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Emma Stone, su Oscar y su Givenchy |
La semana pasada se celebraron en el Dolby Theatre de Los Ángeles los aclamados premios de la Academy of Motion Pictures Arts and Sciences de Estados Unidos, la entrega de esas preciadas estatuillas doradas que parecían tener una destinataria clara y que, sin embargo, se repartieron con total justicia en una noche más que divertida, amenizada por
Jimmy Kimmel. Por mi parte me había quedado sin posibilidades para ver por televisión la ceremonia, por lo que no dudé en pasarme por el plató de Movistar+ para disfrutar de una noche llena de emociones, siendo el sueño la principal de ellas. Todo estaba preparado con el estilo
art déco que caracteriza los
glamourosos escenarios de los Oscar, es todo un lujo y un placer ver desfilar a las grandes estrellas por esos portentosos (y espaciosos) decorados, dignos del mismísimo Gil Parrondo —pese a que se olvidaran de él en el
In Memorian— con vestidos que superan la razón. En lo que refiere a la participación española, nos fuimos de vacío con la nominación de
"Timecode" (Juanjo Giménez, 2016), Javier Bardem no dudó en homenajear a la sobrevalorada Meryl Streep en un formato que llegó a su culmen con el guiño de Kimmel a Matt Damon, su eterno rival en uno de esos programas geniales que en España nunca entenderemos. Por otro lado Álex de la Iglesia y Carolina Bang fueron testigos de una ceremonia histórica, marcada por el gran error final —con culpables despedidos— que coronó a
"La La Land" como Mejor Película, cuando finalmente resultó ser para
"Moonlight" (Barry Jenkins, 2016). Me pregunto si Warren Beatty y Faye Dunaway no estarían detrás del desastre que cometió la Academia con el premio a la Mejor Actriz, teniendo opciones tan jugosas como la frialdad de
Isabelle Huppert o la solemnidad de la
Jackie de
Natalie Portman.
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Warren Beatty reaccionando ante el fiasco |
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Casey Affleck...Casi Ben, pero no |
El resto de la noche se desarrolló según lo previsto, los premios técnicos de
lo bonito para
"La La Land" (incluyendo Mejor Director para Chazelle) y el resto un justo reparto como el más que merecido Oscar al Mejor Montaje para
"Hasta el último hombre" (Mel Gibson, 2016), una de las grandes obras del cine americano reciente que ha pasado demasiado desapercibida desde su estreno en el Festival de Venecia. Por lo que le toca, Kimmel ofreció una de las grandes ceremonias, que no decayó desde su
"Can't stop de feeling" de Justin Timberlake hasta el fallo garrafal del Oscar final, parecía una película de Álex de la Iglesia. Eso sí, los gags resultaron más americanizados que de costumbre, desde ese grupo de turista que aparecieron "sin saberlo" en el teatro, hasta la comida que caía en paracaídas tratando de complacer a las hambrientas
celebrities. Y utilizo este término porque cada vez hay menos actores sobre la alfombra roja, incluso los nominados prefieren quedarse en casa para dar a luz. Especialmente emotivo fue el discurso de
Viola Davis al recoger su Oscar a la Mejor Actriz de Reparto, otro de los premios cantados —no podían permitirse dejar de dar un premio a una afroamericana en estos #OscarSoBlack— claro que precisamente por ello había podido preparárselo con todo lujo de detalles. La noche fue un regalo de esos que nos acercan los dioses y que disfrutamos a través de las burbujas de una copa de champagne, todo un despilfarre con sus fallos humanos, que parecen un guiño a nuestros Goya (recordemos que hace unos años tuvimos un error parecido en el Goya a la Mejor Canción Original). Los americanos se lo toman todo muy en serio y, lo que se ha convertido en una divertida anécdota para la historia de los premios, han terminado despidiendo a los responsables de la consultoría
PriceWaterhouseCoopers, que tan bien pronuncia nuestro Pablo Iglesias.
Mahershala Ali se hizo con el Oscar a Mejor Actor de Reparto y
Casey Affleck —por muchos delitos sexuales que le persigan— se hizo merecidamente con el de Mejor Actor. Parece que Trump ha beneficiado a muchos de los premiados, empezando por Asghar Fahardi, gracias al veto se dio a conocer
"El viajante" (Fahardi, 2016) que finalmente se alzó con el premio a la Mejor Película Extranjera. Una noche de diez que nos hace contar los días para la del año que viene.
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Jimmy Kimmel, anfitrión de los Oscar del fiasco |
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