"Rey Gitano" es la vuelta al cine de Juan Bajo Ulloa, el hombre que nos sorprendió con una "ópera prima" intimista, de duro drama y fantasía ("Alas de Mariposa", 1991) o que nos introdujo en la mente de un asesino desde su punto vista en "La madre muerta" (1993), y al que todos recordamos por crear una comedia innovadora, explosiva, y con un guión extremadamente trabajado en cada diálogo: "Airbag" (1997), antes de que explotase "Torrente, el brazo tonto de la ley" (Santiago Segura, 1998) nos adentró en nuestra España sucia, de la mano de enormes actores como Paco Rabal, Rosa María Sardà o Pilar Bardem, aunque conducidos por tres jóvenes con grandes dotes interpretativas y que además tenían una gran relación entre ellos (Karra Elejalde, Fernando Guillén Cuervo y Alberto San Juan). Once años después de "Frágil" (2004), obra poética mantenida en la Euskal Herria que no terminó de entenderse, vuelve con una comedia que se ve perjudicada desde el argumento, no resulta convincente, ni entretenido a mi parecer, la persecución de dos detectives (entre engañados y las ganas de hacer algo) de la familia Real Española para conseguir el ADN de uno de ellos. Mihura y Tono escribieron una obra teatral magnífica a la que titularon "Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario", que en 1937 analizaba desde el humor la posición extremista de una situación, un pobre hombre que pese a sus millones con consigue a la mujer deseada, y que tras perderlo todo peca de pobreza. "Rey Gitano" no es ni gitana ni paya, sino todo lo contrario, utilizando brevemente los estereotipos de moda, no tarda en caer en el chiste fácil, la confusión de vocabulario y las viñetas de cómic (tal vez lo mejor del film).
Karra Elejalde, el cómico de moda, y Manuel Manquiña, el gran desaparecido, forman una pareja peculiar, que intentando representar dos ideologías opuestas acaban intercambiando sus papeles, o al menos uno consume al otro, lo que no cabe duda es que son dos de nuestros mejores actores y sin duda resaltan como lo mejor en pantalla. Arturo Valls tiene sus señas de comedia televisiva, funcionales para un gag aislado, pero dista mucho de hacer una buena interpretación y menos como gran protagonista, con la voz sucede lo mismo no es ni gitana ni borbónica, sino todo lo contrario. María León y Albert Pla es sus pequeños papeles lo clavan, ella está guapísima y Bajo Ulloa sabe sacar toda la lucidez de sus ojos (gran cómica mientras el guión se lo permite), y Pla no destaca tanto por su comedia sino por tratarse de un personaje extraño, entre el remordimiento y la chifladura que tanto nos recuerda a "Airbag". En definitiva no es una historia que apetezca, las ambigüedad del sexo de Rosa María Sardà tampoco es un cliché que funcione, aunque cuando se reúne con Charo López y Santiago Segura existe una enorme unión de poder escénico que resulta atractivo, y que roza temas más apetecibles de satirizar como la política ("¿con quién vas con los rojos o los azulitos?, yo ya casi no los distingo") o el extremismo religioso. López y Segura son la clave de la cinta, dos personajes llenos de extrañezas y personalidad con un enorme cuidado visual por parte del director, la actriz roza una santidad diabólica, y Santiago desde la seriedad del conde consigue sacarnos alguna de las mejores risas desde el absurdo.
El gran y enorme problema de "Rey Gitano" es "Airbag", queramos o no la tomamos como referente y al lado de una obra de culto, queda como una comedia vulgar y escatológica que desde luego domina mejor Torrente, por sus antecedentes, en "Torrente 5: Operación Eurovegas" (Segura, 2014). El mismo Bajo Ulloa no puede evitar alguna referencia a su obra maestra, y cae en humor viñetesco que no se presta del todo bien al verse forzado o al intentar ser disimulado. Toda la fase final en el Palacio Real es inevitablemente divertida, hubiese sido suficiente como final sin el estilo caribeño explicativo que incluso nos despierta una mayor confusión. En definitiva aún se respiran síntomas del mejor Juanma Bajo Ulloa en una obra catastrófica que por otro lado me ha sido irremediable ver. Frente a la crítica mordaz y sutil que nos muestran algunas grandes comedias, incluso recientes, "Rey Gitano" nos expone claramente que somos la cuna cómica de Europa, y nos recuerda las situaciones que todos los días nos agobian en Telediario, Bajo Ulloa prefiere aclararlo como que "España es un país que hace de su chapuza la bandera, aunque debemos tratarla con cariño"... Hecha la crítica esperamos el regreso con ese humor negro, salvaje, casposo y elegante a su vez, sofisticado y chapucero que supo crear en sus día el director alavés...
Karra Elejalde, el cómico de moda, y Manuel Manquiña, el gran desaparecido, forman una pareja peculiar, que intentando representar dos ideologías opuestas acaban intercambiando sus papeles, o al menos uno consume al otro, lo que no cabe duda es que son dos de nuestros mejores actores y sin duda resaltan como lo mejor en pantalla. Arturo Valls tiene sus señas de comedia televisiva, funcionales para un gag aislado, pero dista mucho de hacer una buena interpretación y menos como gran protagonista, con la voz sucede lo mismo no es ni gitana ni borbónica, sino todo lo contrario. María León y Albert Pla es sus pequeños papeles lo clavan, ella está guapísima y Bajo Ulloa sabe sacar toda la lucidez de sus ojos (gran cómica mientras el guión se lo permite), y Pla no destaca tanto por su comedia sino por tratarse de un personaje extraño, entre el remordimiento y la chifladura que tanto nos recuerda a "Airbag". En definitiva no es una historia que apetezca, las ambigüedad del sexo de Rosa María Sardà tampoco es un cliché que funcione, aunque cuando se reúne con Charo López y Santiago Segura existe una enorme unión de poder escénico que resulta atractivo, y que roza temas más apetecibles de satirizar como la política ("¿con quién vas con los rojos o los azulitos?, yo ya casi no los distingo") o el extremismo religioso. López y Segura son la clave de la cinta, dos personajes llenos de extrañezas y personalidad con un enorme cuidado visual por parte del director, la actriz roza una santidad diabólica, y Santiago desde la seriedad del conde consigue sacarnos alguna de las mejores risas desde el absurdo.
El gran y enorme problema de "Rey Gitano" es "Airbag", queramos o no la tomamos como referente y al lado de una obra de culto, queda como una comedia vulgar y escatológica que desde luego domina mejor Torrente, por sus antecedentes, en "Torrente 5: Operación Eurovegas" (Segura, 2014). El mismo Bajo Ulloa no puede evitar alguna referencia a su obra maestra, y cae en humor viñetesco que no se presta del todo bien al verse forzado o al intentar ser disimulado. Toda la fase final en el Palacio Real es inevitablemente divertida, hubiese sido suficiente como final sin el estilo caribeño explicativo que incluso nos despierta una mayor confusión. En definitiva aún se respiran síntomas del mejor Juanma Bajo Ulloa en una obra catastrófica que por otro lado me ha sido irremediable ver. Frente a la crítica mordaz y sutil que nos muestran algunas grandes comedias, incluso recientes, "Rey Gitano" nos expone claramente que somos la cuna cómica de Europa, y nos recuerda las situaciones que todos los días nos agobian en Telediario, Bajo Ulloa prefiere aclararlo como que "España es un país que hace de su chapuza la bandera, aunque debemos tratarla con cariño"... Hecha la crítica esperamos el regreso con ese humor negro, salvaje, casposo y elegante a su vez, sofisticado y chapucero que supo crear en sus día el director alavés...
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