domingo, 2 de agosto de 2015

Nuestro verano indie en Escocia

"¿Qué hacemos en nuestras vacaciones?", es el título original que da pie a numerosas historias, Andy Hamilton y Guy Jenkin firman un guión redondo, una comedia completamente diferente en la que una serie de situaciones se almacenan en tensión hasta un clímax duradero y genial que termina con un final "feliz" diferente al made in Hollywood. Si Leticia Dolera nos sorprendía y apostaba por una vacaciones "indies" con sus "Requisitos...", ambos directores londinenses apuestan por un registro indie-british de lo más funcional y relajante, del que debemos fiarnos y dejarnos llevar a través de geniales diálogos e interpretaciones, destacando por encima de todas a los más jóvenes y al más reputado, un genial Billy Connolly escocés de nacimiento. Dejándose guiar por una filmación comercial y agradable todo sucede muy rápido, cada escena sucede con otra para resultar en algo aun mejor, como su género indica trata una estética atúnica llevando un drama a la aventura más estrepitosa sin caer en el sentimentalismo. Puede que el desarrollo de la narración resulte predecible, aunque el público no está en ningún momento preparado para los geniales diálogos que la rodeen, Emilia Jones, Bobby Smalldridge y sobre todo Harriet Turnbull se hacen con la cámara desde sus espontaneidad y desenvoltura en el papel más complicado de un niño, el de la mentira. Rosamund Pike y David Tennant deben establecerse en una situación de falsa felicidad como marido y mujer, roles inmediatamente descubierto por la familia y cuya relación posterior (sobre todo durante las visitas de Celia Imrie) resultan sensacionales.


La pareja de directores cuenta con un texto sensacional y apuestan por el método correcto para desarrollarlo, una narración global y plana para todos los públicos que no descentre al espectador de la historia en ningún momento. Existe cierta coralidad llevada por todos los actores con maestría, como gran descubrimiento Rosamund Pike se expresa tan convincente como en sus papeles de acción en Hollywood, recordándonos su britaneidad. Nos invade la felicidad, nuestra vida, ni la de los personajes si fueran reales sería de esa manera, pero en mi opinión no debe existir una total veracidad y realismo en el cine, debemos olvidarnos de la cámara y disfrutar de una historia completamente ajena a la realidad, y en ello es más favorable el teatro, como experimentaría Lars von Trier en "Dogville" (2003). "Nuestro último verano en Escocia" capta una imagen entre Wes Anderson, sin llegar a su profundo dibujo, y los Hermanos Coen , con un guión más propio de Woody Allen, todo ello sumido en la patente personalidad de los dos directores, que ya idearon su propia "Modern Family" británica en 2007 con "Outnumbered". Tras esta "ópera prima" su nuevo público queda a la espera de más, ¿son así de geniales o a resultado ser flor de un día? Desde luego "Nuestro último..." queda ya archivada en una de las revelaciones indies del siglo XXI.

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