Existen dos obras fundamentales en el cine de terror que se muestran cercanas al cine de Álex de la Iglesia, "La noche del demonio" (Jacques Tourneur, 1957) y "La matanza de Texas" (Tobe Hooper, 1974), la relación con el diablo (y su escenificación como un payaso), las sectas satánicas, y ese cierto aire de culto sangriento guían parte de su filmografía. Cuando Chicho Ibánez Serrador decide recuperar los buenos tiempos de "Historias para no dormir", reúne a seis grandes directores en los que ha visto terror o cree que pueden adaptarse bien a él, así surgieron "Para entrar a vivir" (Jaume Balagueró, 2006), "Cuento de Navidad" (Paco Plaza, 2005), "Adivina quién soy" (Enrique Urbizu, 2006), "Regreso a Moira" (Mateo Gil, 2006), "La Culpa" (Narciso Ibáñez Serrador, 2006) y "La habitación del niño". Álex de la Iglesia vuelve a reunirse con Jorge Guerricaechevarría y sacan adelante una película claramente ideada para televisión, sobre todo por su fotografía que corre a cargo de José Luis Moreno, en una cinta de terror el guión no suele ser lo más destacable, y Roque Baños cumple con la labor de sorprendernos, asustarnos, intrigarnos, conduciendo la película con su música, esencial en el cine de terror. El director vasco trabaja con Roque Baños por primera vez en "Muertos de Risa" y es un auténtico flechazo, comprende las escenas, comprende al director y así lo ha demostrado con grandes de nuestro cine como Carlos Saura, Fernando Fernán Gómez, Daniel Monzón, Emilio Martínez Lázaro o incluso Alejandro Amenábar que siempre ha sido muy cuidadoso de su banda sonora, y con el que trabaja en su última película, "Regresión" (2015).
"El Resplandor" (Stanley Kubrick, 1980), "Los otros" (Alejandro Amenábar, 2001) y "Beetlejuice" (Tim Burton, 1988) sería la mejor manera de definir "La habitación del niño", no hay monstruos como en "Beetlejuice" pero resucita el concepto de casa encantada y despierta cierto humor en la casa de Sancho Gracia y Terele Pávez que recuerda a ese matrimonio recién muerto, también hay un fuerte drama psicológico interno que persigue a Javier Gutiérrez, hace de su paranoia y locura un mundo paralelo que termina consumiéndole, Leonor Watling al estilo Shelley Duvall (pero sin el doblaje de Verónica Forqué) termina por completar el puzzle de la historia separándose, volviendo y... "Los otros" se construye sobre la ocultación del verdadera realidad al espectador, algo que ya habíamos visto en "El sexto sentido" (M. Night Shyamalan, 1999) y no resulta nada nuevo, Álex de la Iglesia incorpora cierto suspense y nos desvela antes la realidad que nos lleva persiguiendo desde un breve adelanto antes de los créditos de una España años 50', a través de un controla-bebés el director vasco nos devuelve su mejor cine con planos complicados, y una enorme interpretación de Javier Gutiérrez. María Asquerino, y una breve Asunción Balaguer, son una especie de Moiras que tejen el futuro sin necesidad de intervenir en él, el espectador une cabos y comprende la historia antes que sus personajes, lo que convierte el telefilm en una enorme central de alta tensión en la que de vez en cuando saltan chispas, este mismo estilo narrativo se encuentra muy bien acogido por la comedia y Álex lo extrapola sin dificultad a otro ambiente.
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