lunes, 29 de agosto de 2016

Maxcotas: The Secret Life of Toys

Cautivado por el sofisticado Nueva York de "Café Society" (Woody Allen, 2016) decidí no salir de la ciudad, ni del cine, y meterme de lleno en una historia de animación que sucede íntegramente en la emblemática ciudad que Illumination Entertainment ya había conquistado con "Los Minions" (Kyle Balda y Pierre Coffin, 2015). La productora, que promete ser uno de los mayores rivales de Pixar desde que DreamWorks fuese adquirida por Universal, se entrega este año con "Mascotas" (Chris Renaud y Yarrow Cheney, 2016), recordando desde el primer momento que ellos son los creadores de los políglotas seres amarillos con un cortometraje innecesario, muestra de la falta emocional que los diferencia de Disney Pixar (alabados internacionalmente por "Piper", Alan Barillaro, 2016, cortometraje que acompaña el film "Buscando a Dory", Andrew Stanton y Angus MacLane, 2016). No es demasiado difícil entretener a los niños, cada vez más pequeños, ya que los que tiene ahora seis años saben más que los de trece de antes, algunos quedan hipnotizados ante cualquier muestra de animación (ya sean los Minions o el fragmento anime de "Kill Bill", Quentin Tarantino, 2003), sin embargo sólo unos pocos largometrajes logran transmitirles sentimientos, siendo esos los que verdaderamente merecen la pena en un mundo que sufre una sobredosis de material audiovisual. Es entonces cuando uno ve "Monstruos S.A." (Docter, Unkrich y Silverman, 2001) o "Toy Story" (John Lasseter, 1995) por primera vez y suelta: "Esta estaba bien. ¿No hay otra igual?". Para lucimiento de sus creadores esas pequeñas obras maestras de la animación no abundan, "Mascotas" toma desde el primer momento la estructura argumental de "Toy Story", que bien podría haberse titulado "The Secret Life of Toys".

Chloe, un pelín sobreactuada. 

Por lo demás, la última producción de Illumination no hace más que recoger varios clichés y chistes fáciles (con efectividad comprobada) para sacar adelante una buena historia que cumple perfectamente con su propósito. El reparto de "Mascotas" resulta el punto más original y creativo de la película, todo un reparto de personajes geniales que quizás no exploten todo su potencial, mientras otros son sobreexplotados, como la gata Chloe. El film fue cultivado para ser todo un éxito, los spots que se presentaban en los cines con casi un año de antelación tenían un punto naíf y artístico inusual, como el caniche Leonard, cultivado tanto en la música clásica como en el heavy, con un mítico gag que pasará a la historia pero que se queda ahí, como el resto de apetecibles trailers. Simplemente es una película más entretenida, y probablemente decepcionante en el sentido de las expectativas creadas. "Mascotas" rondó los 100 millones de dólares en su primer fin de semana en USA, un arranque estratosférico que dirigiría su futuro en el resto del mundo, donde ha ido acumulando espectadores con un tirón sensacional. La única maña noticia de todo ello es que se ha confirmado una secuela, ¿seguirá los pasos de "Toy Story 2" (John Lasseter y Ash Brannon, 1999)? En mi opinión mucho más cuidada y planeada que la primera. De momento nos quedamos con "Mascotas 1", una buena película que arranca con un magnífico plano entre edificios y sobre Central Park que nos deja otra pregunta, ¿por qué las cintas de animación siguen estándares habituales, pudiendo situar el objetivo donde quieran, mientras los grandes directores se rompen la cabeza para hacerlo en las grandes producciones? Actualmente no tienen mejor opción que "Mascotas" para verla a gusto, en familia, viendo disfrutar a los más pequeños y riendo con su felicidad.

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