Ha llegado a nuestros cines, y con una gran distribución, la última película de Isabel Coixet, una de las grandes directoras de nuestro tiempo, producida en numerales veces por los Hermanos Almodóvar (El Deseo), ha demostrado narrar como nadie el carácter más intimista de los personajes. Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia e incluso Japón le han brindado la oportunidad de abrirse paso por los mejores Festivales, por lo general se nos presentaban dramas de enorme intensidad y relaciones muy profundas, analizadas con una gran belleza por su discreta cámara. Como la mejor muestra de ello nació "La vida secreta de las palabras" (Coixet, 2005), este hábito llegó a su máxima expresión en "Ayer no termina nunca" (2013), en la que respiró un breve reencuentro con intérpretes españoles, y que no tuvo muy buena acogida por la crítica y el público. "Elegy" (2008) y "Mapa de los sonidos de Tokio" (2009) extrapolaron su esencia a un ambiente distinto, dos amores imposibles que no compaginó crítica y taquilla, de ellas destaca la primera como primer contacto con Ben Kingsley y Patricia Clarckson, intérpretes de indudable calidad que protagonizan "Aprendiendo a conducir" (2014). Coixet tiene por estrenar "Nadie quiere la noche" (2015), seleccionada para el Festival de Berlín, con Juliet Binoche como gran protagonista, se enfrenta a la aventura de una mujer que viaja al polo norte a reunirse con su marido/explorador, además se han anunciado dos proyectos "This Man, This Woman" y "The Bookshop", esta primera respira la esencia pura de Coixet y contará con Penélope Cruz.
Asentada en Estados Unidos, dedicada a escribir, confesaba en una entrevista que "tenía ganas de hacer una película en la que el espectador no tuviera ganas de cortarse las venas", un cambio consciente que nos descubre a una directora que sigue presente pese a todo, toma la religión para mostrarnos una Gran Manzana distinta a la de "Manhattan" (Woody Allen, 1979), situando Queens como el verdadero lugar cosmopolita, donde conviven latinos, musulmanes, manteniendo a la gran Manhattan como el vistoso lugar para desarrollar la comedia que rezuma este excelente guión de Sarah Kernochan, prácticamente desaparecida, en cine, desde "Lo que la verdad esconde" (Robert Zemeckis, 2000). Ben Kingsley en una agradable interpretación, que recibe la vis de una genial Patricia Clarkson, aún con la sangre de "Whatever Works" (Woody Allen, 2009) en las venas, cada uno vive su propio drama personal, donde se adentra Isabel Coixet que a su vez busca una templanza con la comicidad, que tiñe escenas gloriosamente levantando, entre imparables risas, al espectador de su butaca (comprobado). Encontramos la relación profesor-estudiante, muy alejada de "Elegy", aunque con cierta tensión emocional, donde el trabajo del público es ir desenlazándola con habilidad para alcanzar un final que llega cuando debe llegar...
Asentada en Estados Unidos, dedicada a escribir, confesaba en una entrevista que "tenía ganas de hacer una película en la que el espectador no tuviera ganas de cortarse las venas", un cambio consciente que nos descubre a una directora que sigue presente pese a todo, toma la religión para mostrarnos una Gran Manzana distinta a la de "Manhattan" (Woody Allen, 1979), situando Queens como el verdadero lugar cosmopolita, donde conviven latinos, musulmanes, manteniendo a la gran Manhattan como el vistoso lugar para desarrollar la comedia que rezuma este excelente guión de Sarah Kernochan, prácticamente desaparecida, en cine, desde "Lo que la verdad esconde" (Robert Zemeckis, 2000). Ben Kingsley en una agradable interpretación, que recibe la vis de una genial Patricia Clarkson, aún con la sangre de "Whatever Works" (Woody Allen, 2009) en las venas, cada uno vive su propio drama personal, donde se adentra Isabel Coixet que a su vez busca una templanza con la comicidad, que tiñe escenas gloriosamente levantando, entre imparables risas, al espectador de su butaca (comprobado). Encontramos la relación profesor-estudiante, muy alejada de "Elegy", aunque con cierta tensión emocional, donde el trabajo del público es ir desenlazándola con habilidad para alcanzar un final que llega cuando debe llegar...
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