miércoles, 6 de diciembre de 2017

Pídele peras al olmo

"El autor" (Manuel Martín Cuenca, 2017) nace del cinismo y la frivolidad que predominan en nuestra sociedad, dónde todos pedimos peras al olmo para alimentarnos del resto como carroñeros. Llegados a este punto Martín Cuenca y su co-guionista habitual, Alejandro Hernández, desarrollan una idea sencilla —¿y si un ser completamente gris, arrollado por el éxito de su mujer, decidiese escribir una novela?— nacida de un relato de Javier Cercas. "El autor" deviene entonces en la fórmula del proceso creativo, ese camino destinado a los grandes creadores que puede convertirse en la absurda obsesión de un mediocre. Javier Gutiérrez está impecable en esa mediocridad, en ese hombre de mirada perdida dispuesto a cualquier cosa por levantar su novela. El guión termina pronto con todos los clichés del mundo literario para servirnos una idea totalmente desquiciante a partir de uno de ellos. "Escribir siempre sobre algo real, algo que hayas podido vivir como autor", sentencia Antonio de la Torre en su primera clase, sin imaginarse el peligro que acaba desencadenar. En ese momento la película, que había permanecido en un género inerte, toma matices de comedia negra y sátira dramática, sorprendiendo con sus medidos y meditados giros de guión. "El autor" es una comedia que nace de sí misma, lo que la convierte en un producto totalmente cínico y triste aunque brillante. El humor nace de la situación, cada vez más complicada, haciendo que el film cambie de trama y género sin darnos cuenta.

Antonio de la Torre y María León

Martín Cuenca y Gutiérrez en el rodaje
Los creadores del film saben que tienen una idea brillante entre manos y se dejan guiar por su propio ego, cometiendo un desliz privado al estirar escenas innecesarias o dando se sí diálogos que no dicen nada, reforzando así su innegable origen literario. Pero esto no supone un problema, excepto para el espectador ordinario, es una cuestión de ritmo. Los guionistas saben en qué momento deja de funcionar una parte de la trama o empieza a hacerse pesada, el problema está en que lo llevan hasta ese límite al que no todo el mundo está dispuesto a llegar. "El autor" es una comedia negra con alma de drama europeo, una obra tan refinada como popular, una muestra de amor a sus personajes y un reto para el espectador. Es el tipo de películas que aspiran tanto a entretener como a llevar al cine un paso más allá, cine de autor sin pretensiones ni repelencias de alumno aventajado. Martín Cuenca rueda con un estilo sobrio y completamente académico, huye del artificio para entregarse a una historia que atrapa y envuelve en una atmósfera de gotelé, muebles de IKEA y calor sevillano. "El autor" es el film perfecto para celebrar el momento álgido que vive el cine español que acaba de romper la taquilla con siete películas en el Top10 de taquilla. No hay nada mejor que nuestro cine para conocernos a nosotros mismos.

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