Hace dos años perdimos al gran Álex Angulo, un cómico irrepetible, una persona excepcional que nos dio lo mejor de sí mismo en cada una de sus interpretaciones, esa mirada compasiva a la que sabía dotar de locura ("El día de la bestia", Álex de la Iglesia, 1995), comedia ("Muertos de Risa", De la Iglesia, 1999), drama ("El laberinto del fauno", Guillermo del Toro, 2006) o mala leche ("El gran Vázquez", Óscar Aibar, 2010), según lo requiriesen las circunstancias. En estos dos años, se dice pronto, Álex no nos ha dejado en ningún momento, ha continuado en las conversaciones y ha seguido ofreciéndonos risas como la primera vez. A lo largo de este tiempo he ido conociendo a más personas que trataron al actor de Erandio, y ni una sola de ellas tenía un mal recuerdo de Álex Angulo, siempre salía a relucir su simpatía, su entrega y ayuda a los jóvenes cineastas, un hombre modelo. La carretera se ha llevado a grandes personas, cuando todo lo que rodea a una persona es bondad la injusticia se convierte en error y debemos pensar ¿dónde está uno mejor? Por supuesto que algunas personas deberían estar por siempre, es lo que nos dice nuestra instinto egoísta, y también está aquello de "las grandes personas siempre se van antes". Somos nosotros los que nos quedamos entre el odio, los atentados y la muerte, por lo que no podemos (y debemos) más que recordar a las grandes personas. Les dejo con un vídeo que recupera algunas de las grandes películas donde participó Álex Angulo, incluyendo también cortometrajes y videojuegos, la música que acompaña es del grupo Def con Dos y John Lennon. Quede aquí el recuerdo al gran Álex Angulo.
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