miércoles, 16 de diciembre de 2015

Olor a Navidad




"Con nueces, peladillas y un poquito de champán, 
cantando una canción que diga con mucha humildad, 
que aquí los tres payasos piden a la humanidad
que reine la Paz." 



                   
                   "Navidad de Paz" de Miliki




Miliki ha sido el mayor ejemplo de reconciliación entre adultos y niños, una rivalidad surgida de la rutina y reflejada en películas como "Novio a la vista" (Luis García Berlanga, 1954) o "¿Quién puede matar a un niño?" (Chicho Ibáñez Serrador, 1976), dos puntos de vista completamente diferentes completamente anulados en Navidad. Miliki fue uno de estos nexos entre la infancia y la madurez, cuando a finales de los 90' dedicó un álbum con sus mayores éxitos a sus niños de 30 años. Mientras el buen turrón ya comienza a desaparecer en Arrese o Casa Mira, y los ferreros rocher nos esperan en las cajas de los supermercados, la Iglesia encuentra en esta época su mejor baza para contar con la reivindicación del sentido de la navidad, aunque año tras año el consumismo y las riñas familiares se van reafirmando con las auténticas características de la época. Llueven críticas de todas partes, nervios, unos tienen ganas de que pasen lo más rápido posible, otros se pasan el año entero preparándolas, y prácticamente nadie es capaz de vivir al margen del folklore navideño que se forma en la calles. Cuando aún algunos buscaban reforzar la venida del Señor con mulas y bueyes que atentan contra la opinión de papas eméritos, la alcaldesa de la ciudad, capaz de dar la bienvenida a refugiados que no terminan de llegar, decide que Madrid es una villa laica, y que por lo tanto exponer un Belén en el ayuntamiento, como viene siendo la tradición, no es adecuado. Por su fuera poco se nos presentan las elecciones cuatro días antes de las elecciones, temiendo hazañas como que este año en vez del Niño se nos presentan las niñas de Rajoy, o que la Virgen María se haga una coleta y vista un velo color morado, cuando aún nos cuesta a día de hoy saber si fue rubia o morena. Los puñetazos se cuelas en actos electorales y los mazapanes se calientan en la última hornada, y ya nos llega el olor a Navidad, una cuenta atrás llena de clichés que nos unen a todo el país como nación, con caganer incluido.

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