sábado, 11 de abril de 2015

"Birdman"... y el súper-antihéroe

La literatura ha sido uno de los primeros elementos culturales que se han difundido entre la población humana, y desde la misma Biblia hemos tenido que soportar a un ser superior, a un hombre especial y divino, muy alejado de nuestra realidad. Hoy más cerca del estreno de la cinta en DVD, puedo escribir sobre ella, más alejado de la primera vez que la vi, pues si lo hubiese escrito entonces la emoción e impresión que me causó "Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)" hubiese sido un baño de elogios, que aún hoy difícilmente puedo evitar. Puedo expresar mi interrogante hacia las personas que me han comentado que la película no era para tanto, cuando por primera vez en mucho tiempo nos enfrentamos a uno de esos caramelos deliciosos, donde el ansia nos puede y mordemos antes de que esté suficientemente reblandecido. Alejandro González Iñárritu brilla tanto en la dirección como en el guión, una obra sensacional que sabe tratar los claros y oscuros de la vida teatral, un actor perseguido por un éxito banal para sí, una estrella de acción condenada a ello, un hombre capaz de tirarlo todo por la borda con tal de triunfar en la esencia del cine, en el teatro, y no sólo en él, sino en Broadway. El plano secuencia que sólo el clímax es capaz de cortar nos recuerda a aquellas obsesiones que recordábamos en el artículo sobre el film "Musarañas" (Juanfer Andrés y Esteban Roel, 2014), y ésta en especial ya fue objeto de otro gran director, son pocos los que no recordarán en este momento "Rope!" ("La soga", Alfred Hitchcock, 1948).


Cada una de las interpretaciones logra crear un personaje, en muchas ocasiones las películas tienen un personaje protagonista muy elaborado lo que convierte a sus acompañantes de reparto en simples trazos impresionistas, si en este caso es así, los personajes secundarios han debido de salir del pincel del propio Claude Monet. Emma Stone reúne belleza y naturalidad, la representación de lamisca realidad que ahora vemos más que nunca en el cine, Woody Allen nos lo mostró ya en su cinta "Magia a la luz de la luna" (2014), en el personaje que encarnaba la misma Stone. Naomi Watts, Amy Ryan y Edward Norton son pura pasión, se comen la pantalla en cada una de sus escenas, algunas se hacen irresistibles para el espectador. Ejemplo: Edward Norton sumido en su divertido egocentrismo se cambia de ropa en el camerino, Naomi Watts entra natural y comienza a arreglarse, es su pareja, lo que no sabe Watts es que hasta hace unos segundos Norton estaba hablando con la joven Emma Stone, a partir de este momento la escena se desarrollar sóla y limpia, sencillamente genial. Michael Keaton es un actor al que hemos concebido desde nuestra infancia, completamente identificado con Riggan y los posibles fantasmas que le puedan perseguir desde su famoso "Batman" (Tim Burton, 1989) o incluso del genial "Bitelchús" (Tim Burton, 1988) de la que ahora prepara una segunda parte, con Burton y su compañera de reparto Winona Ryder.

Ha sido la gran ganadora de los Oscar, sin embargo aún quedan pequeñas espinas clavadas por ese Oscar al Mejor Actor, Eddie Redmayne le arrebató la estatuilla a Keaton por su genial interpretación de Stephen Hawking, en una cinta como "La teoría del todo" (James Marsh, 2014) que no cuenta nada nuevo del científico y que sería perfecta para la programación de media tarde de Antena 3. Emma Stone, también nominada, tenía pocas opciones ante Patricia Arquette, machacante madre coraje en "Boyhood" (Richard Linklater, 2014). A la espera del estreno de "Irrational man" (Woody Allen, 2015), Emma Stone nos brinda una interpretación cargada de emociones, en la que sus ojos brillan casi como otro protagonista. 

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