Cuentan que de una infancia repleta de religión y prohibiciones surgió la brillante mente de
Paul Schrader, cuya pluma, siempre afilada, ha logrado traernos algunas de las historias más violentamente cinematográficas de todos los tiempos, desde
"Taxi Driver" (Martin Scorsese, 1976) a
"La última tentación de Cristo" (Scorsese, 1988), con obras tan estimulantes como
"Fascinación" (Brian De Palma, 1976) entre medias, los guiones de Schrader han sido como heridas en carne viva que no paran de sangrar ante el espectador. Sus incursiones en la dirección se han visto marcadas por su pasado como escritor y
"Como perros salvajes" (Paul Schrader, 2016) no es una excepción, un film que tiene todos los componentes de su grandes obras perfilados con un desbordante sentido del humor. Como el personaje que el propio director se ha permitido interpretar en la película,
El Greco, estamos ante un cineasta que se alimenta del
cliché jugando con la idea preconcebida de la cultura general para darle una vuelta, convirtiendo así una historia habitual de secuestros y mafia en una comedia casi surrealista, completamente setentera y con un imponente espectro visual. Los 70' vuelven a estar de moda, cuando el cine parecía haberse dulcificado,
"El exorcista" (William Friedkin, 1973) vuelve con un jugoso formato de serie y Scorsese vuelve a sus orígenes con
"The Irishman" (2018), cuyo reparto nos pone los pelos de punta: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci, Harvey Keitel y Bobby Cannavale.
|
Schrader como El Greco |
|
Mano a mano, Scorsese y Schrader |
En un panorama edulcorado por las nuevas versiones de las películas de Disney en carne y hueso era necesaria la vuelta a la bestialidad y ferocidad del cine que fue reconocido como
"el Nuevo Hollywood", que inauguró la década de 1970. Lo que resulta más preocupante es que esta vuelta tenga que venir de mano de sus creadores, todo un placer cinéfilo por un lado, pero una triste realidad para dentro de unos años. De momento disfrutamos con joyitas delirantes al estilo de
"Como perros salvajes", donde encontramos a un autoparódico —y por ello más acertado—
Nicolas Cage, al mando de una cuadrilla de tres completada por
Christopher Matthew Cook y un apoteósico
Willen Dafoe, que nos inicia en el film con una escena entro lo
kitsch y lo salvaje que nos posiciona para el resto del metraje. A esta vieja ola que llega con retardo se pueden añadir títulos como la genial
"Killer Joe" (William Friedkin, 2011) que descubrí recientemente por el canal TCM, una auténtica obra maestra donde sobra todo y no falta nada, a veces pesadas, lo cierto es que logran recuperar la auténtica esencia de aquellas producciones de bajo presupuesto que han pasado a la historia del cine, y Matthew McConaughey borda un
malo de cine. Mientras en el film de Friedkin se percibía un humor más negro y sucio, en la cinta de Schrader, que ya pasó algo desapercibida en su estreno el pasado enero, nos enfrentamos al absurdo. Es el momento de disfrutar de la últimas obras de los grandes genios del
Nuevo Hollywood, y de empezar a preocuparnos por el futuro de este legado.
|
Una escena de la brutal "Killer Joe" de William Friedkin |
No hay comentarios:
Publicar un comentario