Una vez más la traducción de un título al español vuelve a perder, "The Humbling" (Barry Levinson, 2014) ha sido traducida como "La sombra del actor", sin embargo la película se acerca más a la humillación del éxito en decadencia, que al recuerdo del que fue un gran actor. Una película asombrosa, con una técnica cinematográfica magnífica, juego de sombras, enfoques, cámara en movimiento, todo ello consigue que la confusión de la primera escena se nos haga aún más real. Al Pacino, principal atractivo de la cinta, no defrauda, en un drama sobre un hombre que debe reconstruir su vida, convirtiéndose en comedia cuando lo hace demasiado rápido. Sin duda hubiese sido la película del año si no decayese en el argumento por falta de innovación, desde el primer momento se nos vienen a la mente películas sobre artistas que deben afrontar un nuevo reto, y que se manejan también entre el drama y la comedia. "La sombra del actor" ensombrece bajo títulos como "Cisne Negro" (Darren Aronofsky, 2010) o "Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)" (Alejandro González Iñárritu, 2014), donde la carga dramática de la película recae sobre los roles principales, lo que ha permitido mostrar el gran dominio de interpretación de actores como Natalie Portman o Michael Keaton, lo mismo ocurre con Al Pacino, aunque siendo una actor al que no le queda nada que demostrar, deja en "La sombra del actor" una actuación única llena de pequeños guiños a él mismo como actor, al cine, y al teatro, a Shakespeare y a Hamlet directamente, puede que realmente si navegue por las sombras del cine y el teatro, vistas por un actor humillado por la vida, si que guarda cierta relación con "The Dresser" (Peter Yates, 1983), un actor de Shakespeare con sus propios problemas internos, en España fue traducida también como "La sombra del actor".
Aún no teniendo la sorpresa argumental por lo dicho, sigue siendo una obra sorprendente, superando a algunos clásicos que nos ha ofrecido el director en su cine anterior, vuelve a apostar por la indiferencia entre drama y comedia para mostrarnos una situación complicada, en el fondo vemos a un hombre mayor que se tiene que enfrentar a nuevas situaciones. "Good morning, Vietnam" (Barry Levinson, 1987) y "Rain Man" (Barry Levinson, 1988), algunos de los "hits" del cineasta llevaban también a un protagonista a nuevas situaciones, hallar relación entre sus anteriores trabajos y "La sombra del actor" resulta complicado, pues en esta no se ciñe a un género, no es cine negro, no es un biopic, tampoco un thriller, pero sí tal vez una mezcla de todos ellos. Greta Gerwig aterriza de sus habituales comedias románticas para convertirse en el principal conflicto moral del protagonista, y del espectador que, entre la realidad ficticia que se nos muestra y la ficción dentro de ficción de Pacino, no consigue ubicarla o identificarla. Dianne Wiest es el giro de guión que ahonda en el conflicto moral causado, una papel escrito con cuidado, detallado, y cuya incursión en la ficción de Pacino resulta magnífica. La fiesta del cine, celebrada la semana pasada, me permitió disfrutar de esta película por 2,90 euros, por cierto que se volvió a demostrar que el problema de la no asistencia a las salas sí está en el I.V.A., les recomiendo esta película si son amantes de este cine que en los últimos años está revolucionando Hollywood.
Aún no teniendo la sorpresa argumental por lo dicho, sigue siendo una obra sorprendente, superando a algunos clásicos que nos ha ofrecido el director en su cine anterior, vuelve a apostar por la indiferencia entre drama y comedia para mostrarnos una situación complicada, en el fondo vemos a un hombre mayor que se tiene que enfrentar a nuevas situaciones. "Good morning, Vietnam" (Barry Levinson, 1987) y "Rain Man" (Barry Levinson, 1988), algunos de los "hits" del cineasta llevaban también a un protagonista a nuevas situaciones, hallar relación entre sus anteriores trabajos y "La sombra del actor" resulta complicado, pues en esta no se ciñe a un género, no es cine negro, no es un biopic, tampoco un thriller, pero sí tal vez una mezcla de todos ellos. Greta Gerwig aterriza de sus habituales comedias románticas para convertirse en el principal conflicto moral del protagonista, y del espectador que, entre la realidad ficticia que se nos muestra y la ficción dentro de ficción de Pacino, no consigue ubicarla o identificarla. Dianne Wiest es el giro de guión que ahonda en el conflicto moral causado, una papel escrito con cuidado, detallado, y cuya incursión en la ficción de Pacino resulta magnífica. La fiesta del cine, celebrada la semana pasada, me permitió disfrutar de esta película por 2,90 euros, por cierto que se volvió a demostrar que el problema de la no asistencia a las salas sí está en el I.V.A., les recomiendo esta película si son amantes de este cine que en los últimos años está revolucionando Hollywood.
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