Francis Veber se presenta como el autor de esta agradable comedia que parece resistirse a envejecer tras más de veinte años de éxitos, Veber ya se dio a conocer en los años 70' como un dramaturgo y guionista cómico capaz de dominar la materia sin ninguna dificultad, por ello fue nominado al Óscar al Mejor Guión Adaptado por "La cage aux folles" (Édouard Molinaro, 1978), otra gran comedia que analizamos con el motivo de la emisión de su remake, "Una jaula de grillos" (Mike Nichols, 1996). El alcance internacional de la obra llegó con la versión cinematográfica que el propio Veber dirigió en 1998, había formulado un guión excepcional, una sátira social francesa como en pocas ocasiones se ha construido, todo culminó con la elección de un reparto que parece haber nacido con el papel de "La cena de los idiotas" debajo del brazo. "Le Dîner de Cons" (F. Veber, 1998) narra una historia sencilla apoyada en los diálogos, heredados de la fantástica comedia de Louis de Funès. Josema Yuste rescata esta obra mordaz que él mismo representó hace unos años, para hacer una versión trasladada a nuestra España sin perder la esencia de la pura comedia francesa que traspasa todos los poros. El 50% de Martes y Trece se ha hecho también con la dirección de ésta quinta temporada que lleva la obra en cartel, y que tras finalizar el próximo domingo, volverá en Julio.
Apostando una vez más por el teatro disfruto de esta comedia discreta que, pese a conocer los giros de humor de antecedente, nunca decepcionará al espectador. Josema Yuste se deja vencer por algunos tópicos españolas que rebajan el ritmo natural de la obra en algunas ocasiones, además de la reiterativa dificultad de habla del Inspector de Hacienda (¡¡¡Montoro!!! advierten algunos) interpretado por Santiago Urrialde. Sin embargo Ramón Langa, con su imponente voz, consigue llenar el escenario con su presencia, nos lleva a esa persona bien que disfruta con el mal ajeno, y que como marca el guión sufre una buena dosis de su propia medicina, en esta ocasión por Agustín Jiménez, increíble y sensacional. El cómico cacereño alcanza la perfección en alguna de sus escenas, utiliza un amplio material vocal que nos transporta a ese humilde idiota que es Francisco Piñón (François Pignon en la versión original), sus tartamudeos, acentos y confusiones que se acercan a la mejor improvisación, sin duda los dos protagonistas saben llevar con gran talante esta versión, en la que los papeles secundarios son realmente secundarios, Esperanza Lemos y Natalia Ruiz son imprescindibles en el diálogo pero no en la presencia física, al menos más que Manu Badenes en el papel de antiguo amigo recompuesto, sensacional en la versión cinematográfica interpretado por Francis Huster, y que esta ocasión vemos reírse de la situación como un espectador más. Totalmente recomendable les animo a un fin de semana de teatro, disfruten de "La cena de los idiotas" en el Teatro Reina Victoria, cercano y agradable, comedia en tiempo de crisis; si se la pierden aguarden pues volverá en verano...
Apostando una vez más por el teatro disfruto de esta comedia discreta que, pese a conocer los giros de humor de antecedente, nunca decepcionará al espectador. Josema Yuste se deja vencer por algunos tópicos españolas que rebajan el ritmo natural de la obra en algunas ocasiones, además de la reiterativa dificultad de habla del Inspector de Hacienda (¡¡¡Montoro!!! advierten algunos) interpretado por Santiago Urrialde. Sin embargo Ramón Langa, con su imponente voz, consigue llenar el escenario con su presencia, nos lleva a esa persona bien que disfruta con el mal ajeno, y que como marca el guión sufre una buena dosis de su propia medicina, en esta ocasión por Agustín Jiménez, increíble y sensacional. El cómico cacereño alcanza la perfección en alguna de sus escenas, utiliza un amplio material vocal que nos transporta a ese humilde idiota que es Francisco Piñón (François Pignon en la versión original), sus tartamudeos, acentos y confusiones que se acercan a la mejor improvisación, sin duda los dos protagonistas saben llevar con gran talante esta versión, en la que los papeles secundarios son realmente secundarios, Esperanza Lemos y Natalia Ruiz son imprescindibles en el diálogo pero no en la presencia física, al menos más que Manu Badenes en el papel de antiguo amigo recompuesto, sensacional en la versión cinematográfica interpretado por Francis Huster, y que esta ocasión vemos reírse de la situación como un espectador más. Totalmente recomendable les animo a un fin de semana de teatro, disfruten de "La cena de los idiotas" en el Teatro Reina Victoria, cercano y agradable, comedia en tiempo de crisis; si se la pierden aguarden pues volverá en verano...
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