En este año nuevo seguimos recordando a Luis García Berlanga, cumpliéndose el sesenta de aniversario "Novio a la vista", Berlanga vuelve desde los ojos de Arantxa Oteo que le recuerda en el comienzo, cuando dos jóvenes (Bardem y Berlanga) hacían un primer trabajo de escuela, "Esa Pareja Feliz" sin saber el futuro que a cada uno les aguardaba. Arantxa Oteo, profesora y poeta, además de reconocida cinéfila aporta a Mondo Berlanga su recuerdo de García Berlanga. Adelante...
Arantxa Oteo recuerda a Berlanga: "Esa pareja feliz"
Arantxa Oteo recuerda a Berlanga: "Esa pareja feliz"
Me pide mi amigo
Patricio que escriba algo sobre Berlanga para su blog y yo, incauta, le digo
que sí, sin pensar en lo difícil que es hablar sobre alguien tan grande porque
si lo hubiera pensado no le habría dicho tan alegremente que sí. No puedo
pretender, además, hacer un estudio “sesudo”, no soy quién, aparte de que,
además, no quiero resultar fría, y menos en estas fechas. Así que voy a apelar
a recuerdos que asocio a una peli de Berlanga, sobre todo a los felices, porque
me voy a centrar en una cinta que proclama la felicidad incluso en su título, "Esa
Pareja Feliz".
Esa
Pareja Feliz inauguró la
colaboración entre Berlanga y Bardem. El hecho de ser una “ópera prima” se
puede apreciar en muchos aspectos, así como que un trabajo en tándem (y vaya
tándem) no siempre tiene que resultar ni fácil ni redondo. Me ha sorprendido
hasta cierto punto, al indagar un poco sobre la película, que se estrenara tras
el éxito de "Bienvenido Mr. Marshall",
por eso de que esta se filmara después; y digo hasta cierto punto porque no cabe duda de que a Esa "Pareja Feliz" le falta la genialidad
de "Bienvenido Mr. Marshall" y quizás
los propios autores, conscientes de que podrían considerarla “una obra
pretenciosa y fallida” que podría “chafar” el exitazo que auguraba "Bienvenido Mr. Marshall", prefirieron
reservarla. Sin embargo, aprecio en ella otras cualidades, aparte de los
valores resaltados unánimemente por la crítica (denuncia del consumismo
exacerbado, o defensa de la unión a pesar de las dificultades) que creo que
vienen asociadas a la primera vez que la vi. Y de eso me gustaría hablar.
No sé con certeza si fue sábado o domingo,
pero seguro que era fin de semana. Mis padres me ponían menos trabas para ver
la tele en fin de semana, aunque fuera una niña privilegiada que viera muchas
obras de teatro de las de "Estudio 1"
porque sobre todo mi padre decía que el teatro era cultura, y que si al día
siguiente estaba más cansada habría merecido la pena. El caso es que cuando
empezó la peli todos estábamos sentados ante la tele, algo que en cierto modo
era raro porque mi madre no era muy televisiva (le gustaba el cine en el cine,
ya ves tú) y mi padre solía buscar un libro antes que cualquier cosa que
pudieran poner en la tele.
La emisión apenas había empezado cuando
empecé a notar entre mis
padres ciertas miradas cómplices. Se sonreían, por
ejemplo, cada vez que salía una escena en la corrala donde los protagonistas
estaban realquilados; quizás porque les recordara a la casa en que vivían mis
abuelos maternos, emigrantes llegados a Madrid a principios de los 30 y vecinos
de una corrala en el castizo barrio de El Rastro. Ciertos personajes también
les hacían intercambiar miradas, sonrisas o gestos: el sablista, el que llama
la atención en el cine, el apocado José Mª Rodero llevando a la populosa casa
de barrio la noticia de que Fernando Fernán Gómez y Elvira Quintillá habían
sido elegidos como pareja feliz, el director de la orquesta del Copacabana…
Seguro que los identificaban con conocidos suyos, o que recordaban cuando ellos
habían ido a bailar a salas de fiesta (me temo que mi llegada les fastidió esa
afición). La escena en que ella se quita los zapatos de tacón debajo de la mesa
provocó que mi madre le sacase la lengua a mi padre y que este soltara una
pequeña carcajada, igual que la del final, en la que, descalza de nuevo, se
pone de puntillas para besarlo. Mi madre era tan bajita… se pasaba la vida de
puntillas, pobre, o sufriendo los taconazos que, desgraciadamente, dejó de usar
bastante joven, cuando mi padre murió y ella ya no sentía la urgencia ni la
necesidad de besar a alguien tan alto como él.
No recuerdo si me gustó la película o no. De
hecho, solo recordaba fragmentos, pero sí que no puedo olvidarme de la escena
familiar que se gestó a su alrededor. Pregunté a mis padres, por separado, el
motivo de esas miraditas, que era lo
que más me había llamado la atención no de la película, claro, pero sí de lo
que ocurrió en mi casa cuando la vi por primera vez. No obstante, “no les saqué
nada”, no conseguí saber el motivo de que Esa
Pareja Feliz diera lugar a esa curiosa situación. Que yo sepa, no estaba
entre las películas favoritas de mis padres, no hablaban con ella con
admiración o regusto, no la destacaban por nada en especial… A mis padres les
encantaban otras películas de Berlanga, sobre todo "Bienvenido Mr. Marshall", "Plácido" y "El Verdugo". Insistieron en que las viera, en la tele o en el cine,
en cuanto tuviera ocasión y hablaban de ellas como de “obras maestras”, algo
con lo que estoy muy de acuerdo… pero no sé porqué "Esa Pareja Feliz" provocó esa complicidad tan bonita entre mis
padres.
En algunas ocasiones he fantaseado al
respecto. He pensado que si para los personajes que interpretan Fernán Gómez y
Quintillá la feria había sido su primera cita, quizás la primera de mis padres,
cuando se reencontraron en Madrid después de haberse conocido en su País Vasco
de niños, fuera para ver esa película. O a lo mejor en uno de esos cines que
también salen en la peli, cuando el tramoyista explica con tanta
profesionalidad qué es un travelling mientras la espectadora emocionada y
soñadora que es su esposa está más pendiente de si Charles Boyer besa a su
partenaire, se dieron su primer beso. Pero, sobre todo, me gusta pensar que
mientras estuvieron juntos, y a pesar de las dificultades que tan bien se
reflejan en la película y que ellos, sin duda, pasaron, mis padres fueron "Esa Pareja Feliz".
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