limón por Salvador Dalí y Luis Buñuel, las ancianas griegas rodeando el camastro de la difunta y ese fuerte carácter religioso parece parte de la mismísima "Viridiana" (Buñuel, 1961), una bonita combinación que se culmina con el mítico baile que es además el más claro ejemplo de una banda sonora alegre y cretense, que ilumina el film incluso en los momentos más dramáticos. Esa estética a lo Bergman de la que hablábamos fue bien acogida por Hollywood, el director sueco tenía ya dos premios Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa y su "Gritos y Susurros" (Ingmar Bergman, 1972) ganaría el Oscar a la Mejor Fotografía, Walter Lassally haría lo propio por su trabajo en blanco y negro con "Zorba el griego", Vassilis Photopoulos se alzaría con el Oscar a Mejor Dirección Artística, merecida recompensa a esta primera obra de Michael Cacoyannis para Estados Unidos que quedará por siempre en nuestra retina. Elijan bien el compañero/a con el que van a visualizar el film (hagan caso eso es muy importante) y disfruten de "Zorba el griego" en el centenario de Anthony Quinn y decidan lo que sucedió jroña que jroña, tal vez entendamos porque se ha rescatado por tercera vez a nuestros congéneres griegos, y si no comprendan el hilo musical que suena sobre el anuncio del yogur Oikos.

lunes, 17 de agosto de 2015

Las fiestas del pueblo

Verano, fiestas, barracas, atracciones sin seguro, y tómbolas timadoras, ¿cuántas veces nos hemos enfrentado a este panorama con no más de cinco euros en el bolsillo y dispuestos a aprovecharlos al máximo? Las fiestas son todo un acontecimiento, en verano desde las más grandes ciudades de España hasta el más recóndito pueblo celebra su Virgen por todo lo alto, los que tienen más suertes visten a sus viudas de madrinas y convocan una corrida de toros, otros disfrutan de ellas durante todas las fiestas, ya que quién no lo hace dentro de la plaza con las verónicas de El Juli, lo hace en la puerta grande con pancartas y pitos. En "Jour de fête" (Jacques Tati, 1949) es la exportación internacional de este desastre compartido que suelen resultar las fiestas, algo parecido a lo que pretender formar los vecinos de Villar del Río en "¡Bienvenido, Míster Marshall!" (Luis García Berlanga, 1953), y si indagamos más allá descubriremos que tampoco hemos cambiado mucho nuestras "bárbaras tradiciones", desde que Ernest Hemingway las retratase en "The Sun Also Rises" ("Fiesta") publicada en 1926, seguimos siendo muy españoles y a mucha honra, a ver si se nos quita ya el miedo de lucir nuestra bandera. 


Los españoles somos los primeros que reivindicamos nuestras fiestas que van desde tirarnos vino o tomates hasta lanzar una cabra desde lo alto de un campanario, como bien nos presentaba Concha Velasco en "París-Tombuctú" (Luis García Berlanga, 1999), un tanto salvajes pero sin duda repletos de un elevadísimo interés cultural internacional, encontramos nuestro punto medio en el toreo, donde encontramos una cierta elegancia visual que lleva su aspecto salvaje a ser comprendido como una indispensable tradición que corre de la mano del flamenco y la tortilla de patata. Para todos aquellos disidentes de las corridas se han hecho películas como "Manolete" (Menno Meyjes, 2008) o "Aprendiendo a morir" (Pedro Lazaga, 1962), donde sufre más el espectador que el toro. Luis García Berlanga vuelve a demostrarnos su enorme visión de nuestra amada España años antes de los acontecimientos, la única obra que el director insistió en filmar desde los años 40' fue "La Vaquilla" (1985), presentada a la censura años antes como "La fiesta nacional", una perfecta visión de nuestra tradición torera, la fanfarria, y las procesiones situada durante los años 30' en plena Guerra Civil, toda una hazaña que sólo podemos atribuir a Berlanga. Verano, alegría, síndrome pre-laboral, es un buen momento para volver a recordar la aclamada obra del director valenciano, sin duda sus dos films más veraniegos son "Novio a la vista" (1954) y "Calabuch" (1956) disfruten de un buen chapuzón de cine clásico español. 

sábado, 15 de agosto de 2015

"Eva al desnudo", todo sobre ella

Bette Davis forjó alrededor de su figura un emblema sobre el método de la interpretación que ha funcionado como un enorme manual para sus posteriores compañeras de profesión, ganadora de dos premios Óscar a la Mejor Actriz por dos papeles que resultarían menores al abarcar su filmografía esas dos estatuillas resultaron casi un pesar a lo largo de su carrera, llegó un momento en el que ni con ellos en mano los productores la requerían para sus filmes. "Peligrosa" (Alfred E. Green, 1935) y "Jezabel" (William Wyler, 1938) suponen dos obras verdaderamente efímeras de las que apenas podemos rescatar esa figura clave de femme fatale que haría de Bette Davis una de las mejores intérpretes de la historia del cine con títulos como "La Carta" (William Wyler, 1940) o "La Loba" (William Wyler, 1941) inolvidable forja de puro cine clásico del noir y la elegance. Contra todo pronóstico supo demostrar a la industria que la calidad superior era realmente más beneficiosa que la barata bajo un contrachapado con forma de Lana Turner o Veronica Lake, dos de las bellezas made in Hollywood que triunfaban en los años 40' donde Davis comenzó a ensombrecer bajo títulos que hoy reconocemos como grandes obras y tesoros cinematográficos. Pese a su físico diferente ella se sostuvo en la interpretación, era su centro de vida, lo que le llevó que tener una vida personal complicada, todo ello derivó en la inolvidable "Eva al desnudo" (1950) o como bien nos aleccionó Pedro Almodóvar en "Todo sobre mi madre" (1999), "All about Eve". Joseph L. Mankiewicz nos ha demostrado con todas y cada una de sus películas que es el rey del clasicismo, después de "Carta a tres esposas" (1949) se consagró en Hollywood como uno de sus recientes creadores más prometedores, al año siguiente volvió a recibir el Oscar a la Mejor Dirección y al Mejor Guión Adaptado por "Eva al desnudo", convirtiéndose así en leyenda viva a la que aún le quedaban algunos de sus mejores títulos por delante, como "Julio César" (1953), "El día de los tramposos" (1970) o la incorregible "La Huella" (1972) una obra maestra de género indefinido y que no hemos vuelto a ver, un suspense rociado de humor y repleto de misterio que sostienen dos cómicos inolvidables como son Laurence Olivier y Michael Caine. 


"Eva al desnudo" es un crudo retrato del mundo de la interpretación en el que cuesta creer que Bette Davis está actuando, nos muestra un personaje crédulo y voraz que cae en la sencilla trampa de una joven aspirante que interpreta con discreción Anne Baxter, en la cinta hay un momento sensacional que funciona como perfecta metáfora de la realidad y que ha quedado como una de las mejores escenas del cine, una cena entre el prototipo de la época (Marilyn Monroe), la gran dama de la escena (Bette Davis) y la joven manipuladora (Anne Baxter), muestra del fin mudo en un elegante blanco y negro que se completa con unos diálogos redondos escritos por Mankiewicz. Bette Davis sale de esta obra maestra como una estrella indestructible a la que poco a poco los productores comienzan a ensombrecer con cometas efímeros reclamados por el público, educado en lo banal que concibe el cine como un entretenimiento de ocio y no como el arte (séptimo) que es. Katharine Hepburn y Davis fueron las grandes intérpretes de su época, ambas de característica personalidad e inolvidable acento cómico en sus entrevistas, Hepburn pervivió hasta el final de sus días teniendo una segunda época dorada en la década de 1980, sin embargo Bette Davis cada vez más delgada y manteniendo su elegante vicio del tabaco se mantuvo como una de las viejas glorias del Hollywood Dorado, teniendo su particular venganza en "¿Qué fue de Baby Jane?" (Robert Aldrich, 1963) clavando el papel de una anciana rencorosa cuya propia maldad ha sido cultivada por su exitosa hermana, una sensacional Joan Crawford en su ocaso interpretativo que además tenía una relación personal caótica con Bette. Siendo este su último gran papel, sin olvidar la preciosa "Las ballenas de agosto" (Lindsay Anderson, 1987) en la que comparte reparto con una inolvidable Lilliam Gish genio y figura del cine mudo. Sin olvidar nuestro querido cine español recuerdo un maravilloso documental, "El último adiós de Bette Davis" (Pedro González Bermúdez, 2014) un elegante retrato a la altura de la actriz, nominado al Goya al Mejor Documental, que narra cómo una bonita fábula y con preciosas imágenes de archivo de la actriz, los últimos días de Bette Davis en la cinematográfica ciudad de San Sebastián, uno de los mejores homenajes que se ha podido realizar a esta actriz que hoy recordamos y reivindicamos como actriz clave del cine.

miércoles, 12 de agosto de 2015

"Si me necesitas, silba"

Cumplimos un año sin la gran dama del cine negro, un año sin respirar el humo de su elegante cigarrillo, y sobre todo un año en el que silbar no servía para nada. Lauren Bacall fue toda una estrella, el perfecto ejemplo de actriz, una belleza atemporal que combinada con la elegancia natural de la actriz funcionaban como una combinación irresistible ante cualquier persona, quede como testimonio el de mi abuela cuya imagen de la actriz paseando por la Quinta Avenida permanecerá por siempre en su recuerdo. Completamente rompedora con su generación llena de actrices rubias cantarinas y bailarinas, con su densa melena castaña dio un nuevo significado a la palabra Hollywood, dejó de ser una enorme industria a ojos de todos que sacaba una película tras otra, para convertirse en el creador de sueños del que aún hoy esperamos nuevas historias que nos transporten a un lugar mejor. Lauren Bacall estuvo sensacional en todos los géneros, aunque el aire noir le sentaba como a nadie, su rostro camuflado bajo un breve filtro de humo, y esos diálogos atrevidos que escribían para ella se convertían en pura poesía al salir de sus labios, "Tener y no tener" (Howard Hawks, 1944) fue su primer film y el perfecto ejemplo para definirla, junto a su inseparable Humphrey Bogart rompió todos los moldes, y gracias a ella el dominante Rick de "Casablanca" (Michael Curtiz, 1942) se convirtió en el servicial remero de la señora Hepburn en "La Reina de África" (John Huston, 1951), pese al alcoholismo que rodeaba la etapa final de Bogart, Bacall supo interpretar el papel de amante esposa a la vez que impedía el desmorone de la gran figura interpretativa que había formado Bogart. Tras el fallecimiento del actor llegan mis papeles favoritos, se convierte en una viuda de lo más deseada que brilla en cada una de sus interpretaciones, hasta en su experimental etapa final junto a Lars von Trier. Lauren Bacall fue una de las pocas actrices que supo mantener su enorme personalidad en la dura jungla de Hollywood, una de las pocas mujeres que aún un año después de su fallecimiento nos hace silbar para recordarla...
Carta a Lauren Bacall

sábado, 8 de agosto de 2015

Emma Stone, Arizona Baby

La joven actriz nacida en Arizona ha sacudido la industria cinematográfica de Hollywood como un productor con mala leche, desde sus comienzos en cintas adolescentes como "Una conejita en el campus" (Fred Wolf, 2009) o "Bienvenidos a Zombieland" (Ruben Fleischer, 2009) supo conquistarnos con su enorme naturalidad y encanto natural, ese mismo año se acercaría más a la interpretación con "Paper Man" (Kieran Mulroney y Michele Mulroney, 2009), tragicomedia sobre la etapa gris de un creador. Desde entonces la actriz estadounidense, como el desesperado "padre" de "Raising Arizona" (Joel Coen, 1987) ha robado algunos de los papeles para actrices jóvenes con gran maestría, así pues hemos podido verla como la nueva chica de Spider-Man en la comercial "The Amazing Spider-Man" (Marc Webb, 2012) o como la joven investigadora de "Criadas y señoras" (Tate Taylor, 2011), particular visión del racismo en Estados Unidos con un fuerte carácter de comedia negra. Sin duda cuando descubrimos sus indiscutibles dotes interpretativas fue en "Magia a la luz de la luna", Woody Allen arranca todos los rastros de escuela de actores que quedaban en ella y la convierte en una simpática espiritista que consigue robar el corazón de Colin Firth en una comedia romántica fuera de lo habitual, el mítico director ha destacado por su gran capacidad del manejo de personajes de mujeres, llegando al su punto culminante con "Blue Jasmine" (Woody Allen, 2013), Emma Stone brillaba en esa Francia de los años 20', espectacularmente vestida por Sonia Grande, tanto que el director neoyorkino ha contado con ella para el papel protagonista de su último film: "Irrational Man" (Woody Allen, 2015) que se estrenará en España el próximo 25 de septiembre.


Entre la espontaneidad de Claudette Colbert y la soberbia interpretativa de Vivien Leight se alza Emma Stone como todo un referente de la época dorada de Hollywood, Jennifer Lawrence es el otro claro ejemplo actual de gran actriz capaz de dominar el cine comercial y el de autor, por el que recibió un Oscar a la Mejor Actriz en la película "Silver Lanings Playbook" (David O. Russell, 2012), sin embargo Lawrence es puramente americana, en Emma Stone se respira cierto aire británico-galo que es capaz de utilizar en las sesiones europeas by Woody. Alejandro González Iñárritu le ha dado uno de sus papeles más reconocidos por los americanos, el de Sam en "Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)" por el que ha obtenido una nominación al Oscar y su salida al gran público que ansía su vuelta, entre los filmes futuros de la actriz se encuentra "La La Land" (Damien Chazelle, 2016), del director de "Whiplash" (2014) por la que hizo ganar el Oscar al Mejor Actor de Reparto a J.K. Simmons, que también participa en la nueva cinta. La ascendente evolución de una particular Arizona Baby ha sido increíble, sobre todo por el poco tiempo en el que lo ha conseguido, por supuesto sigue creciendo y la fiera de la interpretación que lleva dentro no ha hecho más que despertar al sonido del domesticado cascabel de Hollywood.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Charla con Antonio Resines

Tengo una cita a las siete de la tarde con Antonio Resines, que tras años como el eterno actor español, calvo y lejos de ser un galán de cine, sus papeles nos lo han hecho reconsiderar, como también nos ocurrió en el pasado con José Luis López Vázquez o Tony Leblanc, hoy Resines se enfrenta a un nuevo reto, la presidencia de la Academia de Cine, un trabajo muy duro que ha terminado con más de un dirigente, el último, González Macho, dimitía por la incapacidad de compaginar su cargo como dirigente de la institución cinematográfica y su trabajo como productor. Entramos en el despacho y allí se encuentran Porfirio Enríquez (director general de la Academia, y un gran director de fotografía) y Antonio Resines con una sencilla barba que le hace más acogedor, más presidente, no tardo en imaginarme a ambos bajo la dirección de José Luis Cuerda en "Amanece que no es poco" (1989). Ambos me tienden su mano, Enríquez debe marcharse, y una vez a solas con Antonio Resines comenzamos la entrevista, nos confiesa su pasión por la serie Benjamin Black de novela negra del Príncipe de Asturias de las Letras, John Banville, y el detective Quirke en la Irlanda de los años 50'. También nos habla de "La gran belleza" (Paolo Sorrentino, 2013), a la que ha sucumbido como media Europa, ¡y Hollywood! Los huevos fritos con patatas, es el plato, prohibido por el colesterol, con el que todos disfrutamos, incluido Antonio Resines que, casi cinco años después de su fallecimiento, nos dice que quizás Morente sea su cantante favorito. Nos llama la atención el proyecto de Historia de nuestro cine, y Resines se deshace en halagos para en genial programa de la 2, confesándonos que ellos tienen un proyecto de recuperación del cine español parecido. Y que gracias a él a visto por primera vez películas como "El destino se disculpa" (José Luis Sáenz de Heredia, 1944), de las que se declara un admirador. Además de encontrárnoslo mientras conducimos tiene en emisión la serie "Aquí paz y después gloria", los lunes a las 23:20 en Telecinco. Comenzamos la entrevista así...

Mondo Berlanga - Usted no esperaba la dimisión de González Macho, y como presidente en funciones [antes de ser elegido oficialmente] declaró que le caía un "marrón"...

Antonio Resines - [Interrumpe] Quiero aclarar que lo dije porque me cogieron desprevenido, en realidad me refería a que era una grandísima responsabilidad... A pesar que tengo una edad soy un poco inconsciente, era vicepresidente y en realidad el que lleva toda la representatividad de la Academia es el presidente... Ya solamente por la reacción que produjo la dimisión de Enrique González Macho vi que me caía una gorda, y dije eso, luego ya me regañaron...
En cualquier caso mi idea no era la de continuar siendo presidente. Convoqué elecciones, que era lo que mandaban los estatutos, y durante un tiempo intenté que se presentase alguien que representase mejor el sector, pero no encontré a nadie [risas]... Al final me liaron y estoy aquí, ¡y encantado! Me acompañan en la junta directiva Gracia Querejeta (directora, guionista, incluso hizo sus pinitos como actriz de joven) y Edmon Roch, que es un magnífico productor...

M.B. - ¿Cómo es su relación con ellos? ¿Los propuso usted o...?

A. R. - En el caso de Gracia me lo propusieron muchos de los miembros que estaban en la junta, de todos modo somos un colectivo que, dando trabajo a muchísima gente, nos conocemos todos, yo a Gracia la conozco desde siempre y somos vecinos de barrio, me pareció perfecta... Y Edmon me había llamado para hacer una película, "Lope" [Andrucha Waddington, 2010], para hacer un secundario que no pude hacer, y en este tiempo ha evolucionado muchísimo y tiene un currículum expléndido, es el productor de "Tadeo Jones" [Enrique Gato, 2012], ganó el Goya por un documental magnífico ["Garbo: El espía", Roch, 2009], y lo último que había hecho era "El Niño" [Daniel Monzón, 2014]... Me dije este es nuestro hombre, y sí que fui yo el que le propuso...

M.B. - Publicó una carta en la revista Fotogramas, en la que exponía todos los proyectos que se tenían para la Academia. ¿Los ve factibles? Sobre todo en el aspecto de la bajada del I.V.A. y beneficios fiscales...

A.R. - Las grandes líneas eran:
-Mejor relación con la Administración, que se está consiguiendo, en un mes se han desbloqueado una serie de ayudas que estaban paradas.
-Memoria del Cine Español.
-La creación de un Fundación, que es un tema que está ahora mismo en la junta.
Y todo el problema del I.V.A. y la piratería lo estamos llevando con la Administración para intentar resolverlo, no es fácil y afectan muchos factores, aunque que sí está claro es que los profesionales del cine están de acuerdo en que son los dos problemas más fuertes contra el gremio... Por lo que vamos a incidir mucho en ello porque nos va la supervivencia en ello.

M.B. - Hemos tenido una serie de presidentes que han destacado por su lucha: González Macho contra la crisis, Álex de la Iglesia con la piratería, hace tiempo José Luis Borau y el terrorismo... ¿Cómo cree que será la "etapa Resines"? Elogiando la mítica frase de Cuerda, ¿un presidente en la Academia, es siempre un presidente?

A.R. - Sí, si actuase como Antonio Resines haría otra serie de cosas, probablemente algunas lamentables, pero como presidente debo escuchar a todo el mundo. Yo soy la cara, pero detrás de mí hay mucha gente, y... aunque suene un poco como Adolfo Suárez, si llegamos a una presidencia de consenso para conseguir resultados habríamos logrado mucho.

M.B. - Muchos presidentes han dimitido por no poder compaginar bien su carrera con la presidencia... ¿Cómo lo lleva?

A.R. - Pues complicado, he tenido la suerte y desgracia de que se estaba emitiendo una serie mía y de momento está parada, si tuviera que trabajar sería complicado, de todos modos quiero pensar que es por el aterrizaje. Cuando trabaje la Academia continuará trabajando perfectamente en funciones, lo único que no podré salir tanto, si se organiza se puede hacer.

M.B. - Rescatando "Aquí paz y después gloria" [su serie para Globomedia], parece un proyecto destinado al fracaso, hace unos años no terminó de salir, y ahora ha pasado un poco desapercibida. ¿Qué tienen pensado para el proyecto?

A.R. - De momento está parado, desde el cuarto capítulo de emisión, y creo que se emitirá en verano, que no creo que sea el momento adecuado. Lo que me duele de esta historia es que arrancó muy bien de audiencia, y tengo la sensación de que la serie gustaba, que divertía, en tan pocos capítulos no se puede saber, nos fuimos con un 11,5% de audiencia que no está nada mal.

M.B. - Además que ha coincidido con muchísimas series nuevas...

A.R. - Exacto, ha sido todo... "Allí abajo", la vuelta de"El Príncipe"... Salimos en Semana Santa, y aún así yo lo hubiese mantenido un poco más, pero no mando en la tele. Conseguimos hacer ocho capítulos con cambio de equipos y directivos, y por otro lado había que salir "ya".

M.B. - Usted comenzó su carrera con Fernando Trueba, ¿ha avanzado su próxima película juntos, "La Reina de España"?

A.R. - Sí, sí, el guión está terminado, se está preparando la producción y creo que a primeros del años que viene empezamos a rodar... Lo demás es secreto [sonríe].

M.B. - En los años 80' usted crece muy rápidamente como actor, ¿cómo notó este ascenso?

A.R. - No sé si se hacían más películas que ahora, yo desde luego si rodaba más... Había distintas tendencias y nosotros apostamos más por la comedia, por otra corriente surgía Pedro Almodóvar, a la gente le gustó lo que hacíamos, cuando en realidad no veníamos del mundo de la actuación "académica" precisamente.  Muchas películas funcionaban y se creó una especie de caldo de cultivo, a raíz sobre todo de "Ópera Prima" [F. Trueba, 1980] y antes con Fernando Colomo en "Tigres de papel" [1977]. Tuvimos la suerte de que nos fueron llamando y fue todo rodado, se amplió mi registro poco a poco y fui haciendo otros géneros, también tuve la enorme suerte de coincidir con una generación de guionistas y directores estupenda, que me vino muy bien.

M.B. - Sí, como por ejemplo José Luis Cuerda, con el que protagonizó dos de sus eternas "Amanece que no es poco" (1989) y "La Marrana" (1992)...

A.R. - Con José Luis Cuerda hice también su primera película, "Pares y nones" [1982], que la coproducimos nosotros, teníamos una empresa de producción. Yo estaba en el cine, al igual que Jorge [Berlanga] escribía en un sitio, y luego hacia guiones con su padre... hacíamos un poco de todo. Al final salió bien.


M.B. - Además usted ha trabajado en muchas óperas primas, como la de Enrique Urbizu "Tú novia está loca" (1988) o "Acción Mutante" (Álex de la Iglesia, 1993), ¿nota la diferencia entre un director novel y uno ya reputado, o incluso con esos mismos directores con los que después ha coincidido?

A.R. - Lo que pasa en las primeras películas es que suelen ser más juveniles, por ejemplo en "Tú novia está loca" yo interpretaba un detective que estaba entre el cine negro y la comedia... Luego Álex era igual, "Acción Mutante" es brutal, si la hiciese ahora nadie se extrañaría porque ha seguido completamente esa línea. Enrique ha ido más hacia el niego, aunque en su segunda película "Todo por la pasta" [1991], hay mucho de él y su trabajo posterior. Con los años se sabe más, y mejor aún si has hecho ciertas películas con alguna repercusión, a nosotros actuando nos pasaba igual, al principio era como un juego, luego ya no es un juego, ahora te la juegas.

M.B. - Quería destacar el personaje de Ramón Yarritu, porque es un personaje bestial como lo es "Acción Mutante", que después de "El día de la bestia" quedó un poco desaparecida.

A.R. - Sí quedo un poco... Pero "Acción Mutante" durante un tiempo, en determinados ambientes, era una película casi de culto, no como "Amanece que no es poco", pero fíjate que yo, sobre todo en el País Vasco entraba en bares y siempre había algún gracioso que decía: "Ramón Yarritu a la puta calle"... Pero sí, "El día de la bestia" la eclipsó un poco, yo creo que "Acción Mutante" es una película estupenda, y recuerdo que Álex tenía 25 o 28 años, era una cabeza privilegiada como ha demostrado.

M.B. - Completamente... Bueno, luego en lo que podemos llamar su "madurez como actor", en los 90' comienza hacer mucho cine, distintos géneros, algunos papeles malos, y otros con mucho éxito como "La buena estrella" (Ricardo Franco, 1997), ¿cómo le favoreció el Goya al Mejor Actor?

A.R. - Muchísimo, muchísimo, me empecé a acercar a otros géneros, como te comentaba, y me estaba gustando, cuando me ofrecieron "La buena estrella", que no estaba previsto que fuese yo, fue una decisión de Ricardo Franco que nos conocíamos por amigos comunes, pero muy tangencialmente, a mi me hizo pasar a otra categoría. Estaba considerado un actor única y exclusivamente de comedia, con todo lo bueno que significa eso, y entendió todo el mundo que podía hacer otras cosas. Todo el mundo hemos hecho cosas malas, buenas y regulares, pero "La buena estrella" me llevó al mejor cine que he hecho. Los Goya, sobre todo desde principios de los 90' empezaron a ser muy importante, y ayudan mucho...

M.B. - A mi me llama la atención, en sus trabajos de televisión como "Los ladrones van a la oficina" (1993-1996) o en la misma "Amanece que no es poco", comparte reparto con una serie de actores impresionantes, estaban Fernando Fernán Gómez, López Vázquez, Alexandre... ¿Qué aprendió usted de ellos?

A.R. - Era como ir a la universidad todos los días con los mejores catedráticos, asombroso, "Los ladrones..." fue una escuela que a mi, sabiendo que personalmente no les llegaba ni a la suela del zapato, entre que me tenían cariño y les daba cierta envidia porque no tenía que estudiar (hacía de mudo), me llevaba muy bien con ellos, y daba gusto... Solamente por verles actuar, y es que por "Los ladrones..." pasó todo el mundo, Agustín González, circunstancialmente Fernando Rey, y en "Amanece que no es poco" estaban los que faltaban, Cassen, Saza... Yo he tenido la suerte de trabajar con todos, hasta con Berlanga, son Historia del Cine Español, y aunque algunos se empeñen en decir que nuestro cine es un espectáculo, también es cultura y esencial.
Yo he comido dos años con Fernando Fernán Gómez y eso es impagable, hay que tener suerte, y estar ahí.

M.B. - Rescatando a Berlanga, ¿qué recuerda de los rodajes de "Moros y cristianos" (1987), "Todos a la cárcel" (1993) o "París-Tombuctú" (1999)?

A.R. -Yo era socio de una compañía que produjo "París-Tombuctú", y en las demás películas era más cercanía con Luis que con el trabajo en general, la relación era magnífica, era un ser excepcional, y sobre todo era el hombre que a cualquiera que preguntes por las mejores películas del cine español dos o tres salen de él, seguro. Y para mi es orgullo decir "Yo también trabajé con Berlanga", como actor poco pero me lo pasé muy bien. "Moros y cristianos" fue la primera, era una mañana que estaba haciendo otra cosa, me escapé un momento y me encontré con Fernán Gómez, López Vázquez, ¡María Luisa Ponte! que se nos ha olvidado nombrarla, Verónica Forqué que estaba muy jovencita y Rosa María Sardá, y yo me puse a hacer el tonto de fotógrafo y... luego "Todos a la cárcel" era más de lo mismo, luego la gente no lo entiende, pero es como si un chico que quiere ser escritor merienda con Cervantes. Luego con Luis tenía más relación, venía mucho a la oficina, y aunque sean papeles pequeños yo estoy muy contento de haber trabajado con él.


M.B. - Antes de conocerle y trabajar con él, ¿cuáles eran sus películas favoritas?

A.R. - Ya sé que es un tópico pero sin ninguna duda "Plácido" [1961] y "El Verdugo" [1963], y espero que no me hagan escoger entre ellas. Luego también me gusta mucho "Los jueves, milagro" [1957] que no se reivindica mucho, y "Bienvenido Mr. Marshall" [1953] es un fenómeno que no me puedo creer que hayan hecho en ese año, es que son todas estaba también "Calabuch" [1956], en definitiva todas las clásicas, y luego también la saga Leguineche... Tiene alguna caída como todo el mundo, es imposible ser siempre genial, pero incluso las menos brillantes son muy buenas, en "Novio  a la vista" [1954] ya se ven muchas de las pautas que le acompañarán en el resto de su carrera.
Las tres "B" (Buñuel, Bardem, Berlanga), el orden da igual, siempre han sido los mejores, y todos han hecho películas malas.

M.B. - Como Fidel le pidió cuentas al rey, pero ¿a quién le pediría cuentas Antonio Resines?

A.R. - [silencio momentáneo] Al gobierno de turno, al Estado, que aplican las leyes como prefieren... Lo que la gente debe entender es que el cine es industria, y es empresa, y todo eso, pero ante todo es cultura, y puestos a pedir les pediría que consideren el audiovisual, que esté en la educación, igual que se imparte literatura debe estar el cine, que es parte de nuestra historia.

Con este concepto nos despedimos, me acompaña hasta la puerta de su despacho, y ahí queda trabajando por el cumplimiento de todos esos proyectos de los que hablábamos. Y pienso, ¿no sería magnífico que los niños estudiásemos a Goya y su influencia en Buñuel, los frescos costumbristas con "Patrimonio Nacional" (Luis García Berlanga, 1981), las ingles y "Amanece que no es poco", o el contraste entre la comedia de corral europea y el cine de Woody Allen, nos despedimos del presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España hasta la próxima.

Fotografías: ©Enrique Cidoncha - Cortesía de la Academia de Cine.
Fotografía de rodaje de "Todos a la cárcel" (Luis García Berlanga, 1993) de Rafael Maluenda.
Fotogramas de: "Amanece que no espoco" (José Luis Cuerda, 1989); "Acción Mutante" (Álex de la Iglesia, 1993); "Pares y nones" (José Luis Cuerda, 1982).

domingo, 2 de agosto de 2015

Nuestro verano indie en Escocia

"¿Qué hacemos en nuestras vacaciones?", es el título original que da pie a numerosas historias, Andy Hamilton y Guy Jenkin firman un guión redondo, una comedia completamente diferente en la que una serie de situaciones se almacenan en tensión hasta un clímax duradero y genial que termina con un final "feliz" diferente al made in Hollywood. Si Leticia Dolera nos sorprendía y apostaba por una vacaciones "indies" con sus "Requisitos...", ambos directores londinenses apuestan por un registro indie-british de lo más funcional y relajante, del que debemos fiarnos y dejarnos llevar a través de geniales diálogos e interpretaciones, destacando por encima de todas a los más jóvenes y al más reputado, un genial Billy Connolly escocés de nacimiento. Dejándose guiar por una filmación comercial y agradable todo sucede muy rápido, cada escena sucede con otra para resultar en algo aun mejor, como su género indica trata una estética atúnica llevando un drama a la aventura más estrepitosa sin caer en el sentimentalismo. Puede que el desarrollo de la narración resulte predecible, aunque el público no está en ningún momento preparado para los geniales diálogos que la rodeen, Emilia Jones, Bobby Smalldridge y sobre todo Harriet Turnbull se hacen con la cámara desde sus espontaneidad y desenvoltura en el papel más complicado de un niño, el de la mentira. Rosamund Pike y David Tennant deben establecerse en una situación de falsa felicidad como marido y mujer, roles inmediatamente descubierto por la familia y cuya relación posterior (sobre todo durante las visitas de Celia Imrie) resultan sensacionales.


La pareja de directores cuenta con un texto sensacional y apuestan por el método correcto para desarrollarlo, una narración global y plana para todos los públicos que no descentre al espectador de la historia en ningún momento. Existe cierta coralidad llevada por todos los actores con maestría, como gran descubrimiento Rosamund Pike se expresa tan convincente como en sus papeles de acción en Hollywood, recordándonos su britaneidad. Nos invade la felicidad, nuestra vida, ni la de los personajes si fueran reales sería de esa manera, pero en mi opinión no debe existir una total veracidad y realismo en el cine, debemos olvidarnos de la cámara y disfrutar de una historia completamente ajena a la realidad, y en ello es más favorable el teatro, como experimentaría Lars von Trier en "Dogville" (2003). "Nuestro último verano en Escocia" capta una imagen entre Wes Anderson, sin llegar a su profundo dibujo, y los Hermanos Coen , con un guión más propio de Woody Allen, todo ello sumido en la patente personalidad de los dos directores, que ya idearon su propia "Modern Family" británica en 2007 con "Outnumbered". Tras esta "ópera prima" su nuevo público queda a la espera de más, ¿son así de geniales o a resultado ser flor de un día? Desde luego "Nuestro último..." queda ya archivada en una de las revelaciones indies del siglo XXI.