miércoles, 1 de octubre de 2014

Nicole Kidman, víctima de la estética

Parece que fue ayer cuando Nicole Kidman se convirtió en una de las actrices más elogiadas de Hollywood, entonces creo que sólo fue una operación de nariz, cuando nos deslumbró con ese personaje fantasmagórico de madre neurótica en "Los Otros" (Alejandro Amenábar, 2002). Uno de mis personajes favoritos de la actriz, ya que convirtió un misterio como la muerte en su vida ordinaria, algo sensacional que sólo la mente de Amenábar y ella pudieron convencerme. La señora Kidman siempre ha querido utilizar su belleza pasajera para alcanzar la fama, su matrimonio de once años con Tom Cruise quedará en el aire, sin saber si fue a oro propaganda, dijo la actriz Assumpta Serna que para triunfar en Hollywood le ofrecieron mantener un idilio con el actor... Nicole Kidman nos regaló, cuando todavía tenía expresión, grandes interpretaciones, como esa obnubilada Virgina Woolf en "The Hours" (Stephen Daldry, 2002) o la fantástica jovencita inglesa manganeada en "Retrato de una dama" (Jane Campion, 1996). Por otra parte encontramos a esa Kidman divertida como chica del hombre murciélago en "Batman Forever" (Joel Schumacher, 1995) o la cabaretera del "Moulin Rouge!" (Baz Luhrmann, 2001). Sin duda el que supo aprovechar su belleza en el máximo esplendor fue Stanley Kubrick, cuando la dirigió en "Eyes Wide Shut" (1999), con ese misterioso argumento que algunos han calificado como la obra maestra del director, y otros como la última bazofia de Kubrick.


Pero tras esta época de gran alcance mundial llegó la actriz de nacionalidad australiana y se convirtió
en un personaje recurrente para películas que mancillaron su nombre, de las que se programan en la televisión a la hora de la sobremesa. "Retrato de una obsesión" (Steven Shainberg, 2006) y "Embrujada" (Nora Ephron, 2005) son algunos de los ejemplos, esta última prometía ser una gran cinta con un argumento original, sobre aquella maravillosa serie de los sesenta que llevó el mismo nombre y que protagonizó la joven Elizabeth Montgomery, pero finalmente se convirtió en otra comedia romántica de la desaparecida Nora Ephron. También reconozco que cuando fue al cine a ver "La brújula dorada" (Chris Weitz, 2007) quedé impresionado, era un papel que me encantó y lo cubrió perfectamente, aunque con menos expresión que en sus filmes anteriores. "Australia" (Baz Luhrmann, 2008) también es una de las frecuentes en la tarde de Antena 3. Ya las últimas películas de la actriz han sido el fin, la actriz ha caído en el vicio de la cirugía estética y ha perdido completamente lo que le define a una actriz, y es el poder mover la cara, entre otras cosas. Sin embargo papeles como el de la amiga pija operada de Jennifer Aniston en "Sígueme el rollo" (Dennis Dugan, 2011), o el de la mujer ya adulta que pierde a su hijo en "Rabbit Hole" (John Cameron Mitchell, 2010), son completamente ajustados a la única expresión que le queda, y quizás por eso recibió una nominación al Oscar por este último papel. Desde luego esperemos que Nicole Kidman nos siga sorprendiendo, pero ya difícilmente brillará como en el comienzo de su carrera...

No hay comentarios:

Publicar un comentario