Ayer día 23 de octubre de 2011 nos dejaron dos grandes, uno en motociclismo y el otro en el arte de la lidia, el motorista Marco Simoncelli falleció ayer en el circuito de moto GP en Sepang Malasia a la edad de 24 años, ganó un mundial en 2008, el piloto italiano fue atropellado por Colin Edwards y Valentino Rossi, el piloto sufrió graves traumatismos en le cabeza pecho y cuello, lo que le produjo un paro cardíaco, los médicos estuvieron 45 minutos intentando reanimarlo pero al final se confirmó su muerte a las 16:56 mirando el reloj de Malasia«Habría que haber protegido su columna y luego inmovilizar su cuello», insiste Venturi.
También nos dejó el torero madrileño Antoñete, Antonio Chenel Albadalejo, nos dejó ayer debido a una pulmonía, en su larga trayectoria profesional dijo que se retiraba más de tres veces desde que tomó la alternativa en 1953, la última fue en 2001.
"Antoñete, además de torero de gran clase, ha sido un extraordinario técnico. Diría más, un virtuoso de la técnica torera. Sólo así, con un perfectísimo conocimiento de la técnica y de los toros, ha sido capaz de triunfar a una edad inverosímil, delante del cuajadísimo toro que se lidia en Madrid. Y valor, porque hace falta mucho valor para, a esa edad, dejarse venir desde veinte metros un toro de Madrid. Antoñete ha manejado con especial lucidez todo lo que se refiere a los terrenos donde ejecutar la faena. Con el mínimo esfuerzo posible ha sabido sacar las más largas embestidas de los toros." Domingo Delgado de la Cámara, Revisión del toreo, Madrid, Alianza Editorial, 2002.
También nos dejó el torero madrileño Antoñete, Antonio Chenel Albadalejo, nos dejó ayer debido a una pulmonía, en su larga trayectoria profesional dijo que se retiraba más de tres veces desde que tomó la alternativa en 1953, la última fue en 2001.
"Antoñete, además de torero de gran clase, ha sido un extraordinario técnico. Diría más, un virtuoso de la técnica torera. Sólo así, con un perfectísimo conocimiento de la técnica y de los toros, ha sido capaz de triunfar a una edad inverosímil, delante del cuajadísimo toro que se lidia en Madrid. Y valor, porque hace falta mucho valor para, a esa edad, dejarse venir desde veinte metros un toro de Madrid. Antoñete ha manejado con especial lucidez todo lo que se refiere a los terrenos donde ejecutar la faena. Con el mínimo esfuerzo posible ha sabido sacar las más largas embestidas de los toros." Domingo Delgado de la Cámara, Revisión del toreo, Madrid, Alianza Editorial, 2002.
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