domingo, 21 de mayo de 2017

Cuéntame por qué pasó

La semana pasada, la muerte de Miguel Alcántara en "Cuéntame cómo pasó" (creada por Miguel Ángel Bernardeau, 2001-actualidad) conmocionó a todos los televidentes de la ficción española. Cuando me enteré de que el personaje de Juan Echanove en nuestra serie más longeva iba a desaparecer los nervios empezaron a dominarme, estábamos acostumbrados a que parte de los personajes principales fueran muriendo de forma indiscriminada en series como "Los Soprano" (David Chase, 1999-2007) o "The Walking Dead" (Frank Darabont, 2010-actualidad). Sin embargo, los Alcántara se habían convertido en un reflejo de nosotros mismos, verles cada jueves es compartir una noche en familia, por lo que el adiós de Miguelón ha significado lágrimas y tragedias que han impuesto sobre nosotros el luto televisivo definitivo. Las excusas que la productora de la serie ha soltado respaldada por el equipo de guionistas vienen a justificarse en un "rejuvenecimiento de la historia", por lo que explicarían también el adiós de Pili (Lluvia Rojo) la semana anterior. Incluso conociendo lo que iba a ocurrir en el capítulo, llegado el momento mi corazón se rompió en mil pedazos, comencé a llorar desconsoladamente, en parte por el cariño que le tengo al actor que lo interpreta y en parte por su magnífica interpretación, esos ojos gélidos que permanecen abiertos hasta que finalmente parecen perder su último reflejo de vida. Acciones que se toman por los propios intereses de algunos y que terminan por acabar con el corazón de sus espectadores más aventajados.


Miguel Alcántara Barbadillo nació con la serie para marcharse después durante algunas temporadas a su adorada Francia, volvería por fin al final de la séptima temporada para quedarse y ganarse a su gente. Parece mentira que un comunista terminase por convertirse en el personaje más querido de la serie, pero aquel taxista del Atlético de Madrid era mucho más, su campechanía, su risa, su manera de llevar el Bistrot a base de bocadillos, sus gritos y sus fueras de sí e incluso su reciente incursión en el mundo del dinero junto a Paquita nos hicieron comprenderle y quererle para siempre. Estaba ahí desde los buenos tiempos, los de Fernán-Gómez y Tony Leblanc, junto a su hermano en la ficción (Imanol Arias) forjó una de las parejas televisivas más fuertes de la pequeña pantalla, algo propio de Echanove ya que se había ganado al público español junto a José Coronado en "Hermanos de leche" (Pablo Ibáñez y Carlos Serrano, 1994-1996). El mismo público que había disfrutado del duelo interpretativo Arias-Echanove en películas como "Tiempo de silencio" (Vicente Aranda, 1986) o "La flor de mi secreto" (Pedro Almodóvar, 1995) tuvo a esta pareja de amigos al frente de la ficción española más importante de todos los tiempos, una pareja que hoy se rompe entre las polémicas que desde hace año embriagan el aura de "Cuéntame cómo pasó", desde la Inés de ida y vuelta a los papeles panameños. Sólo espero que la salida de Echanove implique que volvamos a verle en nuestras salas, ya que prácticamente todos los actores que se han destinado como fijos a la serie han desparecido del plantel cinematográfico. Nos cuentan que pasó por rejuvenecer la serie, yo seguiré declarándome como mayor fan de la serie mientras no me toquen a doña Herminia.

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