El pasado domingo se clausuraba en el Palacio de la Prensa de Madrid la decimocuarta
Muestra Syfy, en la que se muestran algunos de los grandes títulos del cine fantástico, incluyendo grandes estrenos como
"Kong: La isla calavera" (Jordan Vogt-Roberts, 2017) que cerró el festival. Dentro de esta muestra tuve la suerte de asistir al estreno de
"Stop Over in Hell" (Víctor Matellano, 2016), una experiencia única que hizo de la proyección un acontecimiento histórico y sus circunstancias. Ya con la presentación de Leticia Dolera se habían presentido momentos de entrega eufórica que la actriz y directora manejó con tacto:
"Un western rodado en inglés, muy de cine español", sentenciaba en referencia a
"Parada en el infierno" (título español del film de Matellano). Los coros y las ocurrencias se agolpaban dando voces en la sala principal de los cines, que por su parte ya suma el aspecto de fantástica pues su disposición frente a la pantalla imita al de una nave espacial a punto de despegar. Y despegó, especialmente con la llegada del mítico
Colin Arthur, maquillador en nuestro cine y creador de los efectos especiales de largometrajes como
"Alien, el octavo pasajero" (Ridlet Scott, 1979) o
"2001: Una odisea del espacio" (Stanley Kubrick, 1968) que, aunque ganó el Oscar a los Mejores Efectos Visuales, no fue para Arthur sino para el propio Kubrick. Paradojas de la historia. El director de
"Stop Over in Hell" alabó su
"sangre, con el perfecto grado de color y viscosidad", dando lugar así a la proyección que el público ansiaba como DiCaprio su Oscar. El gran triunfador de la noche fue, pese a no estar allí,
Ramón Langa cuya aportación al film fue recibida entre vítores, gritos de
"te amo Bruce" y
"yipikayei". Claro que, como siempre en la
Serie B, los grandes profesionales se encuentran tras el maquillaje y el vestuario, en este caso el propio Arthur y
Marta Fenollar.
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Leticia Dolera en la 14ª Muestra Syfy |
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Figurín de Marta Fenollar |
Personalmente había acudido con un alto grado de escepticismo, podía entender un determinado homenaje al cine de
Serie B o incluso aquella deliciosa bolsa de
clichés llamada
"Vampyres" (Matellano, 2015), tiene un público con el que me llego a identificar en casos extremos como la filmografía de Jess Franco. Sin embargo, no veía claro un
western de
Serie B con más diálogos que sangre. La estructura de la película está muy marcada, esencialmente por tres matanzas diferenciadas y una inicial algo inservible que no hace más que despistar al espectador. En cuento nos encontramos con el personajes de
Willy Montesinos,
Manuel Bandera o
Enzo Castellari (director del reconocido spaghetti western,
"Voy, lo mato y vuelvo", 1967), la acción vuelve de golpe y el espectador sufre un chute de emoción aumentado por el efecto
relax a cargo del gran protagonista del film,
Pablo Scola. Este subidón en la Muestra Syfy suponía palmas, cánticos, bailes y brillantes ocurrencias que dialogaban con la propia película, todo lo que uno piensa mientras ve un producto audiovisual se reflejaba sin ninguna sutileza en un público enardecido por la sangre, que dotaba de un exquisito sentido del humor al film. Si está o no buscado en la película es otra historia, eso sí,
"Stop Over in Hell" ha nacido para ser vista en esta serie de festivales que hacen de ella una obra maestra. Podría definirse como un
giallo western tarantinesco, o al menos busca claramente esas referencias, la diligencia, el coronel, los diálogos parodiando a
"Los odiosos ocho" (Quentin Tarantino, 2016), todo ello suma a esta pequeña gran película.
Nadia de Santiago y
Andrea Bronston resultan los papeles más originales y divertidos de un film del oeste en mucho tiempo, se acercan al carisma que otorgaba John Ford a sus personajes con los astutos guiños cómicos, especialmente en el personaje de Bronston. Como algún aficionado gritó al final de la proyección:
"¡Viva el cine español!".
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Andrea Bronston, Jorge Quesada y Nadia de Santiago |
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