Iñaki Azkuna, una de las mentes más prodigiosas de este país ha fallecido a la edad de setenta y un años en la casa de su villa Bilbao, de la que era alcalde desde hace quince años y que murió estando en el cargo. La muerte de Azkuna me llega de sorpresa, ya sabía que estaba enfermo y que había empezado muy débil este año, pero la muerte del mejor alcalde del mundo ha conmocionado a miles de personas que le rinden homenaje recordándole en los periódicos de Bizkaia. Era el alcalde del pueblo, sus mensajes eran simples y llanos para que todos estuviésemos a su nivel, así nos demostraba que él era el alcalde, pero que éramos nosotros los que decidíamos el futuro de la ciudad. Esto le valió el Premio Alcalde del Mundo, premio que le hubiese durado hasta el final de su mandato, aunque eso ya no será posible. Cuando le conocí ni siquiera tenía consciencia humana, era un niño y me escondí detrás de mi abuela, ya que aquella figura esbelta y fuerte (natural del País Vasco) me había intimidado. Después ya tuve oportunidad de estar mejor con él y con más consciencia en la presentación del libro de las
"Memorias de Ernesto Erkoreka", un antiguo alcalde bilbaíno.
Desde Don Diego López de Haro se soñaba con un hombre como Azkuna. Médico desde su

licenciatura en el 66', no tarda en marchar a Francia para ejercer, donde conoce a Anabella, su bellísima mujer que nos dejó hace más de un año por otro cáncer más repentino que el del alcalde, al que le perseguía desde 2003. En 1981 es nombrado Director General del Hospital de Cruces, durante su estado de Director se realiza en el hospital el primer transplante de córnea. Con su carisma, su cercanía, su salero, a finales de los 80' fue nombrado Director General del Servicio de Salud del País Vasco, fue entonces cuando pensó en la política. Un hombre con su gracia, su cercanía, su ser, podía llegar a luchar por la sanidad de la comunidad entera. Primero comienza con sus medios, la medicina, es nombrado Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco, se le da bien la política y en las elecciones de 1999 se presenta a la alcaldía de Bilbao, gana las elecciones pero con esos trucos políticos en los que se juntan unos con otros y con los del más allá, lo mismo ocurrió en las elecciones del 2003 y del 2007, algo tenían los concejales que no se decidían en votarle la mayoría, aunque el pueblo siempre le quiso. Finalmente en las elecciones de 2011 obtiene la mayoría de los concejales y por supuesto la del pueblo que en ningún momento había perdido.


Amasó Bilbao a su manera, que era con la que estábamos de acuerdo la mayoría del pueblo. Nos hizo un centro cultural que se ha convertido en un icono de Bilbao, La Alhóndiga, donde el arte explota desde la entrada, solo con decir que es un antiguo almacén de vinos remodelado. Como vecino de la Ría Bilbaína decidió limpiarla entera e hizo una imagen inigualable del Paseo del Campo Volantín y de el otro lado de la ría que ahora no recuerdo el nombre. Hizo las torres de Isozaki y les puso un Chillida de cuatro millones de euros en el centro. Elevó la imagen del ayuntamiento y fue el mejor embajador de una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, el Museo Guggenheim, que ya podría acoger mejores exposiciones... Últimamente aprobó la famosa obra del Nuevo San Mamés que ya casi es una basílica y deja atrás a la "catedral". Realizó innumerable obras que favorecieron a todos, a los albañiles y al pueblo, o es que ya no recordamos que fue durante su mandato, en 2002, cuando se inauguró el fantástico Euskotren, el tranvía de Bilbao, y también tiró abajo aquel
"scalextric" que tan mala imagen dejaba y que tan poco dejaba dormir a los vecinos, por esto y por mucho más, GRACIAS AZKUNA.
Las últimas imágenes del alcalde me estremecían el corazón, yo que le había conocido escondiéndome
de un gran vasco, le veía en las imágenes tan delgado, en silla de ruedas, en fin, no tenía palabras para expresar el miedo que me daba perder a Azkuna, que si damos la vuelta a la tortilla ya está con Anabella y no se podrán separar más, al final todos zubiremos (por el "Zubizuri" si no se cae antes claro) a verle. Por si la gente se olvida ya me encargaré yo de subirle unas pastas (o trufas, que "o" ni que chorradas, pastas y trufas) de Arrese y unas entradas para ver a José Tomás con Arturo Fernández en la Plaza de "Las Vistas Alegres". Era de Durango por cierto, que no se olvide.
Agur alkalde, laster elkar ikusiko dugo...
Carmen - Iñaki a mi esto de "Ilustre" no sé si me va.
Iñaki - Por las trufas, Carmen, hazlo por las trufas.