Llegó en una época descolgada, y casi desapercibida se nos presentó la mejor película española de la pasada temporada 2015. Por suerte no pasó desapercibida para académicos y críticos, que han sabido levantar el film desde la cara B del cine, toda esa estructura que lo defiende y apoya desde las bambalinas, mientras el público tiene en sus manos el poder del éxito, sentados en el anfiteatro. "La Novia" (Paula Ortiz, 2015) es un film único, una pequeña obra de arte que derrocha sentimiento por todas partes. Sin duda alguna el mayor acierto que ha tenido el segundo film de Paula Ortiz, no ha sido crear una pieza única con escenas de una estética irreprochable y un elegante movimiento de cámara, sino hacer que el espectador no se aburra. El trabajar sobre un texto de Lorca, "Bodas de sangre" (estrenada en 1933), permite a otra admirable creadora, como lo es su directora, regocijarse en las escenas, detallarnos con emblemáticos primeros planos a cada personaje, e incluso prescindir de la cualidad espacio-temporal que construye la habitual linealidad cinematográfica. El drama de Lorca se ve en su mejor adaptación, sin duda pensada para el poeta andaluz, pues lo mejor que se puede decir de ella es que el propio Federico García Lorca hubiese quedado fascinado con ella. Incluso sin su adorada Margarita Xirgu, que interpretó a la madre en la primera versión cinematográfica, único film de su director, "Bodas de sangre" (Edmundo Guibourg, 1938).
Para dar el relevo ya se encuentra la magnífica Luisa Gavasa, magnificada también por un guión más centrado en su figura, esa madre y suegra como máxima exponente de ambas, en una España que se queda en los años 60', tras una perfecta ecuación entre los 1930 de Lorca y la actualidad. Al igual que Xirgu, Gavasa domina su papel y lo transmite de una fuerza arrolladora como sólo poseen las mujeres maduras de Lorca, en esta ocasión enclaustrado en ese dominio femenino sobre las formas y la familia. Como absoluta protagonista se encuentra una Inma Cuesta dispuesta a embellecer este film dejándose llevar por una destacable labor de dirección, encontramos a una de las Novias más fuertes del cine desde "Kill Bill: Vol 2" (Quentin Tarantino, 2004). En todo momento ausente y víctima de su verdadero amor, unido a la increíble fuerza física que suma Cuesta, que verdaderamente se ve como una perra hambrienta a la espera de su sino, mientras baila con los elegantes movimientos de cámara, y despide a su padre, un Carlos Álvarez-Nóvoa que mira ausente en su vergüenza. Sin duda es uno de los textos más atractivos para llevar a la pantalla, y mucho más para ser dotado de una belleza tan clara, que recuerda a los mejores montajes teatrales, uniendo técnica e interpretación. Todo ello ligado con la excepcional banda sonora de Shigeru Umebayashi, en todo momento acompañando a los personajes como sus propios pensamientos, en ocasiones apabullantes partituras que estremecen a los protagonistas, y en otras elegantes piezas que te invitan a bailar en una de las bodas más reconocidas de la literatura española.
Un film no es completo sin un reparto fuerte, capaz de sostener sobre sí mismos el vigor argumental que no descansa en ningún momento. Leticia Dolera logra adelantar los acontecimientos con su mirada, y como le dice La Madre ultrajada: "Tú a casa, a llorar sola", en una escena donde Gavasa brilla sobre todas las estrellas lorquianas. Entran aquí también María Alfonsa Rosso, Consuelo Trujillo y una discreta Ana Fernández, perfecta vecina y paniaguada de La Madre. Asier Etxeandía y Álex García son sin duda los personajes más maltratados en esta adaptación, sin duda geniales en sus interpretaciones, pero consumidos por el increíble poder de las féminas, que pide esta adaptación, que pide Lorca. Tras ella una llamativa estela de premios que han reconocido desde su inmensa labor artística, hasta uno de los trabajos técnicos más destacables de los últimos años, incluso en los efectos especiales que nos transportan a otro mundo en la escena de la cristalería. No sería de extrañar que fuese la gran ganadora de los próximos premios Goya, para los que cuenta con doce nominaciones destacando muy por encima en todas ellas, en una año donde el buen cine ha llegado escaso y algo tarde al cine español. Desde el 11 de Diciembre en cines, ha vuelto a tener una segunda remesa que todos ustedes deben aprovechar, no se arrepientan cuando vean la gala de los Goya el próximo 6 de febrero.
Para dar el relevo ya se encuentra la magnífica Luisa Gavasa, magnificada también por un guión más centrado en su figura, esa madre y suegra como máxima exponente de ambas, en una España que se queda en los años 60', tras una perfecta ecuación entre los 1930 de Lorca y la actualidad. Al igual que Xirgu, Gavasa domina su papel y lo transmite de una fuerza arrolladora como sólo poseen las mujeres maduras de Lorca, en esta ocasión enclaustrado en ese dominio femenino sobre las formas y la familia. Como absoluta protagonista se encuentra una Inma Cuesta dispuesta a embellecer este film dejándose llevar por una destacable labor de dirección, encontramos a una de las Novias más fuertes del cine desde "Kill Bill: Vol 2" (Quentin Tarantino, 2004). En todo momento ausente y víctima de su verdadero amor, unido a la increíble fuerza física que suma Cuesta, que verdaderamente se ve como una perra hambrienta a la espera de su sino, mientras baila con los elegantes movimientos de cámara, y despide a su padre, un Carlos Álvarez-Nóvoa que mira ausente en su vergüenza. Sin duda es uno de los textos más atractivos para llevar a la pantalla, y mucho más para ser dotado de una belleza tan clara, que recuerda a los mejores montajes teatrales, uniendo técnica e interpretación. Todo ello ligado con la excepcional banda sonora de Shigeru Umebayashi, en todo momento acompañando a los personajes como sus propios pensamientos, en ocasiones apabullantes partituras que estremecen a los protagonistas, y en otras elegantes piezas que te invitan a bailar en una de las bodas más reconocidas de la literatura española.
Un film no es completo sin un reparto fuerte, capaz de sostener sobre sí mismos el vigor argumental que no descansa en ningún momento. Leticia Dolera logra adelantar los acontecimientos con su mirada, y como le dice La Madre ultrajada: "Tú a casa, a llorar sola", en una escena donde Gavasa brilla sobre todas las estrellas lorquianas. Entran aquí también María Alfonsa Rosso, Consuelo Trujillo y una discreta Ana Fernández, perfecta vecina y paniaguada de La Madre. Asier Etxeandía y Álex García son sin duda los personajes más maltratados en esta adaptación, sin duda geniales en sus interpretaciones, pero consumidos por el increíble poder de las féminas, que pide esta adaptación, que pide Lorca. Tras ella una llamativa estela de premios que han reconocido desde su inmensa labor artística, hasta uno de los trabajos técnicos más destacables de los últimos años, incluso en los efectos especiales que nos transportan a otro mundo en la escena de la cristalería. No sería de extrañar que fuese la gran ganadora de los próximos premios Goya, para los que cuenta con doce nominaciones destacando muy por encima en todas ellas, en una año donde el buen cine ha llegado escaso y algo tarde al cine español. Desde el 11 de Diciembre en cines, ha vuelto a tener una segunda remesa que todos ustedes deben aprovechar, no se arrepientan cuando vean la gala de los Goya el próximo 6 de febrero.
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