Se nos ha ido Paquita Rico, lo que significa cientos de titulares que rezan frases como "adiós a la última folclórica" o "¿no se había muerto ya?". Hace veinte años que estamos despidiendo a las últimas folclóricas, cuando probablemente sea el enorme interés de los medios alrededor de la muerte de estas figuras del arte español lo que las mantenga con vida. Carmen Sevilla no se acordará, pero ya es la última figura que sobrevive al cartel de la mítica "El balcón de la luna" (Luis Saslavsky, 1962), donde cantaba a tres voces junto a la Rico y a Lola "Ay, qué calor", muy apropiada en esta época estival. Película donde destacaba especialmente ese análisis que la desaparecida Paquita hacía de el beso de la española, llegando a la conclusión de que era siempre de verdad. Como buena folclórica, Paquita Rico enviudó de un torero en 1965 como si se tratara de un requisito, para volverse a casar en 1968 con el empresario canario —aunque no lo parezca estos detalles interesan a las congéneres de la fallecida, que son quienes leerán el artículo hasta el final— Guillermo Arsenio Arocha Fernández. Todavía sin confirmar, lo más probable es que el próximo sábado se rinda algún tipo de homenaje a Paquita Rico en "Cine de barrio" de TVE, lo que si está casi confirmado es la asistencia de Concha Velasco al velatorio de la difunta folclórica. "¿Dónde vas, Alfonso XII?" (Luis César Amadori, 1958) fue su obra cumbre, por la que sería recordada eternamente como la mítica María de las Mercedes. Guapa, sevillana, artista y folclórica, nos dijo adiós el pasado 9 de Julio en su ciudad natal, que como ya cantó ella misma "Sevilla no hay más que una".
Benito Perojo, Enrique Herreros y Florián Rey fueron los principales responsables de iniciar —en el cine me refiero— a la grandes damas de la canción española. Sería el último quien llevaría a Paquita Rico por la puerta grande con "Brindis a Manolete" (Florián Rey, 1948), un protagonista en condiciones que la elevó a la fama y que le haría gorgoritear por títulos como "Malvaloca" (Ramón Torrado, 1954) o "Suspiros de Triana" (Ramón Torrado, 1955), ésta junto al mítico Angelillo. Siguiendo también la estela de las grandes folclóricas terminó su carrera cinematográfica en una de esas películas llenas de actores y disparates, mientras Lola Flores terminó como Isabel la Católica en "Juana la loca... de vez en cuando" (José Ramón Larraz, 1983), Paquita Rico fue Doña Urraca en "El Cid cabreador" (Angelino Fons, 1983), para terminar pasando —como cualquier estrella que se precie— por el "Hostal Royal Manzanares" de Lina Morgan. Casi veinte años después de verla por última vez en la televisión la despedimos casi sin darnos cuenta, dando el adiós a una de las grandes maestras de lo que viene a ser España. Y el resto de los medios que no preocupen, ahí aguantan Carmen Sevilla, Gracia Montes, Antoñita Moreno, Nati Mistral o Elisa Montés entre otras tantas, esperando —y tocamos madera para que sea por mucho tiempo— su merecido obituario que las recordará como "la última folclórica" por enésima vez.
Benito Perojo, Enrique Herreros y Florián Rey fueron los principales responsables de iniciar —en el cine me refiero— a la grandes damas de la canción española. Sería el último quien llevaría a Paquita Rico por la puerta grande con "Brindis a Manolete" (Florián Rey, 1948), un protagonista en condiciones que la elevó a la fama y que le haría gorgoritear por títulos como "Malvaloca" (Ramón Torrado, 1954) o "Suspiros de Triana" (Ramón Torrado, 1955), ésta junto al mítico Angelillo. Siguiendo también la estela de las grandes folclóricas terminó su carrera cinematográfica en una de esas películas llenas de actores y disparates, mientras Lola Flores terminó como Isabel la Católica en "Juana la loca... de vez en cuando" (José Ramón Larraz, 1983), Paquita Rico fue Doña Urraca en "El Cid cabreador" (Angelino Fons, 1983), para terminar pasando —como cualquier estrella que se precie— por el "Hostal Royal Manzanares" de Lina Morgan. Casi veinte años después de verla por última vez en la televisión la despedimos casi sin darnos cuenta, dando el adiós a una de las grandes maestras de lo que viene a ser España. Y el resto de los medios que no preocupen, ahí aguantan Carmen Sevilla, Gracia Montes, Antoñita Moreno, Nati Mistral o Elisa Montés entre otras tantas, esperando —y tocamos madera para que sea por mucho tiempo— su merecido obituario que las recordará como "la última folclórica" por enésima vez.
Que esta fotografía exista es un regalo divino |
que ramillete de grandes artista, la mayoria ya no estan con nosotros
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