Cuando comienza la temporada cinematográfica de verano uno puede esperarse lo peor, excepto algún blockbuster de superhéroes y alguna cinta made in Disney Pixar, que logran captar la atención de toda la familia armados con un gran guión, el resto de las ventas veraniegas se pierden en el chiste fácil o el cine basura, para ver y tirar, películas que no alcanzan ninguna trascendencia más que la de dejarnos alguna broma en la retina que terminamos por asumir como nuestra, olvidando completamente su origen creativo, si lo hubiera. Por ello me sorprendí cuando comencé a leer buenas críticas, algunas muy elogiosas, sobre el último film de Shane Black. Es cierto que se trata de un personaje peculiar, con una carrera peculiar, actor de cameo ocasional en películas de sus amigos como "Depredador" (John McTiernan, 1987), de la que ahora prepara un nuevo film como director, autor de la nueva comedia americana con su ópera prima, "Kiss Kiss, Bang Bang" (2005), de la que al menos logró una gran amistad con su protagonista, Robert Downey Jr., que recientemente sería la mano tendida al cineasta, que recuperó su status director en Hollywood cuando el actor logró que dirigiese la tercera entrega de "Iron Man" (2013). En los primeros guiones de Black, algunos de los libretos mejor pagados de la década de los noventa, se presenciaba una fuerza joven que a su vez rescataba una comedia americana instaurada en las producciones de los setenta y ochenta, la juventud de Black, un cine fácilmente consumible con muestras de acción y comedia que dieron la vuelta al mundo. Así llegó de su pluma "Arma Letal" (Richard Donner, 1987), y con todo ese espíritu de una comedia joven y renovada llega su último film, "Dos buenos tipos", trasladada a los años setenta donde el humor con el que se maneja todo el guión fue la base política y social de la ciudad de Los Ángeles.
No coincido en que la película sea sorprendente y renovadora, más bien es una película a la antigua con una mentalidad moderna, un experimento que funciona y que elabora una perfecta cinta para el verano. La trama detectivesca con divertidos guiños al noir americano, la pareja de antihéroes unidos por un mismo fin, y la interpretación de la misma por parte de Russell Crowe y Ryan Gosling es una unión perfecta para un film con altas dosis de entretenimiento. Crowe domina la comedia con sorprendente buena mano, tanto el chiste redactado de guión como la violencia cómica, que el personaje de Gosling encaja con humor, y nos muestra un lado diferente en la comedia del actor, una vis cómica, no desconocida pero sí encajada de una forma diferente, con ganas. Lo mejor de "Dos buenos tipos" es que se muestra como una cinta plena, tanto en la nostalgia, como en el cuidado look, el fantástico Richard Nixon en la piscina es todo un puntazo, las muestras de una american comedy que elabora el gag y lo adapta a la trama, sin plasmarse como muchas veces vemos en la comedia medida con cuentagotas en las grandes producciones de los estudios. Se acusa al film como una película comercial, donde los rastros de pretender hacerlo comercial son evidentes, en mi opinión puede verse como una película comercial en España y Europa donde aún respiramos un poco de la vieja comedia, pero no me encaja con al actual mentalidad american-trump, por lo que prefiero tomarla como un film arriesgado con ganas de contar un historia. Y que no pase desapercibida la aparición de Kim Basinger, completamente perjudicada por la cirugía estética que no le deja más que dos escuetas escenas, cargadas de la primaria denuncia social-medioambiental de la película. La reivindicación resultaría banal, facilona y vista, si no fuese por el acordado final que firma Black cargado de su humor más black.
No coincido en que la película sea sorprendente y renovadora, más bien es una película a la antigua con una mentalidad moderna, un experimento que funciona y que elabora una perfecta cinta para el verano. La trama detectivesca con divertidos guiños al noir americano, la pareja de antihéroes unidos por un mismo fin, y la interpretación de la misma por parte de Russell Crowe y Ryan Gosling es una unión perfecta para un film con altas dosis de entretenimiento. Crowe domina la comedia con sorprendente buena mano, tanto el chiste redactado de guión como la violencia cómica, que el personaje de Gosling encaja con humor, y nos muestra un lado diferente en la comedia del actor, una vis cómica, no desconocida pero sí encajada de una forma diferente, con ganas. Lo mejor de "Dos buenos tipos" es que se muestra como una cinta plena, tanto en la nostalgia, como en el cuidado look, el fantástico Richard Nixon en la piscina es todo un puntazo, las muestras de una american comedy que elabora el gag y lo adapta a la trama, sin plasmarse como muchas veces vemos en la comedia medida con cuentagotas en las grandes producciones de los estudios. Se acusa al film como una película comercial, donde los rastros de pretender hacerlo comercial son evidentes, en mi opinión puede verse como una película comercial en España y Europa donde aún respiramos un poco de la vieja comedia, pero no me encaja con al actual mentalidad american-trump, por lo que prefiero tomarla como un film arriesgado con ganas de contar un historia. Y que no pase desapercibida la aparición de Kim Basinger, completamente perjudicada por la cirugía estética que no le deja más que dos escuetas escenas, cargadas de la primaria denuncia social-medioambiental de la película. La reivindicación resultaría banal, facilona y vista, si no fuese por el acordado final que firma Black cargado de su humor más black.
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