En sus últimas ediciones el Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX) ha experimentado una increíble renovación de imagen, de un oscuro festival, para muchos desapercibido, se ha convertido en un foco de luz que logra involucrar a toda una ciudad para hacerse cómplice del arte cinematográfico que se irgue como una fuerte resistencia en una ciudad donde todos sus cines han ido desapareciendo, los últimos los míticos cines centro el pasado mes de Julio. Éstos fueron reabiertos para la visualización de los films proyectados con motivo del FICX. El increíble ascenso del festival en los últimos años, se debe sin duda a una regeneración del equipo de organización, encabezado por su director Nacho Carballo, que ayer con motivo de la clausura del festival recibió las felicitaciones de cientos de profesionales por haber hecho de la 53ª edición del FICX una de las mejores de su historia. Desde un genial Carlos Areces para abrir y cerrar las galas, hasta un emocionado José Sacristán que recogió el Premio de Cinematografía Nacho Martínez, nos ha dejado momentos memorables como un Víctor Erice convirtiéndose en el espíritu cinematográfico del taller "¿Qué es el cine?" o una sección Gran Angular sensacional en la que se pudieron disfrutar de films como el documental "Hitchcock/Truffaut" (Kent Jones y Serge Toubiana, 2015) que ya acogió buenas críticas en su estreno de San Sebastián. El despliegue cinematográfico ha llevado a una increíble afluencia para disfrutar de ese particular cine independiente que apoya el festival, que este año a sido la vía de entrada de films tan esperados como "La calle de la amargura" (Arturo Ripstein, 2015), que finalmente se alzó con los premios al Mejor Director y el Gil Parrondo a la Mejor Dirección Artística. Caminando por las calles gijonesas uno era capaz de toparse con Alfred Hitchcock o Eduardo Manostijeras, que atraían a los ciudadanos a disfrutar del cine, además de exposiciones como "Mexico fotografiado por Luis Buñuel", teñido de un blanco y negro elegante y cinematográfico.
Una de las grandes apuestas del Festival de Gijón es su concienciación con el papel de la mujer, siempre vergonzoso, y uno de los factores más reivindicados en la industria cinematográfica internacional, desde que Patricia Arquette fuese apoyada por Meryl Streep con un emotivo gesto en la pasa gala de los Premios Oscar de la Academia estadounidense. Así pues, además del afincado Premio Mujer de Cine a la directora de casting Katrina Bayonas, ha tenido lugar la primera entrega del Premio al Mejor Largometraje Dirigido por una Mujer, que ayer entregó la exitosa guionista televisiva Virginia Yagüe a "Zurich" de Sacha Polak. Emotiva entrega, tras saber todo el conflicto que tuvo la guionista con motivo de la originalidad de sus obras, que finalmente quedó resulto con la declaración de autoría de Yagüe. La gala de ayer tuvo un gran protagonista, un ansioso Carlos Areces que supo encontrar en la equivocación la mejor virtud para salvar una entrega de premios, siempre con el cliché del tiempo, que ayer no superó la hora. Sin duda el momento más esperado fue cuando Assumpta Serna, presidenta del Jurado Internacional, entregó la Butaca de Oro al film "Right Now, Wrong Then" del surcoreano Hong Sang-soo, sumando un premio más a la industria cinematográfica surcoreana que en los últimos años está demostrando un magnífico alcanza internacional, el film de Sang-soo se hizo además con el Premio al Mejor Actor para Jung Jae-young. La actriz Loubna Abidar recogió el premio por su interpretación en el film "Much Loved" (Nabil Ayouch, 2015), con un amable discurso lleno de emoción, que tuvo también también un recuerdo hacia esa cara oscura del Marruecos que retrata la película. La insigne presencia de Fele Martínez, ataviado a lo Manuel de Falla, y de Eduardo Noriega, gemelo secreto de Areces, se explicó con la presentación del tráiler de "Nuestros amantes", su próxima película juntos, dirigida por Miguel Ángel Lamata.
El jurado quiso hacer una Mención Especial al film "La delgada línea amarilla" (Celso García, 2015), otra muestra de uno de los mejores años para el cine hispanoamericano. Además "La novia" (Paula Ortiz, 2015), siguió recogiendo premios, esta vez el de Mejor Largometraje de la sección Gran Angular. La clausura de un festival de nueve días, intenso y renovador, terminó con "Un Respiro" ("One Breath") del director alemán Christian Zübert, que con una característica simpatía presentó su film, co-escrito con su mujer Ipek Zübert, un magnífico retrato de una Europa dividida, a través de unas magníficas interpretaciones, cargadas de una fuerte represalia moral ante los países ricos y pobres que conviven entre rescates y subvenciones en lo que llamamos Unión Europea. Una película que marca un festival donde conviven todo tipo de films, y cortometrajes, y donde se alaba el cine asturiano entre las películas de todo el mundo. Zübert presume con su obra de una narración limpia y oscura, introduce la cámara donde pocos se atreven, y a su vez se desprende de toda vena pretenciosa que pueda surgir de ello. Grecia y Alemania, dos países cuyos roles el la política actual tenemos claramente definidos, intercambian su papel como lo hacen sus protagonistas, se pone cada una en la piel de la otra y se vuelve a demostrar como en el cine siempre se ha encontrado una manera de reivindicar la política desde la cultura. Con ello nos despedimos del festival, del cine independiente, de la versión original subtitulada hasta el año que viene, como bromeaba Carlos Areces, si no demuelen los cines centro...
Una de las grandes apuestas del Festival de Gijón es su concienciación con el papel de la mujer, siempre vergonzoso, y uno de los factores más reivindicados en la industria cinematográfica internacional, desde que Patricia Arquette fuese apoyada por Meryl Streep con un emotivo gesto en la pasa gala de los Premios Oscar de la Academia estadounidense. Así pues, además del afincado Premio Mujer de Cine a la directora de casting Katrina Bayonas, ha tenido lugar la primera entrega del Premio al Mejor Largometraje Dirigido por una Mujer, que ayer entregó la exitosa guionista televisiva Virginia Yagüe a "Zurich" de Sacha Polak. Emotiva entrega, tras saber todo el conflicto que tuvo la guionista con motivo de la originalidad de sus obras, que finalmente quedó resulto con la declaración de autoría de Yagüe. La gala de ayer tuvo un gran protagonista, un ansioso Carlos Areces que supo encontrar en la equivocación la mejor virtud para salvar una entrega de premios, siempre con el cliché del tiempo, que ayer no superó la hora. Sin duda el momento más esperado fue cuando Assumpta Serna, presidenta del Jurado Internacional, entregó la Butaca de Oro al film "Right Now, Wrong Then" del surcoreano Hong Sang-soo, sumando un premio más a la industria cinematográfica surcoreana que en los últimos años está demostrando un magnífico alcanza internacional, el film de Sang-soo se hizo además con el Premio al Mejor Actor para Jung Jae-young. La actriz Loubna Abidar recogió el premio por su interpretación en el film "Much Loved" (Nabil Ayouch, 2015), con un amable discurso lleno de emoción, que tuvo también también un recuerdo hacia esa cara oscura del Marruecos que retrata la película. La insigne presencia de Fele Martínez, ataviado a lo Manuel de Falla, y de Eduardo Noriega, gemelo secreto de Areces, se explicó con la presentación del tráiler de "Nuestros amantes", su próxima película juntos, dirigida por Miguel Ángel Lamata.
El jurado quiso hacer una Mención Especial al film "La delgada línea amarilla" (Celso García, 2015), otra muestra de uno de los mejores años para el cine hispanoamericano. Además "La novia" (Paula Ortiz, 2015), siguió recogiendo premios, esta vez el de Mejor Largometraje de la sección Gran Angular. La clausura de un festival de nueve días, intenso y renovador, terminó con "Un Respiro" ("One Breath") del director alemán Christian Zübert, que con una característica simpatía presentó su film, co-escrito con su mujer Ipek Zübert, un magnífico retrato de una Europa dividida, a través de unas magníficas interpretaciones, cargadas de una fuerte represalia moral ante los países ricos y pobres que conviven entre rescates y subvenciones en lo que llamamos Unión Europea. Una película que marca un festival donde conviven todo tipo de films, y cortometrajes, y donde se alaba el cine asturiano entre las películas de todo el mundo. Zübert presume con su obra de una narración limpia y oscura, introduce la cámara donde pocos se atreven, y a su vez se desprende de toda vena pretenciosa que pueda surgir de ello. Grecia y Alemania, dos países cuyos roles el la política actual tenemos claramente definidos, intercambian su papel como lo hacen sus protagonistas, se pone cada una en la piel de la otra y se vuelve a demostrar como en el cine siempre se ha encontrado una manera de reivindicar la política desde la cultura. Con ello nos despedimos del festival, del cine independiente, de la versión original subtitulada hasta el año que viene, como bromeaba Carlos Areces, si no demuelen los cines centro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario