lunes, 24 de febrero de 2014

Mi querida señorita de Armiñán

Cuando un maestro hace una obra maestra salen grandes películas como "La escopeta nacional", "Belle Époque" o "El apartamento", en este caso se juntaron un maestro como es José Luis Borau y otro como es Jaime de Armiñán, si a este le sumamos el debut de Armiñán como director de una película propia (ya que lo poco que había dirigido era más comercial que otra cosa), pero es que la calidad aumenta cuando los actores principales son Julieta Serrano y José Luis López Vázquez, la obra maestra de la que estamos hablando es "Mi querida señorita" de 1971. Hablamos como si las obras maestras fuesen muchas, y no, la verdad es que escasean, lo que pasa es que una vez hechas y juntadas, pues llegarán a las veinticinco mal contadas, de las millones y millones que existen. Además este film tuvo mucho que superar, en un comienzo el cambio de identidad, algo escandaloso, y segundo la censura franquista que estaba llegando a su fin. Armiñán con sigilo y arte lo consiguió, la película fue  nominada al Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa, pero finalmente fue Luis Buñuel el que se la llevó con "El discreto encanto de la burguesía". El director del film (Armiñán) ha recibido en la pasada gala de los Goya el premios de la Academia de Honor, el máximo reconocimiento a una carrera en el cine español, el director lo acogió con su característica simpatía y tuvo un recuerdo para su compañero, ya fallecido, José Luis Borau, que tiene un papel con diálogos incluido en el film, es más, es el encargado de desvelarnos la realidad de Adela (López Vázquez).

El film comienza con una magnífica histórica, la de una mujer con su hueco en el pueblo, preside
charlas con las marujas del pueblo, da el saque inicial de los partidos locales, y demás actos relevantes en un pueblo, ella es: Adela. Un antiguo pretendiente, Santiago (interpretado por Antonio Ferrandis), vuelve al pueblo y recae en lo que sentía por ella en su juventud, aunque salta a la vista que Adela no es muy agraciada. Santiago se le declara en la que es una escena maravillosa, todo el paseo en la playa, Adela sabe que hay en ella que no es normal y los nervios le pueden, enseguida marcha a confesarse, el sacerdote le recomienda a un doctor amigo suyo para que la examine (este doctor será Borau). Es aquí cuando todo cambia, Adela comienza a sentir celos hacia su criada (Julieta Serrano) y decide dedicarse a lo que le ha dicho el doctor que es. Un film completo, con ese punto de morbo, de libertad (que ya comenzaba a oler) y de trama que consiguen las que son unas de las cabezas más grandes de nuestra cinematografía, Borau y Armiñán. La película fue bien reconocida por la crítica y tuvo una buena captura internacional, José Luis López Vázquez recibió varios premios y distinguido elogios por su interpretación.


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