Amparo Baró, una actriz de gran porte dramático que ha sabido transmitirnos cientos de sentimientos desde que pisó un escenario por primera vez, en palabras de la actriz: "morir en un escenario me parece una ordinariez y un horror", recordó en una de sus últimas entrevistas. Su último papel sobre las tablas pudo tener alguna relación con el final de su vida, siempre fue una mujer sin tapujos y tristemente fue un cáncer el que apagó su voz, a diferencia de Violet en "Agosto (Condado de Osage)", la actriz era muy querida, hoy sus compañeros de profesión se sumaban en un pésame masivo a través de Twitter. Hace un año tuve la suerte de verla tras una representación de "El cojo de Inishmaan" (Gerardo Vera, 2013-2014) en el Teatro Español, hablaba con el director, quien ya le había dirigido un año antes en "Agosto", ni mucho menos la vi enferma, sí seria y firme, una Señora. Su última interpretación en cine fue en "Maktub" (Paco Arango, 2011), película a la que personalmente le cogí mucho aprecio y donde Amparo Baró, junto con Mariví Bilbao, brillaban como la luz de la comedia. En prensa ya se había anunciado una próxima película protagonizada por Baró y Carmen Machi, recibió el nombre de "La puerta abierta" y sería el primer largometraje de la nominada al Goya (Mejor Cortometraje de Ficción, "La Boda") Marina Seresesky, el rodaje comenzó el pasado noviembre con lo que se comprende que en un principio será su cinta póstuma.
Desde el comienzo fue trabajando con los mejores, no tardó en colaborar con Adolfo Marsillach, en un papel como sustituta de Amparo Soler Leal, tanto en teatro como en cine le abrió su cámara el director Jaime de Armiñán, y su primer papel representativo en cine se lo ofreció Antonio Isasi-Isasmendi para "Rapsodia de Sangre" (1957). A lo largo de su carrera ha protagonizado importantes y envidiados personajes trabajando bajo las órdenes de grandes de nuestro país como lo son Fernando Palacios, José María Forqué, José Luis Cuerda o Jaime Chávarri. Aunque a nivel de reconocimiento nacional sus últimos años fueron esenciales, y todo comenzó en 1999 con las "7 vidas" de Soledad Huete, la gran serie de comedia que le reportó sus primeros Fotogramas de Plata y premios de la Unión de Actores. En la serie se ganó el respeto de muchos compañeros, entre ellos el de Javier Cámara, que hoy le despedía con especial sentimiento en las redes sociales. Los más jóvenes también la recordarán por aquella dura y tenebrosa Jacinta García rectora de "El internado", una de muchas pero con Amparo Baró. En el año 2007, cuando parecía haber terminado su importante relación con el cine, Gracia Querejeta le ofreció un papel en "Siete mesas de billar francés", una cinta de mujeres, por la que que Amparo Baró y Maribel Verdú fueron galardonadas en los premios Goya. A sus 77 años tenemos que despedir a una de las actrices más importantes y fuertes de nuestro cine, una mujer auténtica sin apariencias, anárquica, como ella misma se definía, y siempre dispuesta a dar lo mejor de sí misma para dar luz y vida a un personaje... Hasta siempre Amparo Baró.
Desde el comienzo fue trabajando con los mejores, no tardó en colaborar con Adolfo Marsillach, en un papel como sustituta de Amparo Soler Leal, tanto en teatro como en cine le abrió su cámara el director Jaime de Armiñán, y su primer papel representativo en cine se lo ofreció Antonio Isasi-Isasmendi para "Rapsodia de Sangre" (1957). A lo largo de su carrera ha protagonizado importantes y envidiados personajes trabajando bajo las órdenes de grandes de nuestro país como lo son Fernando Palacios, José María Forqué, José Luis Cuerda o Jaime Chávarri. Aunque a nivel de reconocimiento nacional sus últimos años fueron esenciales, y todo comenzó en 1999 con las "7 vidas" de Soledad Huete, la gran serie de comedia que le reportó sus primeros Fotogramas de Plata y premios de la Unión de Actores. En la serie se ganó el respeto de muchos compañeros, entre ellos el de Javier Cámara, que hoy le despedía con especial sentimiento en las redes sociales. Los más jóvenes también la recordarán por aquella dura y tenebrosa Jacinta García rectora de "El internado", una de muchas pero con Amparo Baró. En el año 2007, cuando parecía haber terminado su importante relación con el cine, Gracia Querejeta le ofreció un papel en "Siete mesas de billar francés", una cinta de mujeres, por la que que Amparo Baró y Maribel Verdú fueron galardonadas en los premios Goya. A sus 77 años tenemos que despedir a una de las actrices más importantes y fuertes de nuestro cine, una mujer auténtica sin apariencias, anárquica, como ella misma se definía, y siempre dispuesta a dar lo mejor de sí misma para dar luz y vida a un personaje... Hasta siempre Amparo Baró.
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