viernes, 1 de enero de 2016

Ceremoñas

Entramos en el año nuevo repletos de propósitos que poco a poco se disipan en nuestra mesilla de noche. Muchos perdemos la lista en la Nochevieja, según unas estadísticas más del 50% de los españoles comienzan el año alcoholizados, de todos modos no está del todo demostrado entre la inmigración y la fuga de cerebros aún no queda clara por qué sangre corren las burbujas. Existen diversos tipos de fiesta, y en estas fechas se acumulan una detrás de otra. Desde las hermanas bilbaínas que amanecían una en la cárcel y la otra en la morgue, hasta los compañeros de Mondragón que inventan colores a cada campanada. La de New Year's Eve es una fiesta completamente artificial, nacida de la necesidad de subir la tensión para afrontar el año, y sobre todo aumentar la sordera para llegar a un imserso feliz alejado de la ruidosa vida que vivirán nuestros desgraciados descendientes. En todo el mundo los fuegos artificiales y la celebraciones se suceden para celebrar un día del todo insignificante, pues tendría mucho más sentido celebrar por todo lo alto el próximo 29 de Febrero, un bisiesto que al menos guarda cierto suspense durante cuatro años. De esta manera no hacemos más que ajustar una época para que suban los precios, y se pueda completar el año ordinario utilizando el litúrgico, después la misa del Papa por la 2 empalmada con el Concierto de Viena en la 1 terminan por inaugurar el año ordinario.


En el panorama cinematográfico nos enfrentamos a todo tipo de proyectos, con un thriller sostenido sobre la comedia que nos devolverá al mejor Álex de la Iglesia en "El Bar", un gigante que puede recordar a los grandes éxitos de Spielberg, un "Silencio" de Scorsese que ha hecho callar hasta a Pedro Almodóvar que ha cambiado el título homónimo de su film por el de "Julieta". Todo ello con la carrerilla inicial que nos dan los premios, principales causantes de que el mejor repertorio fílmico se acumule en estos primeros meses, dejando el resto del año en una sequía apoyada en pequeños respiros controlados por la Gran Industria. Todo, como la fiesta que aún ahora e incluso hasta Epifanía perdura, se acompaña con ceremonias repletas de glamour, cotillones, y matasuegras, que algunos no olvidan durante el resto del año. La televisión ofrece todo tipo de películas a todas horas, fruto del desequilibrio que proporcionan las vacaciones, así nos podemos encontrar un programa doble compuesto por "Pulp Fiction" (Quentin Tarantino, 1994) y "Sabrina" (Billy Wilder, 1954) o unir un programa repetido de "Tu cara me suena" con los pucheros calientes de "Masterchef Junior", todo un repertorio único e inigualable que tristemente sólo encontramos una vez al año, que como todo en estas fechas, no hace daño, como si fuera una ceremoña más, les deseo un ¡Feliz 2016!

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