jueves, 22 de diciembre de 2016

El pájaro del Hortelano

En la era en la que las noticias duran un segundo pasa de largo un tweet desafortunado que anuncia la noticia del fallecimiento de "El Hortelano, pintor de la Movida madrileña", por un momento se detiene el tiempo y no es porque vaya mal la conexión. ¡Pepe! Desde mi infancia se había convertido en parte de mi imaginario ochentero, todo ese grupo de artistas brutales a los que he tenido la suerte de ver y conocer desde niño, deslumbrándome cada vez que descubría parte de su trabajo. Ouka Leele, Ceesepe o Alberto García Alix son algunos de los componentes de mi propia "Guía de pecadores/as: (todos los que están)", rescatando el título de Umbral, a los que he estudiado, admirado y contemplado durante años. Pepe, El Hortelano resultaba una persona entrañable, abierto a todos aquellos que concebimos la Movida como esa época extraña de la que heredamos una explosión de cultura y arte inimaginable, tan solo un lustro antes. Una época de la que salen premios nacionales y medallas de oro (de algún arte) cada año, demostrándonos políticamente la corrección de un arte tachado de desfasado (como último reconocimiento), El Hortelano fue Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2009. Personalmente me fascina coleccionar toda la obra de los artistas que me resultan indispensables, sin embargo todos los artistas de mi imaginario ochentero poseen una inestimable cantidad de obra en multitud de facetas artísticas. Los cuadros de Pepe son mágicos, cuando uno se planta ante ellos parece sentirse en "La noche estrellada" de Van Gogh, un universo místico, elegante y colorido que nos transporta por un mundo ilusorio de fantásticos animalillos que juegan con la fascinación del que contempla. Divertidos recreos de placer, en ocasiones tan sencillos como una mano que se convierte en un ave dando de comer a su cría. Y allí están también todos los clásicos, de influencias reconocidas por el propio Pepe, desde Chagall al Greco, su pintura alcanza un reconocimiento que va mucho más allá de un época, más allá de la Movida.


El Hortelano y sus pájaros, una de las historias que más me divertía era la descripción de la casa del pintor por parte de mi madre, siempre que íbamos a un lugar donde estaría Pepe, jugaba con las lagunas mentales de mi madre para que me contase cómo revoloteaban sus pájaros por el recinto hogareño mientras unos huevos estaban a las espera de dar a luz. Poco tenía que ver El Hortelano con la popular obra de Lope de Vega, resultaba una persona cercana y amable, con un rostro bondadoso inundado por sus espesas cejas que ya se habían convertido en un icono, junto a sus ojos, en míticas fotografías de Ouka o García Alix. Hace unos años la editorial Huerga y Fierro comenzó a publicar la Colección de Libros de Ouka Leele, entre los que se encuentra "Anima Mundi" escrito por José Alfonso Morera Ortiz, "El Hortelano". El alma del mundo, el espíritu etérico puro, es fascinantes como la concepción de su pintura se filtra en unos escritos que parecen pintados sobre lienzo, con reflexiones fascinantes que destacan sobre su influencia más clásica. Como ese capítulo en el que dice que "en los lienzos me han influido mucho los atascos de tráfico, algunos libros de Maeterlink sobre Biología, [...] España, las noticias sensacionalistas...". Hasta alcanzar el genial punto de vista de un superviviente de una generación de la sentía como "un privilegio" haber pertenecido y "coparido". La visión que nos queda de aquella época llega ahora a la masa media por una televisión que se recuerda así misma en un tono hortera y algo mareante, incluso muchos de sus protagonistas se interpretan así mismos en las entrevistas. El Hortelano fue uno de los últimos artistas puros de la Movida, cuya pintura fue evolucionando con él a través de los años. Desde mi humilde calidad de fotógrafo eventual (es decir, en eventos) puedo decir que era un placer fotografiar a El Hortelano, sonriente, vivaz y expresivo. Su fallecimiento nos pedrea una vez más como una época que se aleja, y de la que en breve sólo respiraremos algún resquicio en un reality show. Hasta siempre Pepe, gracias por dejarnos tanto.

Fotografiando a "El Hortelano"

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