domingo, 12 de julio de 2015

Ana y Víctor , química y física

Contaminados completamente salimos del magnífico concierto que ofrecieron Ana Belén y Víctor Manuel en La Laboral de Xixón, donde nos demostraron una vez más la química que perdura entre ambos, una idílica imagen de pareja feliz con unas voces cercanas y muy bien conservadas que recitaron algunas de las canciones más reconocidas de su carrera, que se fueron sumando a las novedades de su disco "Canciones Regaladas", y que desembocaron en un apoteósico final que comenzó con el "Asturias", fuertemente coreado desde su comienzo a su fin, finalmente se cerró con una explosiva puesta en escena de color y luces que dio pie a "La Banda". Víctor Manuel ejerció de anfitrión, nos hizo reír y disfrutar con sus "gracies" y el acento asturianu que le dio a las presentaciones, Ana Belén pisó el escenario con delicadeza y elegancia, un sencillo vestido oscuro con un elegante chal blanco, por su espalda ondulaba una trenza jovial y reivindicativa, alejándose del papel de Diana Balaguer (eterna portada del "Hola" en "El amor perjudica seriamente la salud", Manuel Gómez Pereira, 1996), tuvieron acentos breves contra la situación en la que está sumergida nuestro país. "El hombre del piano" fue la respuesta de la cantante ante los gritos de "¡Víctor, Víctor!", dejándonos boquiabiertos con una intensa interpretación de la gran adaptación de la original by Billy Joel. Entre los miembros de la banda, que estuvo magnífica con un saxofón terriblemente genial, se encontraba David San José, hijo mayor de Ana y Víctor, autor de los arreglos del disco que nos sorprende con magníficas nuevas adaptaciones.


"Canciones regaladas" nos ofrece enormes temas con los que de la pareja musical más duradera y unida de todos los tiempos realizan un homenaje a los músicos y a la música de su vida, que dicen haberles venido regalados. Desde una emotiva interpretación del "Aleluya" de Leonard Cohen, hasta el rescate de un clásico "Just de way you are" de Billy Joel, que renombran como "Quiéreme tal como soy". Un repertorio de buen gusto que comienza como lo hizo el concierto, con "El padre Antonio y el Monaguillo Andrés" de Rubén Blades, entre la selección yo me quedo con "¿Cómo pudiste hacerme esto a mi?", una versión turbia entre blues y la banda sonora de un film noir, una versión nunca vista de esta mítica canción de Carlos Berlanga y Nacho Canut. Durante el concierto Ana Belén nos pidió que no la creyésemos cuando dijese "Odio el Verano", muy recurrente aunque llevamos creyendo que ella también nació en el 53' desde 1994. La pareja de artistas forman un vínculo presente en todo momento, que nos regaló imágenes de ambos bailando y sonriéndose, toda una hazaña para las "parejas artísticas" de nuestra socialité. Llevaban sin una gira-tour juntos desde hace más de diez años, en los que ambos han tenido exitosos proyectos personales como el "50 años no es nada", con el que Víctor Manuel celebrara su medio siglo con la música.


Ana Belén nos cautivó a muchos con el cine, algunos aterrorizados por el payaso de "Zampo y yo" (Luis Lucía, 1965) nos refugiamos en la madurez de papeles como el de "Demonios en el jardín" (Manuel Gutiérrez Aragón, 1982) o la joven Adela en la gran adaptación de "La casa de Bernarda Alba" (Mario Camus, 1987). Canta gloriosamente y sus interpretaciones suelen dejar un rastro de grandeza muy reconocible, aún en la comedia como "Sé infiel y no mires con quién" (Fernando Trueba, 1985) o "Miss Caribe" (Fernando Colomo, 1988). Hasta en el cine pudimos disfrutar la unión de Ana y Víctor, cuando éste se decidió a producir dos obras teatrales, cinematográficamente adaptados como nadie por José Luis García Sánchez, y que Ana Belén protagonizó: "Divinas Palabras" (1987) y "Tirano Banderas" (1993). Con "Bajarse al moro" (Fernando Colomo, 1988), Víctor Manuel produciría uno de los grandes clásicos del cine urbano de los ochenta, y con "El vuelo de la Paloma" (García Sánchez, 1989), le daría una nominación al Goya a la Mejor Actriz a Ana Belén... Es por esta época cuando surge el magnífico disco "Tiempo de cerezas", emotivo y nostálgico, y cuando Víctor Manuel obtiene un éxito incomparable como productor con "Yo soy ésa" (Luis Sanz, 1990). Lo complicado ha sido y es ¿cómo ser Víctor Manuel y Ana Belén y no morir en el intento? Un carrera frenética y prolífica, que este verano deriva en esta fantástica gira...

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