jueves, 31 de diciembre de 2015

Feliz Año 2016

El año 2015 llega a su fin, un año plagado de cine, que ha sabido reconocer el crecimiento en la comercialización del cine español, películas que nos han llevado a la acción más intensa de la mano del thriller, la vuelta a nuestra mítica comedia popular transformada en gags, el aire indie americano, o el drama intenso, que sólo Penélope Cruz es capaz de sobrellevar en su espalda, y por supuesto ha sido el año de la vuelta al cine de Raphael, de la unión entre el humor retorcido de la sátira nacional que explotaba más que nunca Álex de la Iglesia con un reparto de excepción, Carlos Areces andaba por allí pero también nos lo hemos encontrado en especiales navideños, como villano de cómic, a vuelto a Lílifor en la web y mañana estrenará "Incidencias" (José Corbacho y Juan Cruz, 2015), apurando el año que sin duda ha estado plagado de la comedia que inspira Areces en cada una de sus interpretaciones. De San Sebastián a Sitges, o una SEMINCI excepcional, ha sido también un gran año de festivales, y el Cinema Jove ha demostrado ser el mejor descubridor de grandes actores como Irene Escolar, nominada por su interpretación revelación a los principales premios. También ha sido un año poético, ha llegado tarde, pero justo a tiempo para arrasar entre la crítica, un reparto de película y una directora, Paula Ortiz, que ha dejado más que demostrado su estética clara, limpia y elegante, capaz de unir la grandeza del cine con el arte de la pintura, grabando su lienzo sobre el libreto de Lorca.


Después de todo parece que para celebrar este momento no existe mejor película que "Mi gran noche" (Álex de la Iglesia, 2015), vivimos la falsa felicidad que envuelve a la última cinta del director bilbaíno, Isabel Pantoja esquiva magistralmente la cárcel en estas fechas y Raphael vuelve ha ser el centro de los hogares en los especiales de nochebuena, que por suerte cuelgan en la web de RTVE. El "Telepasión" de este año guardaba también cierta relación con el film de Álex de la Iglesia, una regidora desesperada en busca tal vez de un guión como el de Álex y Jorge, que aún se erguía sobre grandes diálogos como reflejo del catastrófico mundo televisivo. Por allí andaba también Enrique Villén, aunque tuviese un gag más cercano a Roswell de "Putón B.R.B. Nero" (Álex de la Iglesia, 2008-2009), que al extra con cientos de "especiales" sobre su espalda que aún se emociona al recordar sus escenas con Tom Jones o María José Cantudo. Se recomienda realizar un examen de conciencia antes de cualquier vuelo, año o comunión, pues nunca sabemos a que nos enfrentaremos después, desde una pandilla de desquiciados que nos espera en un bar, a alguna inocentada que sitúe a Santiago Segura como director de un film de la franquicia Star Wars, nos quedaremos con las ganas de ver a Carrie Fisher frente a uno de los míticos monólogos de Cañita Brava... Después de todo "Mi gran noche" ha sido toda una previsora de un año en el que la televisión ha acaparado el centro de atención con cientos de especiales políticos, nuevas series de ficción o el programa de Bertín, todo un hito de Televisión Española que ha conseguido unir la originalidad de Jordi Évole con el repertorio ampliado de Chester, o Risto, o el de las gafas. ¡Qué tengan un feliz 2016, esperemos que algo mejor que este que despedimos! Dice el presidente, en funciones, que España va bien, echémonos nosotros a temblar...

"Anhedonia" o el deseo de una montaña rusa

Sobre "Annie Hall" no queda más que rendirnos a sus geniales chistes, a sus únicos gags, y sorprendernos ante geniales cameos que conforman un guión delicioso recientemente escogido como el mejor guión de comedia de la historia. Todo un logro que sólo es capaz de recaer sobre Woody Allen, autor de las mejores comedias de la nueva era, herederas del absurdo de los hermanos Marx y sumadas a las fobias y miedos del director, se han conformado casi 80 films donde no existen menores y mayores, sino un nexo único y genial, su director y autor. La innovación se ve presente en este renacer de Woody Allen, que viene de reinventar la nueva comedia americana con títulos como "La última noche de Boris Grushenko" (Woody Allen, 1975) o "El Dormilón" (Woody Allen, 1973), el director comprende que ya ha dado toda su aportación a esa comedia que brilla por el absurdo, y un físico característico que fuimos asumiendo hasta su etapa más madura. "Annie Hall" (1977) se trata de un punto de inflexión, una necesidad anímica de cambiar de aire y de romper con las bases que imponía la industria cinematográfica, ruptura que hoy encontramos más fuerte que nunca, pues en esta comedia romántica a desuso se muestran muchos de los gags que hoy gobiernan sobre la comedia generalizada en cine, series y sobre todo televisión. Se han aprovechado los cameos, malentendidos con la pronunciación de las palabras, y sobre todo esa conversación a cámara que revolucionó Hollywood y le otorgó los cuatro Premios Oscar, que el director descubrió en la portada del periódico del día después.


"Annie Hall" supone también un cambio anímico, su siguiente película sería "Interiores" (Woody Allen, 1978) un drama-serio, repleto de una intensidad impuesta en la interpretación y la estética que después de todo no hacía más que mostrarse como una magnífica sátiro del mismo género, sin encontrar ni un ligero ápice de comedia en la cinta. Desde luego, "Annie Hall", se trata de una pequeña opereta con cada acto separado en divertidos entremeses, cuya base cómica se encuentra en la seriedad de las interpretaciones, en la dulzura de Diane Keaton, que muestra su verdadero ser, marca el estilo de una época y se alza con el Oscar a la Mejor Actriz. Tony Roberts y el propio Woody Allen, funcionan como una paradoja sensacional, se alimentan de la antítesis y encuentran plena conexión en unos diálogos perfectamente estructurados de principio a fin, cada secuencia se ve alimentada de una evolución que termina en un clímax final. Desde sospechas de asesinos de judíos, al mítico "yo no entro a mitad de la película", cuando aún no habían ni empezado los créditos de "Cara a cara" (Ingmar Bergman, 1976), como ejemplo también de la madurez artística del mítico director neoyorkino, que años después ha admitido que verdaderamente su cine tiene "algo más de gracia que el de Bergman", su eterno maestro del séptimo arte. "Annie Hall" en un primer momento se iba a titular "Anhedonia", como esa incapacidad humana de disfrutar la vida: "las mejores palabras de esta vida no son te quiero sino ¡es benigno!". No es la mejor película de Woody Allen, sería toda una ofensa afirmarlo cuando encontramos una mayor calidad técnica en todos sus últimos films, desde "Match Point" (Woody Allen, 2005) o perfectamente su última película estrenada, "Irrational Man" (Woody Allen, 2015), brillantes en su elaboración y narración del guión, pero sin simpatía que despierta en cualquiera su "Annie Hall". Puede que el mejor guión de comedia de todos los tiempos, como han destacado, y que puede ser admirado y reído en cualquier momento de la misma.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

James Bond, SPECTRACULAR

Si algo nos ha demostrado Sam Mendes desde sus inicios, es que ha descubierto la unión entre el cine de autor y Hollywood, con "American Beauty" (Sam Mendes, 1999) satirizó con elegancia el sobrevalorado sueño americano, una respuesta sutil, y verdaderamente alejada de la propaganda que elevó a "Forrest Gum" (Robert Zemeckis, 1994), por otro lado una agradable comedia que coincide con la obra de Mendes en el Oscar al Mejor Actor. "Skyfall" (Sam Mendes, 2012) fue el primer contacto entre el director inglés y la saga de 007, una época en la que el agente secreto más reconocido de todos los tiempos andaba de capa caída por los estrepitosos fracasos que resultaron las primeras películas protagonizadas por Daniel Craig, en quien Mendes supo ver la enorme carga interpretativa que David Fincher le había sacado a su personaje de "Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres" (2011). Para muchos aún Craig no es el hombre idóneo para interpretar al espía inglés que todos conocimos con el rostro de Sean Connery por primera vez, el look nórdico que funcionó como arma intimidatoria en "Millenium...", le convierte en un perfil extraño para asumir uno de los papeles más codiciados por los jóvenes intérpretes británicos, que se aventuran a arrebatar todas las franquicias a sus congéneres estadounidenses, que se frotan las manos mientras observan como recogen multitud de premios. Sam Mendes hizo un trabajo artístico y técnico delicioso con "Skyfall", y como una preventiva y eficaz solución ha asumido su segunda colaboración con James Bond de manera completamente diferente.


"SPECTRE" (Sam Mendes, 2015) pretende, no lo logra por completo, emular el tono clásico de las primeras películas, comenzando por el título, que recupera la mítica "SPECTRA: Ejecutivo Especial para Contraespionaje, Terrorismo, Venganza y Extorsión", porque somos capaces de cambiar la última letra aunque las siglas continúen sin tener ninguna conexión con ella. Con todo ello el film toma una fotografía más oscura, demostrando que el agente idolatrado en todo el mundo posee también sus sombras. Como genial e irrepetible villano se alza Christoph Waltz como un versión mejorado del mítico director de la asociación terrorista, de donde apenas reconocemos a su indestructible gato persa. La película logra una unión perfecta entre argumento y una técnica mejorada de la acción, que su director comenzó a experimentar con su anterior trabajo. Sin embargo aún queda el halo indestructible de la última ventisca de 007, que inundó las salas de llamativas explosiones. La elegancia llama disimuladamente a la puerta, pero se ve desbancada cuando al pasar encontramos a 007 con un exagerado esmoquin blanco a punto de romperse si Léa Seydoux realiza algún movimiento extraño. El cambio entre "Quantum of Solace" (Marc Forster, 2008) y "Skyfall" (Sam Mendes, 2012) es bastante más ancha a los precipicios que su protagonista salta sin dificultad, sin embargo hace falta algo más que una primera secuencia espectacular para volver a la auténtica esencia de Bond, James Bond. (Como verán Monica Bellucci por poco no aparece ni en la crítica).

lunes, 28 de diciembre de 2015

Indispensables navideños

En Navidad se vive cierto desconcierto con las películas para ver en familia, se junta la Nochebuena, el día de los Inocentes, Nochevieja y Epifanía, presentes en multitud de películas de manera dispar siempre centrando estas fechas en un acontecimiento, cuando para muchos no es más que unos días repletos de intensidad que desean pasar cuanto antes. Los especiales televisivos se sirven de guiones pésimos que intentan llegar tambaleándose a grandes canciones que todos recordamos, y que funcionan perfectamente como telón de fondo de cualquier cena no demasiado problemática, este año solamente se salvaría el especial "Ven a mi casa esta Navidad", donde Raphael nos invitaba a su casa y nos regalaba interpretaciones magníficas, con un mayordomo excepcional (Carlos Areces), y unos invitados brillantes en su naturalidad, como Leonor Watling, Asier Etxeandia o Santiago Segura, geniales entre el humor y la más pura fiesta de mano de Raphael que atendía las veces con la genialidad que le ha caracterizado sus más de cincuenta años de carrera. Para completar el ocio audiovisual en estas fechas, y visto que después de Raphael, y probablemente José Mota en Nocheviaja, no hay nada que hacer con la televisión, les ofrecemos dos títulos imprescindibles para disfrutar en familia, dos obras de Robert Zemeckis que despiertan su lado más navideño y... animado:


1. "Cuento de Navidad" (Robert Zemeckis, 2009)

La conocida historia de Dickens llevada a la pantalla de una forma estremecedora, una animación única que baila entre las luces y las sombras con la esencia navideña que ya todos hemos aprendido de la mano del anciano Ebenezer Scrooge. Busca la espectacularidad, una enorme cantidad de hechos apoyados en la magia y la fantasía, y la fría historia de Scrooge alimentada de una animada luz fantasmal que permite no caer en la emotividad. La técnica de rodaje es una auténtica delicia, somos capaces de reconocer a Jim Carrey en su versión animada, incluso a Gary Oldman y por supuesto un genial Colin Firth, que completan un reparto de lujo en un film que deja escenas para la historia de la animación. La diversión se ve controlada por la frialdad de la narración del cuento original de Charles Dickens del viejo Londres, sin embargo Zemeckis no es capaz de resistirse al increíble potencial visual que ha encontrado en la animación, después de rodar películas inolvidables como "Regreso al futuro" (1985), "Forrest Gump" (1994), "Náufrago" (2000) o nuestro siguiente film...


2. "Polar Express" (Robert Zemeckis, 2004)

El director recicla su obsesión por la aventura en un personaje que habita en su propia soledad, que a través de la experiencia que recorrerá se convertirá un nuevo hombre, en lo que también destaca el cuento de Dickens. En este film el director experimenta con su pequeña pieza de animación, que crece con imágenes asombrosas unidas a un guión delicioso, basado en su narración, se trata como si se tratase de un film más (de carne y hueso), además de canciones pegadizas, que brillan también en la versión doblada, por un genial trabajo de las mismas, por lo que somos capaces de disfrutarla doblemente, y de reconocer también a Tom Hanks en el simpático gerente del expreso. Una bonita historia navideña que trata la fe a través de la comedia y la aventura, que Zemeckis sabe tratar para niños y adultos, sin utilizar la enorme carga emocional que encontramos en las cintas de Pixar, por otra parte geniales también. Se trata de una fábula exquisita, basada en el libro de Chris Van Allsburg, autor de otra de las grandes obras de aventuras, adaptada al cine como "Jumanji" (Joe Johnston, 1995)

viernes, 25 de diciembre de 2015

El camino que lleva a Belén

La Navidad española está repleta de tradiciones que completan nuestro ciclo social, turrones, fiestas, champán, y ojos de besugo que ensombrecen a los suculentos platos que reposan sobre la mesa. Es la época de los suicidios, también de la reconciliación, y el engaño de una falsa felicidad que últimamente encontramos más presente durante el resto del año. "España va bien" volvía a repetir Mariano Rajoy elogiando la mítica campaña de Aznar, en esta época crítica del año, unas elecciones pueden conllevar terribles consecuencias, nunca vistas desde el fallecimiento del caudillo a un mes de las mismas fechas. Por aquel entonces la mitad de España lloraba al generalísimo, mientras la otra mitad celebraba como no había podido hacerlo en casi cuarenta años. La sociedad española se alimenta de las épocas de regocijo y alegría para llenar el buche y afrontar el resto del año, el espíritu de la Navidad es un falso mito impuesto para llevar a cabo el verdadero sentido navideño. La religión fue la promotora de esta festividad que a lo largo de los años ha sido consumida por la ambición humana, y es que ya en "Plácido" (Luis García Berlanga, 1961) algunos de los protagonistas llegaban tarde a la misa del Gallo. El cine se ha alimentado de esta época para lanzar sus grandes estrenos anuales, las fiestas son propicias a las salas de cine, y la fecha es la perfecta para aproximarse a los premios que se fallarán en los siguientes meses de Enero y Febrero. Así pues este año toda la expectación es para Quentin Tarantino y su navideña "The Hateful Eight", que nuestro país a vuelto ha maxilar con otra de sus tradiciones, cambiar el título a "Los ocho odiosos". Michel Piccoli cumplió todas y cada una de nuestras fases del fin de año en "París-Tombuctú" (Berlanga, 1999), mientras Luis Buñuel destrozaba el árbol de navidad de Charles Chaplin, como muestra del odio al planteamiento burgués de la Navidad. El director de Teruel ya se vengó propiamente años después con "Él ángel exterminador", angustioso retrato de una burguesía en declive estrenada el 16 de diciembre de 1962. Aunque todo aquel que perviva en el clásico sabrá que la verdadera esencia de la Navidad se halla en el reencuentro con Chencho.


Este año ha sido también el gran año de Raphael, con sus imparables giras por todo el mundo, encontró un hueco para rodar "Mi gran noche" con Álex de la Iglesia, y además seguir levantando el cartel de "sold out" en sus conciertos con la Sinphónica de Radio Televisión Española. Y cómo no volverá para ofrecernos en Especial de Nochebuena, donde frente al televisor se forma una simbiosis donde el espectador y el cantante encuentran juntos el camino que lleva a Belén a ritmo de un viejo tambor. Esta inmensa unión entre el cine y la música, que sólo Raphael es capaz de erguir, no se repetía desde el estreno de "El Golfo" (Vicente Escrivá), el 20 de diciembre de 1969. Los grandes directores no han podido evitar encontrar en la Navidad una época cumbre para situar sus historias, y aprovechar su mágico reflejo globalizado para levantar sus films. La primera película en solitario de Juan Antonio Bardem se trató de un divertido cuentecito navideño consumido por las grandes productoras que se tituló "Felices Pascuas" (1954). Berlanga no dudó en recordarnos el terrible pesadumbre de estas fiestas, desde el mítico "Plácido" a aquella esperpéntica familia de "Moros y cristianos" (1987) que buscaba la venta de sus turrones a nivel nacional, aunque sin duda el mayor reflejo de esa angustia navideña se vio en "Tamaño Natural" (1973), donde utilizó su alma fallera como perfecto recurso para redimir la culpa de un abandonado Michel Piccoli. Álex de la Iglesia utilizó el fondo de un Madrid lleno de luces de colores para su gran obra maestras, "El día de la bestia" (1995), que a día de hoy se ha convertido en visualizado obligatorio junto a "El tamborilero" de Raphael. Incluso Pedro Almodóvar, declarado enemigo de la Navidad, afirmó que su "Carne Trémula" (1997) podía tratarse de un cuento de Navidad, mientras José Luis Borau terminaba de escribir "Navidad, horrible Navidad" (novela publicada en 2003), donde la anticipada celebración de la Navidad partió como el centro de todas las entrevistas al director. Este año, con casi un 20% menos de deuda en Madrid, puede que podamos permitirnos dejar las luces navideñas todo el año, como una de las geniales carmenadas. Este año las navidades comienzan con las elecciones, esperemos que terminen antes de cuatro años.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Paseo por el centro en Adviento

Si alguna persona no recuerda la angustia de José Isbert en su ardua búsqueda de Chencho por la Calle Mayor, imagen central que hizo Pedro Masó levantar el guión de "La gran familia" (Fernando Palacios, 1962), la voz rota de Isbert nos introduce en el Madrid del tardofranquismo como fiel retrato de un época acosada por una crisis social que afectaba a España desde la Guerra Civil. Luis García Berlanga narraba esa época como unas largas vacaciones donde descubrió el mundo de la noche, también presente el agobio y la tensión dividida entre el placer y el dolor, que compartió en la enfermería de la sangrienta batalla de Teruel, y finalmente en las heladores noches rusas con la División Azul. Jaime Camino y Manuel Gutiérrez Aragón escribieron juntos "Las largas vacaciones del 36" (1976) que dirigiría el primero, en ella se encontraba el concepto entre la diversión y el estío vivido en los primeros momentos de incertidumbre. Sin embargo la obra teatral de Fernando Fernán Gómez, "Las bicicletas son para el verano", posteriormente adaptada a la gran pantalla, sería la primera gran incursión en la vida teñida de terror, duda y sobre todo una falta total de información manipulada por ambos mandos. Tuvo que llegar otra vez Berlanga para abrirnos los ojos con "La Vaquilla" (1986), y demostrarnos una vez más que todos los hombres, y sólo algunas mujeres, no somos más que el mismo perro con distinto collar. Todo ello perfectamente aplicable a la sensación que se vive al pasear por la Puerta del Sol, por la Plaza Mayor o por la Plaza del Callao, donde encontramos de todo menos silencio.


Cientos de personas cuchichean sobre los votos, mientras una incertidumbre globalizada se apodera de todos nosotros, caminando a un paso desconcertante, agobiante, lento e inducido inconscientemente por el ciudadano de delante, que como tú no sabe escoger un rumbo fijo hasta encontrarse así mismo dentro de esa plaza a rebosar, donde sabes que te han robado la cartera en cuanto has mirado de reojo el escaparate de "Victoria's Secret", aún dirigiéndote a la mercería de toda la vida, con Doña Eustaquia, dependienta reputada que no tarda más que unos segundo en tapizar el mostrador de calcetines y enormes bragas color beige, que en el mejor de los casos poseen la doble utilidad como faja. Y las elecciones continúan ahí, ni siquiera sabiendo el veredicto final tenemos claro quién gobernará los próximos cuatro años en nuestro país. No terminamos de comprender la realidad que nos abofetea en medio de la agobiante plaza, entre Testigos de Jehová y vendedores de Biblias masterizadas con nuevos capítulos extra. En "La vida alegre" (Fernando Colomo, 1987) los políticos eran portadores de enfermedades de transmisión sexual, sin olvidar que ya en "La escopeta nacional" (Luis García Berlanga, 1978) eran capaces de decidir el futuro del país desde el control del pelele nacional, todos nosotros manipulados por la mala educación, que lejos del pecado almodovariano, nos redime a depositar nuestro voto en alguno de esos hombres, disfrutones de berlanguianas cacerías donde el mayor político es aquel al que no se le resiste el último canapé. Pero ya lo decía Berlanga una vez más, todo son perros con distinto collar, aunque el refrán popular ya nos lo viene advirtiendo desde que rogábamos a Dios, dejando el mazo en los perros, entonces sin collar. 

sábado, 19 de diciembre de 2015

¿Se han cambiado el peinado?

"Star Wars: El despertar de la Fuerza" (J.J. Abrams, 2015) se ha convertido en uno de los mayores despliegues cinematográficos de todos los tiempos, millones de fans entonan por las calles la mítica música de John Williams (sin duda uno de los grandes protagonista del nuevo episodio) y la Fuerza se hace presente en unas Navidades más pendientes de la reaparición de Luke Skywalker que del nacimiento del Niño. La nueva tendencia del spoiler ha destruido parte del encanto que envolvía este ambicioso proyecto, mientras los fans disfrazados de algunos de los seres más extraños del universo de George Lucas se apresuraban a lanzar sus predicciones, vista la película se caen la gran mayoría, sino todas, aunque la gran mayoría ya resultaban absurdas antes de demostrarse. Toda esta expectación destruye en parte la esencia cinematográfica de la saga de la guerra de las galaxias, este mundo paralelo que Lucas irguió con su propia filosofía y una estética oscura iluminada por sus personajes, es ahora reinventado y puesto en la parrilla de un Hollywood actual, con la estructura fílmica de Disney, actual distribuidora de la saga capaz de introducir a Mickey Mouse con BB-8 si nos distraemos. La película afronta todos los clichés que ella misma creó hace cerca de 40 años, y llama la atención la multitud de primeros planos que guarda el film, perdiendo en parte esa actitud global que guardaba la sextología original de Lucas. El auténtico admirador de "La guerra de las galaxias", sufre ya de por sí desde la ausencia de Yoda, ahora Abrams afronta drásticamente la nueva trilogía eliminando de cuajo las hierbas a las que no ve futuro para poder jugar con sus propios personajes.


Sin lugar a duda, "El despertar de la fuerza" es una gran película, utiliza la técnica precisa y da al espectador lo que busca en la sala del cine. Un perfecto metraje para consumir cuantas cajas de palomitas se precisen, se añaden además pequeñas dosis de un humor introducido en la acción que nos muestra la mínima vis cómica que posee Hollywood, todo ello queda rebajado al recordar las simpáticas conversaciones entre C-3PO y R2-D2 en el pasado, sí que se rescatan alguna de éstas. En los últimos veinte minutos se comienza a respirar nuevos aires de lucidez, la trama comienza a asentarse y termina en el punto más álgido, a la altura de la mejor de las escenas de "Star Wars" (George Lucas, 1977), lo que supone dejar un listón muy alto para el próximo episodio, previsto para el año próximo, donde contaremos con gran villano, encarnado por Benicio del Toro. La falta del espíritu jedi en el film se ve compensada por la búsqueda del mismo, una galaxy-movie que avanza rápidamente durante más de dos horas, prácticamente inadvertidas llenas de un ansia que apenas deja respirar entre nuevos emperadores, nuevos vaders y con los mismos Solo, Chewbacca y la general Organa, genial evolución del personaje de la princesa Leia que nos dejó con la duda compartida por su hermano Luke, frente a la sabia mirada del maestro Ben Kenobi, encarnado como nadie por el genial Alec Guinnes. Con cierta nostalgia y emoción acogemos este reencuentro con la guerra de las galaxias, que promete convertirse en una gran trilogía, aún con la triste ausencia que deben descubrir con el visionado del film. La creadora de los spoilers con aquel mítico: "Darth Vader es el padre de Luke", vuelve a los cines en un despertar, donde ha cambiado algo más que el peinado-ensaimada de Leia, como ironiza Han Solo.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Olor a Navidad




"Con nueces, peladillas y un poquito de champán, 
cantando una canción que diga con mucha humildad, 
que aquí los tres payasos piden a la humanidad
que reine la Paz." 



                   
                   "Navidad de Paz" de Miliki




Miliki ha sido el mayor ejemplo de reconciliación entre adultos y niños, una rivalidad surgida de la rutina y reflejada en películas como "Novio a la vista" (Luis García Berlanga, 1954) o "¿Quién puede matar a un niño?" (Chicho Ibáñez Serrador, 1976), dos puntos de vista completamente diferentes completamente anulados en Navidad. Miliki fue uno de estos nexos entre la infancia y la madurez, cuando a finales de los 90' dedicó un álbum con sus mayores éxitos a sus niños de 30 años. Mientras el buen turrón ya comienza a desaparecer en Arrese o Casa Mira, y los ferreros rocher nos esperan en las cajas de los supermercados, la Iglesia encuentra en esta época su mejor baza para contar con la reivindicación del sentido de la navidad, aunque año tras año el consumismo y las riñas familiares se van reafirmando con las auténticas características de la época. Llueven críticas de todas partes, nervios, unos tienen ganas de que pasen lo más rápido posible, otros se pasan el año entero preparándolas, y prácticamente nadie es capaz de vivir al margen del folklore navideño que se forma en la calles. Cuando aún algunos buscaban reforzar la venida del Señor con mulas y bueyes que atentan contra la opinión de papas eméritos, la alcaldesa de la ciudad, capaz de dar la bienvenida a refugiados que no terminan de llegar, decide que Madrid es una villa laica, y que por lo tanto exponer un Belén en el ayuntamiento, como viene siendo la tradición, no es adecuado. Por su fuera poco se nos presentan las elecciones cuatro días antes de las elecciones, temiendo hazañas como que este año en vez del Niño se nos presentan las niñas de Rajoy, o que la Virgen María se haga una coleta y vista un velo color morado, cuando aún nos cuesta a día de hoy saber si fue rubia o morena. Los puñetazos se cuelas en actos electorales y los mazapanes se calientan en la última hornada, y ya nos llega el olor a Navidad, una cuenta atrás llena de clichés que nos unen a todo el país como nación, con caganer incluido.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Ridley Scott, a martian

Ridley Scott nos ha demostrado que es un gran director, venido del más puro Hollywood ha sabido dar su propia esencia a cada uno de sus trabajos, nos ha regalado films de la talla de "Gladiator" (2000), "Black Hawk derribado" (2001), "American Gangster" (2007) o "Thelma & Louise" (1991), aparentemente nada que ver entre ellas, enormes películas que han quedado para la historia y siempre vitales para una conversación cinéfila, sin embargo donde el mundo entero emula y mitifica a Ridley Scott es en el género de la ciencia-ficción, sin duda rama del cine que desde los comienzos ha movido a la mayor cantidad de masas, sobre todo desde los fenómenos de "Star Wars: Episodio IV - Una nueva esperanza" (George Lucas, 1977) y poco después del propio "Alien, el octavo pasajero" (Ridley Scott, 1979), que lejos de caer en tópicos, gritos, sustos y angustia, supo reinventar esos tópicos que aún estaban por formar, controló los gritos, y transformó la angustia en un suspense delicioso, formando una de las mejores películas del género de todos los tiempos, que llegó a tener unas primeras secuelas a la altura, dirigidas por James Cameron y David Fincher, a día de hoy el propio Ridley Scott prepara la quinta parte de la saga "Alien: Covenant" (prevista para 2017), que continuaría la historia del segundo film. "Blade Runner" (Ridley Scott, 1984) nos hizo esperar desde ese momento todo film de Scott, y a día de hoy no ha conseguido defraudar rotundamente, todos sus films tienen una magnífica técnica cinematográfica, aunque sea complicado olvidar cintas como "Legend" (1985) o la más reciente "Exodus: Dioses y reyes".


"The Martian" (Ridley Scott, 2015), en nuestras salas como "Marte", es la vuelta al mejor Ridley Scott, lejos de plasmar cientos de efectos especiales y un enorme despliegue de bombarderos de ciencia-ficción logra ir más allá, indaga en cada personaje, lo disecciona y lo abre al espectador, trabajo ya realizado en el best seller homónimo de Andy Weir en el que se basa. Resulta el aspecto más interesante de este Robinson Crusoe espacial, donde se introducen situaciones claves que llevan y manejan la comedia, como la inmensa atracción que causa saber que un hombre se encuentra en Marte, sólo, y que debe sobrevivir cultivando en el planeta vecino. Un enorme trabajo donde cabe todo, y Matt Damon ofrece una gran interpretación, acompañada de un enorme cambio físico que tanto atractivo recoge para los académicos. Todos hablan y alaban la enorme banda sonora de "Marte", no la encuentro así ni mucho menos, lo que realmente entiendo como banda sonora no es más que hilos de tensión que acompañan en los momentos difíciles, lo que creo que debe ser alabado es la selección de canciones míticas que acompañan los momentos paisajísticos de la película, donde destacan "Stuff" de Donna Summer, "Waterloo" de Abba, o el final made in Hoollywood con el "I will survive" de Gloria Gaynor, siendo "Starman" de David Bowie la guinda de un delicioso pastel. El resto del reparto está sensacional ya que tiene tiempo para explayarse y autodefinirse, tal vez demasiado, el film deja ratos para el descanso del espectador que hace que la película de cerca de dos horas y media pudiese convertirse en una de hora y media con el doble de potencia visual, que en este caso se reparte equitativamente en todo su metraje. Jessica Chastain logra salir al espacio, después de sufrir desde la Tierra en "Interstellar" (Christopher Nolan, 2014) y lidera una de las grandes tripulaciones espaciales con Michael Peña, Kate Mara, Sebastian Stan y Aksel Hennie

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Goya de Honor a Mariano Ozores

Mariano Ozores es el restro vivo de toda una etapa cinematográfica en España que va más allá del destape, el landismo, o Pajares y Esteso, fue el genio del cine comercial capaz de mover millones de espectadores con sus simples guiones ahogados en clichés que triunfaban en la salida de una época de represión que de la mano de personajes como Alfredo Landa, Lina Morgan o Paco Martínez Soria, ejemplos de una España castiza que Ozores manejó con maestría dando lugares a algunos títulos grandes de nuestra comedia, y muchos muy olvidables que completan su filmografía con casi cien películas, acompañado de su familia, enormes artistas como su hermano Antonio, hoy desaparecido,  que participó en la mayoría de aquellos filmes poniendo rostro al universo de los Ozores que se han ganado un merecido espacio dentro de nuestro cine. José Luis Ozores, hermano mayor de Mariano y Antonio, era sin duda el gran cómico de la familia capaz de levantar la sonrisa en films como "Recluta con niño" (Pedro Luis Ramírez, 1956) o "Historias de la radio" (José Luis Sáenz de Heredia, 1955) enormes comedias que se erguían como podían en la época más dura de la censura, el repentino fallecimiento de José Luis nos quitó de un futuro cargado de un hombre que con "Esa pareja feliz" (Luis García Berlanga, 1953), "Los ladrones somos gente honrada" (Pedro Luis Ramírez, 1956) y "Calabuch" (Berlanga, 1956) nos regaló alguna de sus mejores interpretaciones sin olvidar su "El tigre de Chamberí" (Pedro Luis Ramírez, 1958), por lo que podemos acordar que el Goya de Honor 2016 a Mariano Ozores, es un reconocimiento a su enorme labor como director rompedor y a sus hermanos como algunos de los rostros cómicos míticos del cine español.


Fue el mítico Benito Perojo quien descubrió a Mariano Ozores, tras su enorme labor como director en los años 30' decidió ganar dinero con el cine y se hizo productor, con "Aeropuerto Telefunken" (1958-1959) se rompieron todos los moldes de la televisión pública, estrenada hacía apenas dos años. En los sesenta comienza su edad dorada como director, autor de guiones perfectamente estructurados sobre historia generalmente sencillas y claras que le llevaron a rodar dos films al año, su éxito fue tal dentro de una sociedad encorsetada que el número de películas al año fue creciendo hasta 1990, haciendo cerca de cuarenta filmes en la década de 1980. "Cristóbal Colon, de oficio... descubridor" (Mariano Ozores, 1982) fue todo un punto de inflexión, dividió la filmografía del director madrileño evolucionando a una nueva época llena de un humor absurdo heredero del esperpento de Valle-Inclán, la astracanada de Jardiel Poncela, llevados con la ligereza de cámara que ya mostró Fernán-Gómez en su "La venganza de Don Mendo" (1961).

Mientras algunos otros intentaban emular a "Cristóbal Colón..." como la mítica "Juana la loca... de vez en cuando" (José Ramón Larraz, 1983) con una fantástica Lola Flores como Isabel la Católica, Ozores volvió a su comedia comercial que rezumaba disparates desde el título como "La Lola nos lleva al huerto" (1984) o "Los obsexos" (1989), esta vez de capa caída. Mariano Ozores tuvo una labor imprescindible que el propio Berlanga reivindicó desde supuesto como director de la Filmoteca Nacional, mientras que Luis ya había trabajado con sus dos hermanos en el pasado y estuvo apunto de colaborar en una serie televisiva con Antonio, Mariano Ozores le rindió un pequeño homenaje con sus filmes "Disparate Nacional" (1990) y "Pelotazo Nacional" (1993) donde reunió a enormes repartos en dos historias propias del infeliz pesimista que rodeaba el cine de Berlanga, hasta contó con Saza, Guillemo Montesinos o López Vázquez para rodarlas. Irónico que finalmente Luis no consiguiese rodar su "Nacional IV" o "¡Viva Rusia!", cuarta parte de las desdichas de la familia Leguineche, Ozores y Berlanga parecían compartir al menos su horror al vacío, pues ninguna de las películas de ambos directores encontramos un segundo de tranquilidad. Merecido Goya de Honor a la Familia Ozores.

lunes, 30 de noviembre de 2015

El Buñuel de México

Luis Buñuel es y será siempre recordado como uno de los grandes cineastas de la historia por sus imágenes fruto del más puro neorrealismo mexicano y su fuerte componente surrealista, una mezcla única, que unida a sus absorbentes guiones y su fuerte uso del visual, le convirtieron en el gran director que hoy recibe la alabanza internacional. Con motivo del Festival Internacional de Cine de Gijón, se ha presentado en el Centro de Cultura Antiguo Instituto la exposición "México fotografiado por Luis Buñuel", una magnífica recopilación de imágenes tomadas por el propio Buñuel como referencia para los escenarios de sus films. De ellas partía también parte esenciales de sus guiones, de chabolas como las de "Los olvidados" (Buñuel, 1950), el imponente paisaje de "Simón del desierto" (Buñuel, 1965) o la emblemática mansión de "El ángel exterminador" (Buñuel, 1962). El fantástico montaje nos muestra la increíble visión del director de Calanda para visualizar sus películas, el estudiado encuadre de unas imágenes aparentemente descuidadas se refleja en los fotogramas con las que se comparan, se descubre la fantástica reflexión cinematográfica que da pie a su llamativo uso del visual. Buñuel tiene un rodaje rápido fruto de una meditada pre-producción, que favoreció su prolífica carrera en México, esta es una muestra de ese trabajo ofrecida de primera mano. Se muestran también imágenes personales de su alojamiento, y parques naturales, puede que semillas de fantásticas ideas que nunca llegaron a brotar, aunque remitiéndonos a palabras del autor, no debemos ver en su obra más de lo que se nos presenta ante nuestros ojos. "México fotografiado por Luis Buñuel" se expone en el Antiguo Instituto Jovellanos de Gijón, hasta el próximo 10 de diciembre.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Right Now, Right FICX

En sus últimas ediciones el Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX) ha experimentado una increíble renovación de imagen, de un oscuro festival, para muchos desapercibido, se ha convertido en un foco de luz que logra involucrar a toda una ciudad para hacerse cómplice del arte cinematográfico que se irgue como una fuerte resistencia en una ciudad donde todos sus cines han ido desapareciendo, los últimos los míticos cines centro el pasado mes de Julio. Éstos fueron reabiertos para la visualización de los films proyectados con motivo del FICX. El increíble ascenso del festival en los últimos años, se debe sin duda a una regeneración del equipo de organización, encabezado por su director Nacho Carballo, que ayer con motivo de la clausura del festival recibió las felicitaciones de cientos de profesionales por haber hecho de la 53ª edición del FICX una de las mejores de su historia. Desde un genial Carlos Areces para abrir y cerrar las galas, hasta un emocionado José Sacristán que recogió el Premio de Cinematografía Nacho Martínez, nos ha dejado momentos memorables como un Víctor Erice convirtiéndose en el espíritu cinematográfico del taller "¿Qué es el cine?" o una sección Gran Angular sensacional en la que se pudieron disfrutar de films como el documental "Hitchcock/Truffaut" (Kent Jones y Serge Toubiana, 2015) que ya acogió buenas críticas en su estreno de San Sebastián. El despliegue cinematográfico ha llevado a una increíble afluencia para disfrutar de ese particular cine independiente que apoya el festival, que este año a sido la vía de entrada de films tan esperados como "La calle de la amargura" (Arturo Ripstein, 2015), que finalmente se alzó con los premios al Mejor Director y el Gil Parrondo a la Mejor Dirección Artística. Caminando por las calles gijonesas uno era capaz de toparse con Alfred Hitchcock o Eduardo Manostijeras, que atraían a los ciudadanos a disfrutar del cine, además de exposiciones como "Mexico fotografiado por Luis Buñuel", teñido de un blanco y negro elegante y cinematográfico.


Una de las grandes apuestas del Festival de Gijón es su concienciación con el papel de la mujer, siempre vergonzoso, y uno de los factores más reivindicados en la industria cinematográfica internacional, desde que Patricia Arquette fuese apoyada por Meryl Streep con un emotivo gesto en la pasa gala de los Premios Oscar de la Academia estadounidense. Así pues, además del afincado Premio Mujer de Cine a la directora de casting Katrina Bayonas, ha tenido lugar la primera entrega del Premio al Mejor Largometraje Dirigido por una Mujer, que ayer entregó la exitosa guionista televisiva Virginia Yagüe a "Zurich" de Sacha Polak. Emotiva entrega, tras saber todo el conflicto que tuvo la guionista con motivo de la originalidad de sus obras, que finalmente quedó resulto con la declaración de autoría de Yagüe. La gala de ayer tuvo un gran protagonista, un ansioso Carlos Areces que supo encontrar en la equivocación la mejor virtud para salvar una entrega de premios, siempre con el cliché del tiempo, que ayer no superó la hora. Sin duda el momento más esperado fue cuando Assumpta Serna, presidenta del Jurado Internacional, entregó la Butaca de Oro al film "Right Now, Wrong Then" del surcoreano Hong Sang-soo, sumando un premio más a la industria cinematográfica surcoreana que en los últimos años está demostrando un magnífico alcanza internacional, el film de Sang-soo se hizo además con el Premio al Mejor Actor para Jung Jae-young. La actriz Loubna Abidar recogió el premio por su interpretación en el film "Much Loved" (Nabil Ayouch, 2015), con un amable discurso lleno de emoción, que tuvo también también un recuerdo hacia esa cara oscura del Marruecos que retrata la película. La insigne presencia de Fele Martínez, ataviado a lo Manuel de Falla, y de Eduardo Noriega, gemelo secreto de Areces, se explicó con la presentación del tráiler de "Nuestros amantes", su próxima película juntos, dirigida por Miguel Ángel Lamata.


El jurado quiso hacer una Mención Especial al film "La delgada línea amarilla" (Celso García, 2015), otra muestra de uno de los mejores años para el cine hispanoamericano. Además "La novia" (Paula Ortiz, 2015), siguió recogiendo premios, esta vez el de Mejor Largometraje de la sección Gran Angular. La clausura de un festival de nueve días, intenso y renovador, terminó con "Un Respiro" ("One Breath") del director alemán Christian Zübert, que con una característica simpatía presentó su film, co-escrito con su mujer Ipek Zübert, un magnífico retrato de una Europa dividida, a través de unas magníficas interpretaciones, cargadas de una fuerte represalia moral ante los países ricos y pobres que conviven entre rescates y subvenciones en lo que llamamos Unión Europea. Una película que marca un festival donde conviven todo tipo de films, y cortometrajes, y donde se alaba el cine asturiano entre las películas de todo el mundo. Zübert presume con su obra de una narración limpia y oscura, introduce la cámara donde pocos se atreven, y a su vez se desprende de toda vena pretenciosa que pueda surgir de ello. Grecia y Alemania, dos países cuyos roles el la política actual tenemos claramente definidos, intercambian su papel como lo hacen sus protagonistas, se pone cada una en la piel de la otra y se vuelve a demostrar como en el cine siempre se ha encontrado una manera de reivindicar la política desde la cultura. Con ello nos despedimos del festival, del cine independiente, de la versión original subtitulada hasta el año que viene, como bromeaba Carlos Areces, si no demuelen los cines centro...