viernes, 1 de abril de 2016

"Altamira", a Spanish film

Ayer tuve el enorme placer de compartir cine con Hugh Hudson, mítico director de films como "Carros de fuego" (1981) o "Soñé con África" (2000), fue en la premier de su última película "Altamira" (2016), donde casualmente vuelve a coquetear con el biopic, una narración cinematográfica en auge que suele tener amables idilios con el público. La novelas históricas son también verdaderos best sellers, sin embargo Hudson se distingue por lograr convertir al personaje histórico en un protagonista brillante que se enfrenta a un hecho normalmente mitificado, donde entra su peculiar forma de unir realidad y ficción. En "Altamira" se ven pequeños ápices del espíritu creador de Hudson, sin llegar a rozar la superficie, y transformándose en una historia al uso que parece sacada de los coloridos cuadros de un pintor romántico. Véase por ejemplo los coloridos lienzos de Pierre-Aguste Renoir, contemporáneo de Marcelino Sanz de Sautuola, que bien podrían postrarse sobre las preciosas estampas cántabras que se suceden en el film bajo la fotografía de José Luis Alcaine, decidido por un estilo demasiado clarificado que en ocasiones se muestra como un telefilm. Personalmente soy un gran admirador de las películas de televisión, sobre todo las tv movies que toman un personaje y narran su historia por encima de todo, sin importar del todo matices cinematográficos que desaparecen con el melodrama. Por ello el film está cargado de una emotividad humana que se transmite fácilmente al espectador medio, y quizás porque los luminosos planos de Alcaine parecen compuestos como un bonito álbum de la familia Botin, pues como ha corrido por toda la prensa, Sautuola no era otro que el bisabuelo del gran banquero Emilio Botín, a quien está dedicado el film.


La sobrina del banquero santanderino Lucrecia Botín Sanz de Sautuola ha sido una de los principales productores, Ana Botín figura como productora ejecutiva. Y es que, después de todo, este gran proyecto producido por Morena Films, ha estado cerca de siete años hasta que finalmente ha visto la luz, un esfuerzo que se ve reflejado en una elegante escenografía*, que con Antonio Banderas en escena convierte el descubrimiento de las cuevas de Altamira en un auténtico foco en la Cantabria de final del siglo XIX. Donde hasta el mismísimo Alfonso XII se hace notar. Con diez millones de euros de producción se echan en falta más momentos de emoción argumental, algo alejada de la historia central, como suele ser el reconocimiento de personajes históricos que a todos nos divierte en ver en tamañas situaciones. Aunque ahí se muestran esas agobiantes escenas con los bisontes y la hija de Sanz de Sautuola, que en su madurez es interpretada por la fantástica Irene Escolar, que pese a contar sólo con unas breves secuencias finales demuestra la única carga emocional que recae sobre un personaje como tal. Fantásticos primeros planos de todos los intérpretes durante el metraje, quizás una ventaja de contar con su director. Pese a todo cuesta creerse ese inglés que se resiste a los nombres latinos con cierto humor, y mucho más después de que su propio director dejase muy claro que se trata de "un film español, que cuenta la historia de un español" que, gracias a su hija, hizo uno de los mayores descubrimientos de la historia. El film es perfecto para visitar las cuevas de mano de Banderas, Farahani en el papel de amante esposa distanciada por su propia religión, y sobre todo Allegra Allen, la mayor respiración de libertad de la película. Si el estar rodada en inglés funciona bien para su venta en el extranjero será todo un logro que espero ver, temiendo que las playas cántabras queden abarrotadas.
*Mención especial a la dirección artística, vestuario y efectos especiales.

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