Los Goya son en España la máxima expresión del éxito cinematográfico, anualmente se premian los mejores trabajos en cine, y resultan funcionar como un show televisivo magnífico con el reparto más impresionante de la historia. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, eso es un nombre, otorga otra serie de premios en los que se dignifica a los profesionales y que realmente tienen menos implicación social pero un alto valor, uno de ellos es la Medalla de Oro, concedida a una trayectoria profesional dedicada a la mejora del cine español, hace unos días se nombraban a los actores Aitana Sánchez-Gijón y Juan Diego, dos figuras indispensables de las que no hace falta decir nada. Otra serie de premios como el González Sinde a la utilización del audiovisual para fines sociales, el Muñoz Suay a la investigación o el Alfonso Sánchez a la divulgación del mismo cine español (reivindico este último para Cayetana Guillén Cuervo, que se lo ha ganado con creces). Sin embargo el gobierno en ocasiones intercede, y otorga los premios nacionales, el Premio Nacional de Cinematografía brilla por una redonda cifra: 30.000. Todos los que han recibido el premio son grandes profesionales de nuestro cine, este año Fernando Trueba vive su año de las luces tras este premio y su invitación a entrar en la Academia de Hollywood, aunque resulta muy extraño que uno de nuestros mejores directores aún no hubiese sido reconocido con ninguno de los dos premios, tras haber sido Presidente de la Academia, y haber ganado el Oscar en 1994. Elogiando Azcona, José Luis Cuerda preguntaba por Twitter si el premio estaba dotado, es triste que Cuerda no haya recibido el premio aún, pero más aún que Azcona tampoco, realmente no tengo muy entendido que se valora con el Premio Nacional de Cinematografía.
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