Un día Jorge me vino a recoger y llegó demasiado pronto a si que Sor Fátima la monja encargada de la puerta le echó la regañina, cuando llegó la hora y abrieron el colegio cogí a Jorge de la mano y le presenté a Sor Piedad mi tutora en esa época, y habló con ella, aunque Jorge no se llevara especialmente bien con las monjas, aunque cuando le hicieron el transplante, mi abuela y yo les dijimos a las monjas que rezaran por el. No llegué a presentar a Sor Mª del Carmen con la cual se hubiera llevado muy bien era mi profesora de lengua y literatura. En su escritorio tenía una Virgen manca y llegué a asustarme.
Un día le regalaron un libro llamada "Mis aventuras con monjas" el cual no llegó a leerse, cuando veía ese libro en la estantería me hacía tanta gracia y yo le decía: "Déjamelo para leerlo" y el me contestaba:"Antes leete el mío" y estas son las pocas historias con monjas que tuvo conmigo.
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