Por todos es ya sabido que Jesucristo, ése hombre, no nació el 25 de diciembre del año 0, como se ha dicho durante cientos de años, pero para qué cambiar una fiesta que a lo largo de los años se ha ido acomodando a las fechas en las que se celebra. Navidad del latín "nativitas" ("nacimiento") es una fiesta religiosa de la que el consumismo y las peleas familiares se han ido apoderando, ya es ritual navideño leer en los periódicos la noticia de que los suicidios y las depresiones aumentan en esta época. Charles Chaplin, con cuatro matrimonios y once hijos fue siempre desertor de la "Navidad", tal vez porque debía hacer tres películas más para recuperar el dinero, tal vez no, el caso es que el gran "Charlot" falleció la fría mañana del 25 de diciembre de 1977, en su casa de Suiza. La televisión utiliza como nadie esta fiesta universal, los anuncios de juguetes y posibles regalos para Nochebuena aumentan, algunos de ellos son extraños, hace tiempo se anunciaba siempre un perro de peluche que levantaba la "patita" y orinaba en los zapatos de un guardia inglés, se llamaba "Pipi-Max", este año ha aparecido un tal "Caca-Max" del que no creo que sea necesario explicar su función. Por otro lado los encargados de la programación televisiva se encargan de atosigarnos con numerosas películas que tienen como objeto principal meternos absurdas historias navideñas que no nos llevan a ninguna parte, como es el caso de "¡Vaya Santa Claus!" (John Pasquin, 1994), "Santa Claus 2" (Michael Lembeck, 2002) o "Santa Claus 3: Por una Navidad sin frío" (Michael Lembeck, 2006), la trilogía protagonizada por Tim Allen es ya una chapuza navideña del protagonista de "Un chapuzas en casa" (1991-1999). Una lástima que tengamos que someternos a este tipo de filmes teniendo grandes obras como "Pesadilla antes de Navidad" (Henry Salick, producida por Tim Burton, 1993), "Polar Express" (Robert Zemeckis, 2004) o "Cuento de Navidad" (Robert Zemeckis, 2009), que son realmente regalos para la vista, que al haberse construido en forma de animación, podemos disfrutar con toda la familia.
Siempre tendremos los grandes clásicos, "¡Qué bello es vivir!" (Frank Capra, 1946) no puede faltar en una velada, la película nos demuestra que la noticia de los suicidios por Navidad ya viene de hace tiempo."Los Teleñecos en cuentos de Navidad" (Brian Henson, 1992) no puede faltar para añorar y recordar buenos momentos de la mano de la Rana Gustavo y Michael Caine. El cine español no se queda atrás, no se puede olvidar "Plácido" (Luis García Berlanga, 1961) un cuento crudo que Berlanga nos regaló hace más de cincuenta años y que podemos continuar aplicando mañana por la mañana, iba a recordar que no solía verla en la programación, sin embargo el pasado día 23 la gran Cayetana Guillén Cuervo nos la volvió a presentar en "Versión Española". Ya en Epifanía, y sin marcharnos de España, debemos recordar una fantástica cinta de animación, "Los Reyes Magos" (Antonio Navarro, 2003) con las voces de Imanol Arias, Javier Gurruchaga, José Coronado, Iñaki Gabilondo, y ese genial Juan Echanove que nos saca más de una sonrisa doblando al fantástico Melchor. Por otro lado todos sabemos que desde el momento en el que Coca-Cola tiñó de rojo a San Nicolás nada fue igual, con lo que la gran película de este tiempo es "El Día de la Bestia" (Álex de la Iglesia, 1995), y más ahora en recuerdo del querido Álex Angulo.
Polar Express no es de las mejores películas de Navidad, a los niños pequeños les puede parecer mágica, pero a partir de los 10 años o así resulta una película algo tonta y predecible, con lo cual es algo aburrida. A nivel de animación muy bien.
ResponderEliminarY por otro lado, quien puede fiarse de un viejo gordo que entra por las chimeneas de las casas una de las noches más oscuras e impuras del año, viste todo de rojo, quiere dejar regalos materiales a los niños, y sólo dice Ho Ho Ho.
Razón en lo de que lo apropiado para esas fechas es esa película de Alex de la Iglesia, pero para los del "otro lado" ...
Enhorabuena por el blog.